Alemania: cinco muertos en una posible secta esotérica en torno a la alquimia
El hombre cuyo cuerpo fue descubierto con varias saetas de ballesta clavadas en el cuerpo, en una pensión cercana a Passau, en el norte de Alemania, era un gurú dominador de una secta esotérica, de la que también formaban parte las cuatro mujeres asesinadas.
Según relata Rosalía Sánchez en el diario español ABC, dominación y manipulación sexual, esoterismo medieval y un pacto para suicidarse o asesinato consentido son algunas de las hipótesis que maneja la policía, aunque todavía hay muchos interrogantes.
No está listo todavía, por ejemplo, el resultado de la autopsia que determinará las causas de la muerte de las dos mujeres cuyos cuerpos aparecieron en un apartamento a 600 kilómetros del resto de las víctimas del denominado «crimen de las ballestas» y cuyos cadáveres no presentaban signos de violencia externa.
Doctrinas esotéricas y alquímicas
Pero sí ha quedado ya claro gracias a los testimonios de familiares y conocidos que Torsten W., el líder del grupo, había conocido a las mujeres durante entrenamientos de deportes de combate, las había aficionado a la alquimia y las había ido separando de sus círculos de amistades y familiares.
Los padres de la más joven de ellas, Carina, de 19 años, han reconocido que era depresiva y recibía tratamiento psiquiátrico hasta que conoció a Torsten, y entonces rompió con la terapia y se marchó de la casa de sus padres.
La policía alemana calcula que todavía serán necesarias otras dos o tres semanas para determinar las circunstancias exactas de la muerte de las cinco personas, cuyos cuerpos fueron hallados en dos lugares del norte y el sur de Alemania, pero que estaban relacionadas entre sí, no sólo por su pertenencia a u club internacional de caballeros que organiza torneos medievales y porque compartían oscuras prácticas de alquimistas, sino también porque mantenían relaciones íntimas cuyas combinaciones no ha sido todavía posible precisar.El líder del culto
El hombre, identificado como Torsten W., de 53 años, parece haber tenido un papel central en el grupo. Según la cadena de televisión RTL y el periódico Bild, se comportaba como un líder tiránico para controlar a las cuatro mujeres.
«Los investigadores sospechan que todos eran miembros de algún tipo de grupo sexual focalizado en la Edad Media», ha dicho uno de los investigadores, que añadía que todo apunta a que mantenía «una relación con varias mujeres que controlaba como un amo».
Torsten llevaba una larga barba blanca, tenía una tienda de productos medievales en Renania Palatinado llamada «Milites Conductius» y organizaba por las noches sesiones de combate con espadas. También llevaba tatuados símbolos alquimistas, un movimiento esotérico de la Edad Media, y había introducido a las mujeres en esta especie de culto oscurantista. La policía descubrió primero el cuerpo del hombre y de dos mujeres, Kerstin E. y Farina C., en la habitación de un hotel en Passau (Baviera).
Detalles de los crímenes
Torsten y Kerstin habían muerto a causa de sendas flechas de ballesta disparadas directamente sobre el corazón de cada uno de ellos. Después de esas dos flechas mortales, según ha detallado el informe forense, ambos recibieron varios otros impactos de flecha de la misma arma en diversas partes del cuerpo.
El cadáver de Farina, en cambio, apareció en el suelo de la habitación y en medio de un charco de sangre. La autopsia confirma que murió a causa de la única flecha clavada en su cuerpo, concretamente en el cuello.
Las otras dos víctimas, Gertrud C. y Carina U., fueron halladas en el apartamento de Farina C., en la localidad de Gifhorn, en Baja Sajonia. La madre de esta última ha declarado ante la fiscalía que su hija «sólo hablaba de Torsten», mientras su padre asegura que todavía no entiende «que alguien pueda manipular así a una persona en un lapso de tiempo que duró entre cuatro y seis semanas», porque su hija antes era «feliz».
Alexander Krüger, que alquiló un local a Torsten en 2017, asegura que en esa época vivía con una pareja de lesbianas a las que daba órdenes y por las que era servido. «Su lenguaje corporal era devoto, con la cabeza gacha, hacían todo lo que él les decía, incluso antes de que se lo dijese», ha descrito a aquellas dos mujeres a las que ahora busca la policía.
Las primeras noticias
El líder y las dos primeras víctimas habían reservado por internet una habitación para tres personas, dos noches sin desayuno. Llegaron a última hora de la tarde del pasado 10 de mayo y se registraron casi sin equipaje, en la pensión Zur Triftsperre del distrito de Passau, un hospedaje en medio del bosque, según relataba el diario ABC el día 13.
«El hombre tenía una larga barba blanca y las mujeres iban completamente vestidas de negro y un poco desaliñadas, pero no nos extrañó porque aquí la gente viene a disfrutar de la naturaleza, sin formalismos», ha descrito uno de los empleados de la pensión. Tras recoger la llave y subir a la habitación, las dos mujeres volvieron a bajar a recoger algo del coche, un utilitario blanco con pegatinas relacionadas con la caza.
Fue la última vez que fueron vistas con vida. El 11 de mayo a primera hora de la tarde, cuando una de las limpiadoras utilizó la llave maestra para entrar a limpiar la habitación, encontró los tres cadáveres repartidos por el suelo y con flechas de ballesta clavadas, aparentemente la causa de la muerte.
El dueño de la pensión, tras atender brevemente a la limpiadora en estado de shock, avisó a la policía local. Fue necesario esperar a una unidad de la policía científica antes de levantar los cadáveres y la primera impresión fue que «parece altamente improbable que una cuarta persona haya estado en la habitación». Los asesinados, el hombre de 53 años y las dos mujeres de 30 y 33, habían cerrado la habitación desde dentro y ni la puerta ni ninguna de las ventanas habían sido forzadas.
Investigaciones
La modesta casa de huéspedes en Unteröd en Ilztal, en la Baja Baviera, es visitada solamente por senderistas y pescadores. Por su situación en la montaña y junto al cauce de un río, queda aislada durante el invierno por las nieves y, en esta época del año es visitada por excursionistas y naturalistas.
«Se está procediendo al interrogatorio de todo el personal del hotel y estamos tratando de ponernos en contacto con familiares de los fallecidos para establecer al menos el objetivo de su viaje», informaba el portavoz policial Josef Ekel, que también confirmaba que en la misma habitación fueron encontradas dos ballestas con las que muy posiblemente fueron efectuados los disparos mortales.
«No podemos asegurar que se trate de un suicidio en grupo, es todavía demasiado pronto, pero tras interrogar al personal de la pensión parece difícil relacionar a ninguno de los empleados con los asesinados», dijo el portavoz. «Aparentemente no hay un móvil». Tras un detenido examen de la habitación y de la pensión al completo, en busca de posibles pistas, la policía peinó también los alrededores, donde tampoco apareció rastro alguno de huida.
Afición por lo medieval
En Hoy leemos que Torsten W. y Kerstin E. compartían una casa de campo en la pequeña localidad palatina de Borod. En la cercana población de Hachenburg, el hombre gestionaba una tienda de artículos medievales en la que vendía, entre otras cosas, espadas, armaduras y ‘met’, vino de miel fermentada, y ofrecía cursillos para el manejo de armas de caballeros. Acudía además a ferias medievales. Algunas fuentes lo identifican como propietario también de un estudio de tatuaje.
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