Venezuela: la falta de medicinas favorece a brujos y curanderos
Cambiaron la sala de espera de un hospital o una clínica por un consultorio esotérico. El olor a incienso penetra la nariz de cualquiera. Ya no hay revistas para leer mientras llega el turno; estatuillas de santos es lo único que acompaña a los enfermos. Lo cuenta Osman Rojas, redactor del diario venezolano La Prensa.
“El brujo es bueno”, repiten quienes esperan intentando fortalecer su fe y borrar el miedo. “Yo vengo es por salud”, argumentan otros con algo de cautela. Las horas pasan y el consultorio no se vacía. Gente entra y sale con dinero en efectivo, tabaco, flores, collares, velones y frascos de vidrio.
Las consultas están al tope, son las 12 del mediodía y hay siete personas todavía esperando. Éste es el escenario común de los consultorios esotéricos que han incrementado sus consultas, al parecer, por la crisis. La falta de medicamentos en las farmacias, el costo de una consulta especializada y las condiciones en las que se encuentran los hospitales han impulsado a las personas a buscar otras alternativas para curarse.
Cambio de quimioterapia por “baños”
Consultorios que parecían olvidados han resurgido. Desde la calle 31, hasta la 34 hay unos 20 establecimientos que prestan su servicio a cambio de 10.000 bolívares (cerca de un euro) y ofrendas que van desde una caja de tabaco hasta una botella de alcohol.