Arzobispo de Tarragona: la astrología humilla la dignidad de la persona
El arzobispo de Tarragona (España), monseñor Joan Planellas, ha dedicado su última carta dominical (correspondiente a ayer, domingo 17 de julio), a la astrología. Con el título “Astrología y conciencia religiosa” ha escrito una misiva que, además de en los propios canales diocesanos, ha encontrado eco en algunas agencias y medios de comunicación.
En ella afirma que en las últimas décadas “ha aumentado considerablemente la práctica del ocultismo o la futurología”, convirtiéndose en “un negocio amplio y difuso”. Tras analizar las razones de su éxito en el ser humano contemporáneo, hace una valoración crítica desde la fe cristiana.
Así explica el pastor de la Iglesia: “Nos encontramos ante una degradación del espíritu humano, que se sujeta a creencias y prácticas irracionales, tontas, absurdas y, a veces, gravemente inmorales, que humillan la dignidad de la persona humana”.
En el fondo, señala monseñor Planellas, estas supersticiones tan extendidas son “el signo de la búsqueda de algo que existe más allá de la pura racionalidad y de la pura ciencia” y muestran “la necesidad de salir del círculo de la inmanencia en el que la razón y la ciencia tratan de recluir a la persona”.“El bajón de la práctica religiosa va acompañado de un aumento impresionante de creencias y prácticas supersticiosas”, escribe, y pone varios ejemplos concretos. Para terminar citando un fragmento de la carta de San Pablo a los Romanos. Reproducimos el escrito del arzobispo de Tarragona a continuación (y el vídeo divulgado por el Arzobispado).
Astrología y conciencia religiosa
17 de julio de 2022
Estimados y estimadas. En los últimos decenios ha aumentado considerablemente la práctica del ocultismo o la futurología, como se denomina comercialmente. Se ha ido convirtiendo en un negocio amplio y difuso, sobre todo por la progresiva integración que ha tenido en la programación cotidiana de revistas de masas, y también en televisión y en las redes sociales, convirtiéndose en un capítulo importante de la intercomunicación en secciones comerciales de oferta y demanda de estos servicios.
El fundamento lógico de estas supersticiones se basa en que las vertientes racionales de nuestras vidas muchas veces no pueden o no logran penetrar en aspectos profundos y decisorios de la vida humana y, en especial, en los sentimentales o emocionales. Por esta razón, la única forma de acceder a lo que no se comprende o no se sabe con certeza —como el propio destino— es por medio de algún sistema de creencias misteriosas, teniendo presente que quienes actúan de intermediarios sean capaces tener mucho «arte» en la interpretación.
Nos encontramos ante una degradación del espíritu humano, que se sujeta a creencias y prácticas irracionales, tontas, absurdas y, a veces, gravemente inmorales, que humillan la dignidad de la persona humana. Cierto que prácticas así nunca han faltado en la historia. Pero esto hoy es más grave, ya que durante los últimos siglos ha habido un aumento de racionalidad y progreso científico que han alcanzado unas considerables proporciones. Esta racionalidad y este progreso han demostrado la absurdidad y la vanidad de unas doctrinas y de unas prácticas que en tiempo pasado se podían justificar con pretensiones científicas y con la apariencia de una racionalidad más alta y profunda.
El fenómeno de la astrología, la magia y el ocultismo es el signo de la búsqueda de algo que existe más allá de la pura racionalidad y de la pura ciencia. Esto expresa la necesidad de salir del círculo de la inmanencia en el que la razón y la ciencia tratan de recluir a la persona humana: la necesidad, esto es, de abrirse al mundo de lo invisible y al trascendente. Pero esta necesidad, digamos «religiosa», lejos de dirigirse a Dios, se desvía hacia formas infrahumanas y seudorreligiosas, hacia la idolatría y la superstición. Es triste constatar, en este sentido, que en nuestro mundo occidental el bajón de la práctica religiosa va acompañado de un aumento impresionante de creencias y prácticas supersticiosas. Personas que se avergonzarían de creer en Dios y lo considerarían un deshonor, acaban creyendo en los horóscopos, en los magos, en los adivinos, en el mal de ojo y el mal dado, en la mala suerte que lleva el número trece, el gato negro y la boda celebrada el martes o el viernes 13. Es lo que dice san Pablo de los paganos de su tiempo: «Presumiendo de sabios, se han vuelto necios, y han cambiado la gloria del Dios inmortal por imágenes de hombres mortales, de pájaros, de cuadrúpedos y de reptiles […]. Han canjeado la verdad de Dios por la mentira, venerando y adorando a las criaturas en lugar de al Creador» (Rm 1,22.25).
