Exorcista Luis Escobar: “en los ataques a iglesias en Chile hubo un ritual satánico”
Quienes desde hace varios años vienen desplegando en Chile actos de extrema violencia, volvieron a ensañarse el pasado 18 de octubre con la comunidad cristiana de ese país, mediante el ataque incendiario que destruyó dos importantes iglesias patrimoniales en la capital, Santiago de Chile. A saber, la Parroquia de la Asunción y a pocas cuadras de ésta, la Iglesia San Francisco de Borja.
¿Quiénes son los autores de estos “ataques”? La policía chilena los califica como “antisociales” y los medios de comunicación al referir estos hechos informan que sus responsables fueron “manifestantes”, “encapuchados”, “grupo de desconocidos”, “anarquistas”.
Sobre este particular el sacerdote y exorcista chileno Luis Escobar hizo llegar a Portaluz un texto en el cual analiza los hechos y concluye que existen abundantes “signos satánicos” como para afirmar un vínculo identitario satanista en estos individuos que la policía chilena califica como antisociales y los medios internacionales perfilan de “anarquistas”.
El exorcista Escobar es activo usuario de Internet y le “llamaron la atención”, dice, fotos y videos que circulan “en las redes sociales como en los medios de comunicación”. Algunos hechos acaecidos durante las manifestaciones en Chile le llevan a concluir que existe una auténtica “catequesis satánica” que se expresa y busca validarse en estas instancias. A continuación, publicamos el texto enviado por padre Luis Escobar.La reflexión del exorcista
No es al azar que al inicio de los festejos en la Plaza Baquedano pintaran de rojo la estatua del General Baquedano. No olvidar que este lugar es una tumba histórica, porque ahí están sepultados los restos de un Soldado de identidad desconocida que defendió a Chile durante la Guerra del Pacífico.
Sobre este mismo lugar se desplazaron danzantes vestidos de rojo y disfrazados de diablos, tanto hombres como mujeres; danzaban emulando de forma engañosa un baile religioso tradicional del altiplano chileno-boliviano-peruano que honra a la Santísima Virgen María.
Estos bailes religiosos, conocidos como diabladas, ponen de manifiesto la magnificencia de María, frente a la cual hasta los demonios se rinden en su presencia. No era lo que auguraba esta danza en la Plaza Baquedano de Santiago. Fue luego de esto que ocurrió el inicio de la profanación y quema de dos Iglesias cercanas.
En la primera de ellas se destruyeron signos religiosos relevantes para los cristianos católicos chilenos, como la imagen de Nuestra Señora del Carmen Reina y Patrona de Chile, cuya estatua sagrada terminó descabezada entre las llamas. Junto a la imagen de su madre la estatua del Sagrado Corazón de Jesús también fue violentada. Fuego, gritos de burlas y de odio precedían a este ignominioso acto.
No suficiente con ello atacaron una segunda iglesia, dedicada nada menos que a la Asunción de María, simbolizada en una torre aguja que se yergue hacia el cielo como signo de María que se eleva a la presencia de Dios. Misma que fue incendiada y en su caída, la televisión abierta de Chile transmitió en directo los vivas y aplausos de una multitud eufórica que gesticulaba y bramaba por haber logrado tan maligna osadía. A estas alturas la catarsis del ritual retomaba bríos con gritos de: viva el diablo.
Por los antecedentes que aporta la historia del culto a Satanás en Chile, la evidencia de los hechos recientes y el conocimiento que comparto con mis hermanos exorcistas, en los mencionados ataques a las Iglesias en Chile del pasado 18 de octubre de 2020 hubo un ritual satánico. Liturgia en honor a Satanás que inició con danzas representando la algarabía de los demonios, culminando con la profanación de los templos y las imágenes de María Santísima.
Un ritual satánico requiere profanar los elementos sagrados de la Iglesia, generalmente la Eucaristía, los sacramentales o las imágenes religiosas; ya sea para destruirlas o bien para ser usadas en otros actos que simbolizan una ofensa a Dios. Quemar la iglesia de San Francisco de Borja es un acto que va más allá del anarquismo, más allá del ofender y atacar a la institución de carabineros.
Satanás y sus seguidores se sirven de los incautos estimulando la euforia del odio, la violencia y la soberbia, como condimento de este ritual dedicado al demonio que pretende dejar una huella como mensaje: Muerte al Nazareno; pretensiosa frase que suele utilizar el demonio para dirigirse a Jesús.
Pero el ritual, esta catequesis satánica que fue posible ver en vivo por la televisión, requería ofender a María. Es muy significativo que hayan elegido quemar la Parroquia de la Asunción, pues el último dogma mariano declarado por la Iglesia es la Asunción de María al Cielo, triunfante y gloriosa ante Dios.
