El Centro de Ayuda Cristiano capta a inmigrantes y personas vulnerables en Madrid
El entorno de la estación de Atocha siempre es vertiginoso. Lo cuenta José Manuel Sánchez en El Plural. Marcado por viajeros cargados de maletas, turistas despistados que se mueven entre el Museo Reina Sofía y el Prado y personas del sur de Madrid que se desplazan a la capital para trabajar, sorprende un local ubicado en el número 12 del Paseo de Santa María de la Cabeza, espacio antes conocido como los Cines Infante.
Se trata del Centro de Ayuda Cristiano, un amplio local que cuenta con una sobria fachada negra en la que se puede leer un vinilo con hasta siete testimonios de miembros de la organización que cuentan cómo se curaron, volvieron a una vida ordenada o dejaron de tener envidia y les fue mucho mejor. Entramos.
Así es un culto
Dentro de la sede, se accede a un enorme salón de cerca de 400 butacas que acoge un culto cada día a las 20 horas adornado con una frase en un dintel negro en el que se puede leer “Jesucristo es el Señor”. Mientras tanto, una voz recuerda que está prohibido grabar. Tras unas notas de órgano comienza la canción con la que se inicia la ceremonia, “Haz la diferencia”. Los aproximadamente cien asistentes cantan al unísono el himno. Los más atrevidos incluso estiran los brazos y se dan golpes en el pecho.
A media canción, el encargado de oficiar la ceremonia, con marcado acento brasileño, insiste en lo mismo que dice la letra: la igualdad no puede existir porque los que se alejan del Señor no pueden ser iguales que los que viven en pecado. Cuando acaba su speech con tono de predicador, prosigue la música.