Nueva Acrópolis, secta paramilitar y esotérica: hablan sus exadeptos uruguayos
Denuncian “secta paramilitar y esotérica” en Pocitos pero sus directores dicen que es escuela de filosofía. Así ha titulado el diario uruguayo El País un amplio reportaje firmado por Sebastián Cabrera sobre la asociación Nueva Acrópolis. Por su interés, lo reproducimos a continuación.
“Mejor morirme que dejar Nueva Acrópolis”
Se acuerda del texto de memoria. Pasaron muchos años, pero Daniella Scuadroni cierra los ojos y dice: “En presencia de mi alma inmortal y la de mis compañeros en la búsqueda de la sabiduría, me comprometo a servir con lealtad y eficacia y, si así no lo hiciera, que el destino, los dioses y mi mando nacional me lo reprochen”.
Eso dijo en su compromiso de lealtad, cuando fue admitida como parte de las Fuerzas Vivas de Nueva Acrópolis, una organización que se presenta como cultural y filosófica, pero que es señalada por especialistas y exmiembros como una secta. No sólo en Uruguay: fue fundada en 1957 por el argentino Jorge Ángel Livraga y su esposa Ada Albrecht y, esparcida por todo el mundo, está presente en 54 países. En Uruguay tiene dos sedes, una en Pocitos, otra en Colonia.
Daniella entró a los 14 años tras una conferencia sobre alquimia, y a los 18 pasó a integrar las Fuerzas Vivas. Ese día vestía un uniforme azul y un llamativo brazalete, igual que todas las personas que la rodeaban. Estaba de rodillas frente a un estandarte con un águila y con la mano derecha levantada.