Corea: otra secta de origen cristiano, nuevo foco de infección de coronavirus

Al menos 35 casos del nuevo coronavirus se han relacionado con el templo de una secta marginal de origen cristiano en Seúl, según dijo ayer, 31 de marzo, el Gobierno metropolitano de la capital coreana, generando preocupación por las infecciones grupales en la poblada capital. Informa de ello la agencia Yonhap.

La cifra incluye al menos 25 pacientes que son miembros de la Iglesia Central Manmin, ubicada en el distrito sudoccidental de Guro en Seúl, así como a sus familias y compañeros de trabajo, según el Gobierno de la ciudad.

El número de casos, publicado por el Gobierno metropolitano el 31 de marzo por la tarde, podría aumentar a medida que los casos relacionados con la iglesia han aumentado rápidamente desde que se informó de la primera infección el pasado 25 de marzo.

Las autoridades sanitarias han rastreado los contactos cercanos de 487 miembros de la secta y sus conocidos, incluidas 444 personas que dieron negativo para el virus y 11 en espera de los resultados de la prueba.

Un nuevo foco de infección

La secta ha celebrado servicios religiosos en línea desde principios de marzo, pero algunos de sus miembros han celebrado reuniones para la grabación y producción de dichos servicios, según los funcionarios de la ciudad.

La capital surcoreana ha reportado un total acumulado de 450 casos confirmados del COVID-19 hasta ayer, mientras que el total del país es de unos 9.800 pacientes. Por distrito, el mayor número de casos, 38, se reportó en el distrito sureste de Gangnam. Guro fue el siguiente con 32 casos, según el Gobierno de la ciudad.

Su líder, en la cárcel desde 2018

En noviembre de 2018, el líder de la Iglesia Central Manmin fue condenado a 15 años de cárcel por la violación de ocho mujeres, algunas de las cuales lo consideraban Dios. Las víctimas del pastor Lee Jaerock “eran incapaces de oponer resistencia, pues estaban sometidas a la autoridad religiosa absoluta del acusado”, tal como subrayó el juez Chung Moon-sung ante el tribunal del distrito central de Seúl.

La devoción religiosa puede ser muy fuerte en Corea del Sur, donde el 44% de los habitantes se declaran creyentes, según leemos en AFP. La mayoría de los fieles pertenecen a Iglesias reconocidas, a menudo ricas y poderosas.

Pero también hay muchas iglesias marginales, algunas de las cuales estuvieron implicadas en casos de malversación, coacción, “lavado de cerebro”, manipulación de fieles y otras prácticas asociadas a prácticas sectarias. Unas 60 personas afirman tener esencia divina en ese país, según algunos especialistas.

Lee Jaerock fundó en 1982 la Iglesia Central Manmin, de inspiración protestante, en Guro, un barrio de Seúl. Afirma tener en la actualidad 130.000 adeptos, cuenta con una gran sede, un lujoso auditorio y su página web destaca el gran número de milagros que en ella se han obrado.

Sometidas a un personaje divino

A raíz de las revelaciones del movimiento #MeToo, tres fieles denunciaron en 2018 al líder religioso, que las convocó en su piso y las forzó a tener relaciones sexuales. “No fui capaz de resistirme a él. Él era más que un rey. Era Dios”, contó una víctima, miembro de la secta desde su infancia, en la televisión surcoreana.

El pastor dijo a otra víctima que ella estaba en el paraíso y debía desnudarse, como Adán y Eva en el jardín del Edén. “Lloré porque odiaba hacer eso”, declaró. 8 mujeres denunciaron al pastor y el tribunal lo declaró culpable de haberlas violado “decenas de veces” durante un largo periodo.

“En sus sermones, el acusado directa o indirectamente sugirió que era el Espíritu Santo”, subrayó el juez. Y las víctimas pensaban “que era un ser divino con poderes divinos”, añadió.

Lee Jaerock, que rechaza las acusaciones, escuchó el veredicto con los ojos cerrados y no mostró ninguna emoción frente al centenar de fieles suyos que asistieron a la audiencia. Su abogado acusó a las denunciantes de mentir para vengarse por haber sido excomulgadas tras haber violado las reglas de la secta.