Dos mormones en el camino a la Casa Blanca
“Los mormones vuelven a la carga”. Así se titula una información de la agencia Efe, firmada por Lucía Leal, que reproducimos a continuación, seguida de otros artículos de prensa.
Creen en un triple cielo, llevan ropa interior especial y rehuyen el café. Y ahora, dos de ellos luchan por llegar a la Casa Blanca, mientras una campaña nacional se empeña en llevar a los mormones al centro de la sociedad que les vio nacer. “Soy mormón”, reza el lema de un enorme cartel instalado el pasado mes de junio en uno de los cotizados luminosos de la neoyorquina Times Square.
La posición de los mormones en la sociedad norteamericana
Sobre la frase, una decena de fotografías de gente montando en motocicleta, escalando una montaña, o simplemente presumiendo de sonrisa envía el mensaje de que los mormones, lejos de ser personajes extravagantes y cerrados, son como el vecino de enfrente. Ocupan posiciones de poder, como el senador demócrata Harry Reid, enamoran desde la gran pantalla, como la actriz Katherine Heighl, y despiertan los suspiros de millones de adolescentes, como la escritora Stephanie Meyers a través de los libros de la saga Twilight.
Pero los más de 6 millones de mormones que viven en Estados Unidos no logran sacudirse la imagen de sectarios, controladores e incluso polígamos, pese a que esa práctica quedó prohibida en sus filas a finales del siglo XIX. La idea de votar a un mormón, como los aspirantes republicanos a la presidencia Mitt Romney y Jon Huntsman, repele a uno de cada cinco estadounidenses, según una encuesta reciente de Gallup, y el segundo de esos candidatos no se atreve siquiera a confesar si hoy por hoy es practicante de la fe.