Papa Francisco: ir a los videntes es idolatría y una estupidez
Recientemente hemos informado de varios casos en torno al fraude que suponen los videntes y astrólogos. Y no sólo por el engaño y la estafa económica que suelen traer consigo a las personas que caen en sus garras, sino también por el daño espiritual que pueden hacer, al situar a sus víctimas en el ámbito de la superstición y de la idolatría, tal como señala con nitidez el Catecismo de la Iglesia Católica en sus números 2111-2117.
Recordamos que hace unos días la Policía detuvo en Barcelona a la vidente Pepita Vilallonga y a algunos integrantes de su equipo, acusados de estafar 300.000 euros a una anciana. Ayer publicábamos un reportaje sobre la consideración legal de la estafa en este campo de la videncia por parte de la Justicia española. Y el mes pasado contábamos cómo hubo una gran polémica en Chile por un vidente que predijo medio millón de muertos en un desastre natural.
Atención a las falsas esperanzas
En su audiencia general del pasado 11 de enero, el papa Francisco afirmó que “esperar es una necesidad primaria del hombre: esperar en el futuro, creer en la vida”. Pero subrayó que la esperanza humana debe ponerse “en lo que verdaderamente puede ayudar a vivir y a dar sentido a nuestra existencia. Es por esto que la Sagrada Escritura nos pone en guardia contra las falsas esperanzas que el mundo nos presenta, desenmascarando su inutilidad y mostrando la insensatez”.
Y el pontífice se refirió en concreto a “la falsedad de los ídolos en los que el hombre está continuamente tentado de poner su confianza, haciéndoles el objeto de su esperanza”. Porque aunque el creyente tenga fe en Dios y se fíe de Él, “viene el momento en el que, encontrándose con las dificultades de la vida, el hombre experimenta la fragilidad de esa confianza y siente la necesidad de certezas diferentes, de seguridades tangibles, concretas”.