Ex testigo de Jehová mata con una bomba a tres personas en una asamblea de la secta en la India
Un explosivo colocado ayer, 29 de noviembre, en una asamblea multitudinaria de los testigos de Jehová en la India, ha provocado de momento tres muertos –todos ellos mujeres– y 41 heridos, varios de ellos de extrema gravedad.
La policía ha detenido ya al responsable, un antiguo miembro de esta organización religiosa, indio de 57 años, que responde al nombre de Dominic Martin. Así lo cuenta Jordi Joan Baños, corresponsal del diario español La Vanguardia en Bangkok.
Balance provisional de víctimas
Cientos de miembros de esta confesión –2.200 según los propios organizadores– se encontraban en un centro de convenciones, Zamra, en las afueras de Cochín, la ciudad más poblada del estado sureño de Kerala. Se desarrollaba el tercer y último día de una asamblea de esta comunidad cuando dos detonaciones sembraron el pánico.
Horas después salió a la luz el vídeo del citado Martin, en el que se inculpaba del atentado y, en un mensaje en hindi –con un fuerte acento malabar– acusaba a la organización religiosa, a la que había pertenecido durante dieciséis años –y de la que se había apartado– de “actividades antiindias”.
“Intenté disuadirles y no me hicieron caso”, habría dicho. Dos de las víctimas, mujeres de cincuenta y pocos años, murieron el domingo. Mientras que una tercera víctima, una niña de doce años con quemaduras en el 90 % del cuerpo, ha fallecido hoy, lunes.
Desinformación inicial
Kerala es el estado más alfabetizado y con mayor esperanza de vida en India. También uno de los más pacíficos y de mayor diversidad religiosa, con un 55 % de hindúes, un 25 % de musulmanes y cerca de un 20 % de cristianos. Estos últimos son en su vasta mayoría fieles de las milenarias iglesias de Santo Tomás –tanto sirio-ortodoxas como otras observancias orientales, algunas de ellas en comunión Roma– o católicos.
En las primeras horas posteriores a la explosión, antes de la reivindicación del atentado, algunos extremistas hindúes –muy activos en las redes– se apresuraron a atribuir falsamente la bomba al yihadismo. Una acusación incendiaria, en un estado con una de las comunidades musulmanas más asentadas de India.
Los mismos propagadores de bulos dieron a entender que entre los presentes había judíos, algo que se ha demostrado falso. Aunque Cochín acogió judíos durante siglos –y cuenta con una famosa sinagoga fundada por sefardíes huidos de los reinos de España– esta comunidad emigró a Israel en su totalidad tras la fundación del estado sionista.
La asamblea malabar de los testigos de Jehová –una organización religiosa cuya sede central está en los Estados Unidos– había empezado el viernes y debía terminar el domingo. El centro de convenciones utilizado –en realidad, poco más que una nave multiuso– se encuentra en Kalamassery, en la periferia de Cochín, junto a una facultad de Derecho.
De la rica historia del lugar da fe la iglesia católica de San Francisco de Cochín, donde el navegante Vasco de Gama fue enterrado, antes de su traslado a Portugal.
Sin embargo, en la India independiente –potencia exportadora de espiritualidades– los misioneros extranjeros tienen prohibida la entrada desde hace más de 60 años. Además, el gobierno de Narendra Modi, hostil a las religiones que considera “no nativas”, ha incrementado el arsenal legal contra las conversiones religiosas. La excepción, claro está, la constituyen las llamadas “reconversiones” o “retornos” al hinduismo.
Otros detalles del suceso
El jefe de policía de Kerala, Sheik Darvesh Saheb, ha dicho que el autor confeso se entregó a la autoridad, tal como había anunciado en su vídeo colgado en Facebook y debería comparecer hoy lunes ante un magistrado.
En su grabación, acusaba a sus antiguos hermanos de credo de “antinacionales” y les afeaba “que prediquen que va a llegar el fin del mundo y que solo ellos se salvarán”.
El individuo había engañado a su esposa, en el vecino distrito de Thrissur, diciéndole que cogía la moto a las cinco de la mañana para ir a ver “a un amigo”. Los testigos de Jehová, por su parte, han llamado a evitar especulaciones sobre los motivos del atentado.
“La investigación preliminar muestra que se trata de la explosión de un artefacto casero”, declaró el director de la policía local, Darvesh Saheb. Por su parte, el diputado local Hibi Eden ha precisado que la primera detonación tuvo lugar en mitad de la sala, lo que puso en marcha los procedimientos habituales de evacuación del grupo, bajo amenaza de fundamentalistas hindúes.
La organización ha denunciado al menos 80 casos documentados de actos de discriminación desde 2002 a 2011, entre ellos 24 ataques de turbas, según leemos en el diario español ABC.
La primera detonación acabó generando una estampida que, sumada al humo que saturaba el interior del centro, acabó dejando un gran número de heridos, de acuerdo con el diputado.
El ministro principal de Kerala, Pinarayi Vijayan, lamentó el “desafortunado” incidente y ha prometido que será objeto de una pesquisa completa por parte la Agencia Nacional de Investigación, cuyo equipo forense ya se encuentra en el lugar.
6 comentarios
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