Por cierto, es algo que le genera odio al demonio y por ello sus seguidores lo ritualizan derribando la torre aguja de esa Parroquia que se eleva hacia el cielo, representando a María, asunta en cuerpo y alma. Hoy continúa la catequesis demoniaca con invitaciones a satanizar el 25 de octubre, con ofensas y obscenidades contra lo religioso, pseudo argumentando: La única Iglesia que ilumina, es la que arde.
¿Como neutralizar todo este culto? Amando a Dios sobre todas las cosas, optando por una vida centrada en Cristo, vencedor del mal, sostenida en una permanente vida sacramental y de oración. Sobre todo, con un gran amor a la Eucaristía, la que nos llevará a reconocer también a Cristo en el hermano y más aún, orando por nuestros enemigos. La oración frecuente de una iglesia herida y sufriente que se abandona en Cristo es el grito que podemos alzar hasta el cielo.
No les quepa duda de que esta oración está llegando a Dios. Los ejércitos del cielo batallan con nosotros. Recuerden la Cruz, todo parecía vencido, oscurecía, todos se disiparon, quedaron llenos de pena, caminaban hacia Emaús y cada vez se oscurecía más; pero cuando Cristo se presenta y se ofrece en la fracción del pan, se les abren los ojos y se llenan de gozo porque pueden reconocer que nunca estuvieron solos.
En esta batalla con las armas de la fe, no nos olvidemos de María Santísima. Ella es la intercesora por excelencia y además es nuestra Madre. Nunca nos abandona y nos protege del poder de las tinieblas.
15 comentarios
Poner la otra mejilla, pero no excedernos en esto.
Cómo cristianos debemos unirnos y proteger la casa de Dios...
¿Porque no atacan una mezquita? Porqué los musulmanes no se quedarían a mirar como arde, actuarían, igual lo debemos hacer los católicos.
¿Acción?... reacción. ¿Cómo?: bombardeando el infierno con el máximo daño entre las filas de Satanás.
A nivel COLECTIVO: Organizando una jornada pública de reparación y desagravio, que incluya: 1) adoración al Corazón eucarístico de Jesús Sacramentado, con rezo del santo Rosario; 2) imposición de Escapularios de la Virgen del Carmen a los fieles; y 3) reparto final de medallas de la Virgen Milagrosa.
A nivel INDIVIDUAL: Animando a la práctica de la "devoción de los cinco primeros sábados de mes", pedida en primera persona por la propia Virgen de Fátima: “Han visto el infierno donde terminarán las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos, el Señor quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado. Si se hace lo que les diré, muchas ánimas se salvaran y habrá paz. Tú, al menos procura consolarme y anuncia en mi nombre” (La Virgen a sor Lucía, 13/05/1917).
El 10-12-1925 se volvió a aparecer, con el Niño a su lado y mostrando a Lucía un corazón coronado de espinas que tenía en la otra mano. Al mismo tiempo el Niño dice: «Ten compasión del Corazón Inmaculado de tu Santísima Madre, que está cubierto de espinas que los hombres ingratos que en todo momento Lo atraviesan, sin que sea quien haga un acto de reparación para arrebatarlo».
La Santísima Virgen le dice a sor Lucía: «Mira, hija mía, mi Corazón coronado de espinas que los hombres ingratos en cada momento Me meten, con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, busca consolarme, y di que todos aquellos que por cinco meses, en el primer sábado, se confiesen recibiendo después la santa Comunión, recen un rosario, y Me hagan 15 minutos de compañía meditando sobre los 15 misterios del rosario [se considera cumplido al menos con 5], con la intención de darme alivio, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de estas almas».
1) Confesarse, dentro de los ocho días anteriores, con la intención de modificar las ofensas al Inmaculado Corazón de María. Si durante la confesión se olvida de hacer esta intención, se puede expresar en la siguiente confesión;
2) Recibir la Comunión, en gracia de Dios, con la misma intención de la Confesión;
3) La comunión debe ser recibida el primer sábado del mes;
4) La Confesión y la Comunión deben repetirse durante cinco meses CONSECUTIVOS, SIN INTERRUPCIÓN, de lo contrario debe comenzar de nuevo;
5) Recitar el Rosario, al menos la tercera parte, con la misma intención de la confesión;
6) Hacer compañía a la Virgen por 15 minutos, meditando los misterios del Rosario.
7) Se concluye con la oración al Corazón Inmaculado de María para cada primer sábado del mes.
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