Argentina: autorizan transfusión de sangre a un niño de 6 años hijo de testigos de Jehová
La jueza de Familia María Marcela Pájaro, de San Carlos de Bariloche (Río Negro, Argentina), autorizó la realización de una transfusión de sangre a un niño de 6 años, cuyos padres son testigos de Jehová, tal como informa NoticiasNet.
La decisión adoptada se fundamentó especialmente en el derecho que tiene todo niño a la vida, previsto en el artículo 6 de la Convención de los Derechos del Niño, y a la salud que propone el artículo 24 del mismo documento.
Así se llegó a la decisión
Cabe señalar que la petición fue realizada por la abogada del Hospital de Bariloche a requerimiento de una médico pediatra que trataba al niño. Por ello convocó a la Defensora de Menores de turno y a la magistrada a fin de resolver la situación médica de urgencia que se presentaba: el pequeño requería una transfusión de glóbulos rojos, a la que los padres se negaban por ser miembros de la secta.
Tras presentarse en el nosocomio y mantener una entrevista con la pediatra y una conversación con los familiares, se procedió a autorizar, con anuencia de la Defensora de Menores, la transfusión, sin perjuicio de acordar con la médica tratante que se haría uso de la transfusión sólo si resultaba imprescindible.Cabe señalar que se intentó tomar contacto con el niño, pero al advertir que estaba descansando y atendiendo a su corta edad se entendió innecesario perturbar su descanso.
Se consignó en la resolución que este derecho colisiona en apariencia con el derecho de los padres a profesar una religión y educar a sus hijos bajo los preceptos de esta creencia. En este sentido, se mencionó que “los padres de menores de 13 años ejercen la representación legal siempre y cuando sus decisiones no pongan en riesgo al niño, ya que se trata de un derecho pero fundamentalmente de un deber. Cuando se involucran derechos personalísimos, aparece un límite dado que ningún derecho es absoluto, y tampoco el que surge de la responsabilidad parental”.
En su veredicto, Pájaro expuso que “los jueces no debemos interferir en la decisión adoptada por un adulto en pleno conocimiento de las consecuencias de su decisión con cumplimiento cabal del consentimiento informado” pero “la situación es distinta en caso de niños, se ha consignado, y más delicada aún en niños pequeños y con discapacidad, que no pueden expresar opinión. En este caso, se suman características que potencian su vulnerabilidad: corta edad, discapacidad y una concreta patología no determinada aún”.
Alivio de los padres
Los padres, tras ser informados acerca de la decisión judicial de autorizar la transfusión, inmediatamente manifestaron que la acatarían sin objeciones, que entendían los motivos y que agradecían la labor y trato humano y ético de la pediatra.
Los padres no obstaculizaron la transfusión pero consideraron que no podían prestar el consentimiento, al tiempo que el fallo remarcó que “cada quien tiene derecho a profesar el culto que desee y tomar las decisiones sobre su salud solamente con las limitaciones que la ley establece siempre y cuando esas decisiones libres y voluntarias no afecten a terceros: el hijo, en este caso, es un tercero. Es su vida y su salud las que están en juego”.
La sentencia de la Jueza Pájaro ha recordado que “las autorizaciones para transfundir en casos de personas que profesan la religión de los padres de Daniel, es recurrente en nuestros Tribunales pese a que la Corte Suprema de Justicia resolvió el caso Bahamondez en 1993”, tal como recoge ADN Río Negro.
En este sentido se ha dicho que “es interesante sin embargo advertir que hubo fundamentos disimiles y que algunos jueces consideraron que la cuestión se dirimía en base a las previsiones del art 19 de la Carta Magna mientras que otros encontraban el sustento en la libertad de culto. No obstante ello y cualquiera sea el fundamento a que se eche mano, está claro que los jueces no debemos interferir en la decisión adoptada por un adulto en pleno conocimiento de las consecuencias de su decisión con cumplimiento cabal del consentimiento informado”.
1 comentario
Lamentablemente, Ustedes interpretan mal la Biblia. Cuando en ella se habla de no "comer sangre", esta prohibición se refiere a un "acto de idolatría": comer la sangre de un animal sacrificado era apropiarse de su alma, de su fuerza sagrada, era un acto de idolatría condenada en la sagrada Escritura. Lo que se condena aquí es la idolatría pero no las transfusiones de sangre que en esa época no eran conocidas.
También en la Biblia se prohíbe comer la grasa de los animales. Dice a este respecto el Levítico (cap. 7,v.25): "Cualquiera que coma la grasa de los animales que pueden ser ofrecidos en sacrificio al Señor, será excluido de su pueblo". En el versículo 23 dice: "Ustedes no comerán grasa de buey, ni de cordero, ni de cabra". El versículo 24 afirma: "La grasa de un animal muerto o despedazado por las fieras podrá servir para cualquier uso, pero no deberán comerla".
En el Levítico se prohíbe también comer liebre (cap. 11,v.6) cerdo (ib.v.7), animales acuáticos que no tienen aletas ni escamas (v. 11). Se prohíbe tocar los cadáveres de animales (Lev. 11.24-28" 39-40). Se declara impura la mujer durante la menstruación y cuando da a luz (Lev. cap. 12). Esta impureza le impide ir al Templo (ib. v.4). Para terminar con la impureza el sacerdote debe realizar todo un rito de purificación (ib. vv.6-8). No se pueden comer los frutos de un árbol sino después del quinto año de haber comenzado a dar frutos (Lev. 19,23-25)... Las prescripciones siguen a lo largo de todo el Levítico.
Ahora yo les pregunto: ¿Ustedes cumplen con todas estas prescripciones? Ciertamente que no porque se dan cuenta que son propias de una época y de un contexto cultural y religioso distinto del nuestro. No las toman al pie de la letra. Entonces, ¿por qué toman al pie de la letra lo de la sangre?, ¿no se dan cuenta que todo esto se refiere a ritos que hoy ya no tienen sentido?
Además Cristo, que en la Ultima Cena dio a sus Apóstoles una copa de vino para beber, diciéndoles: "ESTA ES MI SANGRE".
Leemos en el Evangelio de San Juan (cap. 6, vv.53-54) que Jesús dijo:
"LES ASEGURO QUE SI NO COMEN LA CARNE DEL HIJO DEL HOMBRE Y NO BEBEN SU SANGRE, NO TENDRAN VIDA EN USTEDES, EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE TIENE VIDA ETERNA".
Como ven, Cristo no está en contra de las transfusiones de sangre que nada tiene que ver con las prescripciones del Antiguo Testamento".
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