Sectas, pandemia y conspiración: nacen 500 nuevos grupos sectarios en Francia
El pasado 24 de marzo, la federación France Victimes y la UNADFI, que representa a víctimas de las sectas, firmaron un acuerdo para identificar y apoyar mejor a las personas bajo influencia desde la crisis sanitaria. Según informaba entonces Emmanuel Lucas en el diario francés La Croix, la pandemia ha proporcionado un terreno fértil para la propagación de creencias sin fundamento en materia de salud.
Ya hace un año, en abril de 2021, la Oficina Central para la Represión de la Violencia contra las Personas (OCRVP) estimó que se habían creado 500 nuevos microgrupos sectarios durante la crisis sanitaria del covid-19.
Un caso particular
Durante meses, Estelle ha notado la deriva de su marido. Ve a este ejecutivo, científico de formación, padre de un niño, “muy culto”, dice, pasar a la influencia sectaria durante la crisis sanitaria. “En pocos meses pasó de la simple curiosidad por el covid a afirmaciones como: ‘El hombre nunca ha pisado la Luna’ o ‘La guerra de Ucrania es un invento occidental’”, resume ella.
Todo empezó de forma banal, viendo vídeos en Youtube, “que minimizaban la gravedad del covid”, prosigue Estelle, “incluidos los de Didier Raoult”. A partir de ahí, cayó “en una carrera precipitada”, viendo contenido cada vez más controvertido. Incluso su covid grave, que le valió dos semanas en cuidados intensivos, no cambió nada: concluyó que lo habían tratado mal.Luego pasa a la mensajería cifrada de Telegram, sin moderación. Se alimenta de teorías cada vez más radicales… “Hoy está tan encerrado en sus certezas, que sentimos que está dispuesto a cortar lazos con nosotros, su familia, sus amigos”, suspira la joven esposa. “Incluso a nivel profesional, se arriesga: comparte sus creencias en la red social profesional Linkedin, por ejemplo. Claramente, se pone en evidencia y no hay nada más que hablar”.
500 nuevos “microgrupos sectarios”
¿Cuántas sectas hay? En abril de 2021, la Oficina Central para la Represión de la Violencia contra las Personas (OCRVP) estimó que durante la crisis sanitaria se habían creado 500 nuevos microgrupos sectarios y que 140.000 personas, incluidos 90.000 niños, estaban afectadas. Pero podría haber muchos más.
Para identificarlos y acompañarlos mejor, la federación France Victimes firmó, el pasado 24 de marzo, una asociación con la Unión Nacional para la Defensa de las Familias y del Individuo (UNADFI) para identificar mejor a las víctimas “que por sí mismas no llaman a la puerta de nuestras asociaciones”, explica Jérôme Moreau, vicepresidente de France Victimes.
De ahora en adelante, ellos y sus seres queridos tendrán un punto de entrada a la posibilidad del cuidado y apoyo. France Victimes aporta su amplia red de abogados y psicólogos, presentes en los 164 tribunales judiciales, para garantizar una atención rápida y adecuada.
Por su parte, la UNADFI ha desarrollado un conocimiento profundo del fenómeno: “Podemos así ayudar a esclarecer cada situación, decidir si se trata de un riesgo de deriva sectaria o no”, señala su portavoz Pascale Duval.
Sectas: un triple aislamiento
“Para hablar de secta, la persona debe sufrir un triple aislamiento: frente a sí misma, cuando ha cambiado de estilo de vida, por ejemplo en cuanto a la alimentación; frente a sus allegados, a los que ya no escucha; y frente a la sociedad, cuando rechaza sus valores y cuestiona su legitimidad”, especifica la activista.
Otra particularidad de esta crisis la forman los puentes entre el conspiracionismo y las estructuras sectarias, que han sido numerosos. Así, la UNADFI conoce desde hace mucho tiempo a varias figuras antivacunas. “Por ejemplo, la quebequesa Gyslaine Lanctot ha estado en nuestro radar desde los años 90. En ese momento, afirmó que el SIDA no existía y que se podía curar por sí solo. Cuando apareció el Covid, simplemente adaptó su discurso”.