Vuestro,
† Joan Planellas i Barnosell
Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado
13 comentarios
Pero es que monseñor Joan Planellas está hablando de la práctica de la astrología en pleno siglo XXI. Los Papas que consultaban astrólogos son del S XV: Julio II y Pablo III. Poco después, Sixto V (s. XVI) y Urbano VIII (S. XVII) promulgaron bulas en contra de la astrología adivinatoria.
Los Padres de la Iglesia ya condenaron este tipo de astrología. San Agustín, en concreto, hacia el año 400.
Actualmente la astrología es como un narcótico que viene a liberarnos del malestar de sentirnos libres al cortar con Dios. La relación con Dios es de libertad y responsabilidad. Somos libres para escoger entre el bien y el mal, pero responsables ante Dios por nuestra elección. Sin Dios somos meramente libres, sin responsabilidad. Esta falta de poder dar la cara ante un Ser absoluto la suple la astrología por medio de unas determinaciones astrales que nos marcan desde el nacimiento y en cada momento de nuestra vida. Ya no somos libres ni responsables. Basta con seguir las prescripciones astrológicas. La angustia desaparece gracias a las pastillita astrológica diaria.
De hecho la astrología es una burda perversión laica del sacramento de la Confesión que se practica en la Iglesia Católica.
"Un día, mientras nos dirigíamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha poseída de un espíritu de adivinación, que daba mucha ganancia a sus patrones adivinando la suerte. Ella comenzó a seguirnos, a Pablo y a nosotros, gritando: "Esos hombres son los servidores del Dios Altísimo, que les anuncian a ustedes el camino de la salvación". Así lo hizo durante varios días, hasta que al fin Pablo se cansó y, dándose vuelta, dijo al espíritu: "Yo te ordeno en nombre de Jesucristo que salgas de esta mujer", y en ese mismo momento el espíritu salió de ella. Pero sus patrones, viendo desvanecerse las esperanzas de lucro, se apoderaron de Pablo y de Silas, los arrastraron hasta la plaza pública ante las autoridades"(Hech 16, 16-19).
Juvenal, en 2000 años ha habido papas de todos los colores y con comportamientos muy poco recomendables. Pero dígame uno solo que haya enseñado como doctrina sagrada la astronomia
Si actuaramos como y, por tanto fuéramos criaturas del Creador, solo le honraríamos a Él con nuestras oraciones y nuestra felicidad gracias a cada decisión honesta y justa que hubiéramos adoptado en nosotros
Lo que no pertenece al Creador, en el plano espiritual, es criatura caída,sin duda
Mucho cuidado con aceptar y abrir una puerta a las bestias que nos odian
Vivir en paz y como seguidores del Cristo, es el mayor logro para un alma
Nadie lo consiguió. La recompensa actualmente es de un millón de dólares, a cargo de la fundación de James Randi.
No hay que demostrar la no existencia de espíritus. No se puede probar ni éste ni ningún un hecho negativo (probatio diabolica). Lo que hay que demostrar es su existencia, y el que lo haga que cobre el millón de dólares.
Ese vacío de no religión muchas personas han "tenido" que rellenarlo con algo y estas creencias son muy fáciles de creer.
En aquellas épocas todavía había quien mantenía que cada astro estaba guiado por un espíritu celestial.
De ahí viene el hecho de que algunos papas intentaran recibir ayuda de ellos. Puede decirse que no tenían una intención pecaminosa, sino, al contrario, piadosa.
A partir del siglo siguiente, con los descubrimientos astronómicos mucho más avanzados, los papas siguientes desecharon definitivamente esas teorías, como muy bien te han indicado.
Dejar un comentario