Luis Santamaría: «Hay un caldo de cultivo social que abre puertas al mundo oscuro»
El sacerdote Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), ahondó en el mundo de las sectas y el fin del mundo en el foro cultural del periódico La Opinión-El Correo de Zamora, donde presentó su último libro relacionado con ambas cuestiones el pasado 4 de junio. Lo entrevista en dicho medio la redactora Natalia Sánchez.
-¿Cómo nació su trabajo «Entre las sectas y el fin del mundo. Una noche que murmura esperanzas»?
-Surge como una manera de recopilar los artículos que he escrito para responder a consultas o a temas de actualidad sobre sectas y sobre la nueva religiosidad, una serie de movimientos religiosos y corrientes espirituales que surgen en la época moderna como una reacción a las religiones establecidas y como una propuesta alternativa para el ser humano. Abordo las sectas clásicas como los Testigos de Jehová, un movimiento milenarista surgido en Estados Unidos que se autodenomina cristiano pero que no son reconocidos como tales porque niegan la divinidad de Cristo y la trinidad de Dios.
-Se ha dicho que se infiltraron en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid.
-Yo tuve la experiencia de que los Testigos, como alguna otra secta, estuvieron entre los casi dos millones de peregrinos que fueron a Madrid e incluso me han facilitado un documento que habían trabajado 400 jóvenes Testigos de la Comunidad de Madrid para mantener una conversación normal con los jóvenes católicos que habíamos ido a ver al papa porque tenían un objetivo proselitista. Era algo estratégico y se presentaban también como cristianos y facilitaban sus revistas. Esta práctica demuestra el camaleonismo con el que muchos de estos grupos sectarios se presentan para ser más atrayentes. Creo que un indicio para identificar a estos colectivos es que exponen cosas muy positivas que el receptor quiera o necesite oír, otro indicio es ofrecer respuestas muy simples que abarcan todas las debilidades del sujeto.
-En la situación actual ¿las sectas tienen un mayor campo de trabajo?