Polémica en el Teide por una gran espiral de piedras esotérica

Una enorme espiral de piedras esotérica en medio del Parque Nacional del Teide (Islas Canarias, España). Esto es lo que se han encontrado los montañistas de Rutas Tenerife –una página de Facebook de amantes de la naturaleza–, quienes denuncian que esta gran construcción supone un grave atentado medioambiental en un paisaje protegido como es Las Cañadas del Teide. Lo cuenta Elena Hernández en La Opinión de Tenerife.

Se trata de un dibujo relacionado con la cultura maya que no sólo altera el paisaje, sino que puede ocasionar graves daños a la flora y fauna que habita en el parque. “Una auténtica barbaridad”. Así describe el senderista Santiago Hernández, de Rutas de Tenerife, a la espiral de piedras que se ha “plantado” en el Llano de Ucanca.

Se multiplican los grupos esotéricos

“Habíamos visto algún tipo de restos de rituales en el parque pero ninguna monstruosidad como ésta”, añade. Según el montañero, esta construcción –de la que tuvieron constancia a través de las redes sociales– tuvo que realizarse el 20 o el 21 de julio. “No es algo que se haya podido hacer en un día ni tampoco cosa de una sola persona, ni siquiera dos”, sostiene.

Rutas de Tenerife ya ha denunciado los hechos al Parque Nacional de Teide, donde le aseguran que tomarán medidas al respecto. “Esto puede ocasionar varios peligros como el deterioro del paisaje o de la vida de los insectos o perenquenes de la zona”, afirma Hernández, quien detalla que “pueden caer en depredadores o tener que buscar otro hábitat”.

En este sentido, Hernández sostiene que cada vez hay más grupos esotéricos en la Isla. “Es frecuente encontrarse hallazgos macabros por los montes y las playas de la Isla”, apunta. Se trata de restos de rituales que pueden ocasionar un grave peligro para la naturaleza tinerfeña. “Creo que están detrás de muchos de los incendios que se han registrado”, afirma el senderista.

Por su parte, desde la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (Atan), su portavoz, Eustaquio Villalba, sostiene que “se pueden multar este tipo de conductas”. “Está prohibido coger piedras del Parque Nacional así como alterar el paisaje”, aclara. Por eso, Villalba cree que es necesario que se apliquen “sanciones más duras”. “Lo que pasa es que parece que las administraciones están más preocupadas de sacar dinero del Teide que de conservar su flora y fauna”, señala.

Una acusada se defiende

Rutas de Tenerife cree haber dado con la posible autora de estos hechos, y según apuntan podría ser alguien de la Isla relacionado con el mundo espiritual y las culturas como la maya, que se dedica a hacer este tipo de rituales por la geografía tinerfeña. “Parece que tiene algo que ver con los temazcales mexicanos”, detalla.

Desde su perfil personal de Facebook, y a través de comentarios realizados en la página de Rutas de Tenerife, la aludida, Esther Siverio, ha contestado señalando que “el círculo no está relacionado con la cultura Maya”, sino que se trata de un “símbolo muy común guanche que representaba al Sol y otras a las ondas vórtices del universo y otras al movimiento del agua”. Asegura dedicarse a la “sanación ancestral” y al “oficio chamánico”, y desmiente su responsabilidad en el suceso.

Siverio se presenta en su página web como guía espiritual, adivina y clarividente, temazcalera y canalizadora que realiza terapias de sanación de armonización, clarificación y enfoque, da cursos de formación chamánica y talleres de desarrollo psíquico y meditación, además de organizar retiros en la montaña y “ceremonias con medicina”. También asegura haberse formado “en Medicina Germanica del Dr. Hamer para el cáncer y la Esquizofrenia”.

Multa de hasta 600.000 euros

La multa por la espiral de piedras del Teide podría llegar a los 600.000 euros. El Cabildo de Tenerife, a través del área de Medio Ambiente, ha remitido al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), como autoridad competente, un informe detallado sobre este hallazgo en medio del Parque Nacional del Teide. Una vez se obtenga la respuesta por parte de este organismo, se estudiarán las sanciones a aplicar establecidas en las Leyes de Ordenación del Territorio y de Espacios Naturales de Canarias.