Otro ejemplo: la francesa Anne Givaudan también sería una de estas conspiranoicas “reconvertidas”. “Su pelea inicial fue por el 3G y los microchips”, continúa explicando Duval. También menciona a Thierry Casasnovas, el defensor de los alimentos crudos, “ex alumno de Guy-Claude Burger, promotor de la instintoterapia”, y que fue objeto de un allanamiento en el marco de una investigación “por práctica ilegal de la medicina”.
Para saber más:
- Alerta: Las sectas crecen durante la emergencia por el COVID-19
- Los que se aprovechan del coronavirus: sectas, gurús y pseudoterapeutas
- La New Age es un motor ideológico para las “teorías de la conspiración”
5 comentarios
Estas agrupaciones manifiestan una notable resistencia a la consideración de datos que sean contrarios a su cosmovisión, que parece basarse en una confianza ilimitada en instancias consideradas dignas de todo crédito como la ONU, la OMS, el Foro Económico Mundial, organizaciones caritativas como Pfizer y Moderna, o actores públicos situados más allá de toda sospecha como Bill Gates o George Soros.
En estos grupos se difunde la creencia de que nada puede ser más normal que lo que ha estado sucediendo en los últimos dos años y algo en todo el planeta, y se demoniza a los que piensan distinto, en una cerrada defensa de los valores grupales característica de todas estas asociaciones fuertemente identitarias.
Otro rasgo típico es la adoración de la casualidad elevada a la categoría de divinidad omniexplicativa de todo evento que a primera vista pudiese resultar preocupante para el dogma, como ser, la cantidad de gente que enferma gravemente o fallece poco después del acto ritual central de la inoculación.
No faltan los típicos signos externos de pertenencia, como el tapabocas, ni los escalafones internos jerárquicos basados en la cantidad de hisopados y dosis a los que ha logrado sobrevivir cada miembro.
En definitiva, que las sectas nos invaden.
Saludos cordiales.
1.- Son lo que conduce, en gran medida, la historia ( Revolución Rusa, Revolución Francesa, asesinato de Julio César etc., etc.)
2.- Hoy cualquiera informado sabe que el COVID 19, casi con total seguridad, surge de un laboratorio. No parece natural para muchos investigadores y por muchas razones.
3.- Grandes potencias, grupos, multibillonarios y organizaciones multilaterales creen en un maltusianismo radical que considera necesario promover incluso la aniquilación de seres humanos, aunque sea en el vientre materno. Promueven también la esterilización y otras vías "agresivas" a este efecto.
4.- Hay censura contra opiniones que resalten hechos como los arriba reseñados, así como coordinación total sobre cuestiones relativas a la estrategia contra el COVID 19 en los medios de comunicación de masas. No así entre los especialistas en la cuestión.
La más grande de estas teorías sobre el covid es la teoría de la “plandemia”, que atrapa fácilmente a personas a las que la conspiranoia les ofrece certidumbres sin fundamento científico y les aporta un medio fácil de aparentar ser hipercríticos con el sistema. Aquellos que ya antes de la pandemia pensaban que unas élites totalitarias y poderosas movían todos los hilos al unísono y en una misma dirección para controlar y someter al mundo, eran carne de cañón de la teoría de la plandemia, cuya explicación de la pandemia global del covid encajaba como un guante en su teoría conspiranoica sobre el funcionamiento del mundo actual. Estas personas eran terreno abonado para la teoría de la plandemia.
La ciencia es confrontación, discusión de argumentos, aportación de evidencias.
Es más, estos "fact checkers", Facebook incluido, forman una especie de "ministerio de la verdad". Da risa ver en nuestra sociedad escéptica y relativista cómo de repente la plata de Soros y de Bill Gates hace salir la verdad al primer plano, y que unos señores en Internet se pongan a decir cuál es la verdad y cuál no lo es, básandose simplemente, la mayor parte de las veces, en frases de médicos alineados. o incluso en las declaraciones de las mismas compañías farmacéuticas.
Saludos cordiales.
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