En este texto legal se establece que “la lesión de la armonía del paisaje o su alteración en detrimento del Espacio Natural Protegido” será sancionable con multas que van desde los 6.010,12 euros hasta más de 601.011,79 euros. Además, el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide completa la anterior descripción señalando que está prohibida cualquier acción que suponga “la alteración del relieve mediante excavación, aterramiento u otras acciones”, así como el “arranque, cogida, recolección o extracción de tierras, áridos, piedras, rocas minerales o cualquier otro tipo de material geológico”.

Según lo establecido en el Plan Rector también se podrá sancionar “la realización de señales, signos o dibujos en el terreno o en piedras, rocas, vegetales o inmuebles propios del Parque”. En este caso, las sanciones pueden ir desde los 60,11 a los 601,01 euros.

En este sentido, el consejero insular de Medio Ambiente, José Antonio Valbuena, explica que la sanción será “contundente”, “ya que estamos hablando de un atentado en un Parque Nacional en el que se ha alterando el territorio”. “Se trata de una situación grave que condenamos desde la administración”, sostiene.

Sus autores tienen “un problema psicológico grave”

Un problema mental. Eso es lo que asegura el consejero insular de Medio Ambiente, José Antonio Valbuena, que tienen los autores de la espiral de piedras esotérica hallada en el Teide. “Alguien que cree que por hacer unas espirales en el Llano de Ucanca puede invocar a dioses o espíritus y la vida le va a ir mejor, tiene un problema psicológico grave”, afirma. Para el responsable de Medio Ambiente, a estas personas “nunca se les va a poder concienciar”.

Según el responsable de Medio Ambiente, “no es problema de concienciación”. “Parece que el principal motivo está relacionado con el esoterismo por lo que los autores tienen un problema psicológico grave. En esos casos no nos queda más remedio que actuar con contundencia”, agrega. Pero eso será, según puntualiza Valbuena, “en el momento que tengamos el más mínimo indicio de quiénes han sido”.

En concreto, el consejero detalla que “se trata de una serie de círculos hechos con piedras”. “Su principal daño es la alteración del paisaje natural de un tramo de el Llano de Ucanca”. “Tan pronto la Guardia Civil nos dé autorización para recuperar el entorno, actuaremos, pero por ahora es necesario que continúe, ya que puede dar pistas sobre los autores. No nos queda otra cosa que mantenerlo”, apunta.

Valbuena considera que “son hechos muy aislados”. “En un parque con cuatro millones de habitantes no es la tónica general”, señala. Además, el consejero aclara que la espiral está situada “en una zona de difícil acceso”. “Es muy complicado tener vigilado cada centímetro del Parque Nacional, lo que podemos hacer es mantener una vigilancia proactiva con la colaboración de los montañeros”, concluye.

La santería sigue creciendo

Cuerpos de palomas muertas, patas de gallinas, cajas y cajas de cartón, restos de animales muertos y hasta velas. Los senderistas y montañeros tinerfeños denuncian la invasión de restos de rituales satánicos y de curanderos en el monte de la Isla. Una práctica que no sólo amenaza al medioambiente tinerfeño, sino que también podría suponer un problema de seguridad ya que, según los montañeros, pueden estar detrás de algunos de los incendios originados en la Isla.

Por otra parte, las tiendas que venden velas, sándalos y amuletos han proliferado en la Isla en los últimos años con la llegada de inmigrantes de Cuba y Venezuela que siguen la santería, que mezcla las creencias católicas con la cultura yoruba y surge de un sincretismo de elementos europeos y africanos. Otra causa de su fuerte implantación es que, precisamente, se practica en los países predilectos de la emigración tinerfeña. Sólo en la calle San Sebastián, de Santa Cruz de Tenerife, hay cuatro establecimientos de esoterismo.