México: crecen en Mérida los rituales esotéricos en los cementerios
Cementerios de las comisarías de Mérida (Estado de Yucatán, México) se encuentran en el “carnet turístico” de la brujería que atrae a maestros que la practican y a personas que buscan hacer todo tipo de amarres, desde Veracruz, Tabasco, Campeche, Oaxaca, Quintana Roo y Belice. Lo cuenta el diario La Verdad, que señala que en la ruta de los cementerios el “tour” puede iniciarse por cualquiera de las comisarías meridanas como la de Tahdzibichén, Chichi Suarez, Sitpach, Cholul y Tamanche.
En su momento, Yaneth Aviles Burgos, jefa del departamento de Panteones del Ayuntamiento de Mérida, dijo que tiene conocimiento de los hechos pero no se ha detectado a una persona que encabece esos actos. Entrevistados, habitantes de esta comisaría meridana aseguran que se siguen realizando ritos satánicos en el cementerio.
Testimonios de vecinos
Álvaro Salas, quien trabaja como chofer de tráiler cerca del cementerio, comentó que sus amistades le han contado que los rituales en el campo santo se llevan a cabo con gallinas, fetiches, gatos y perros, a los cuales sacrifican para hacer la ceremonia con la sangre de los animales. Tiempo atrás en ese mismo lugar se encontraron cráneos acompañados de muñequitos de color rojo, refirió.
La vecina María Gorocica comentó que su hijo llega muy tarde de su trabajo y acostumbra esperarlo y lo único que ha podido ver a lo lejos, entre el monte, es a un grupo de personas vestidas de negro y otras de blanco y solo se escuchan murmullos parecidos a cánticos.
Narró que ha visto a personas entrar al camposanto con velas en las manos, ya que su casa queda de frente al cementerio y cuando eso ocurre, despierta a su esposo para que la acompañe a esperar a su hijo a la esquina, sin dejar de rezar.Por su parte, otra vecina, Nathaly Salas Ramírez, señaló que ese tipo de actividades no se deben practicar porque van en contra de la religión católica y, aunque ella no ha visto nada al respecto, considera que alguien debería vigilar los camposantos para evitar que sean centro de esas actividades.
Magia negra
Por otra parte, los vecinos que viven frente al cementerio en Chichí Suárez confirmaron que la práctica de rituales de brujería se sigue llevando a cabo en ese lugar. Comentaron que tiempo atrás avisaron al comisario de Chichi Suárez, Luis Domenzain Vázquez, de que unas personas estaban entrando con cosas extrañas en las manos. En esa ocasión, cuando el comisario y varias personas más llegaron, los sacrílegos, amantes de la magia negra, ya se estaban retirando en sus lujosas camionetas de color blanco y otra de color negro.
Algunos vecinos y acompañantes del comisario lograron apuntar las placas de una de las camionetas, no así de las otras porque se desplazaban a alta velocidad, al parecer al percatarse de que habían sido descubiertos; pero todas las placas eran del Estado de Quintana Roo. Según el comisario las placas de la camioneta fueron entregadas a la Policía Judicial.
En esa ocasión se encontró una bolsa de plástico. A lado de esta habían dos veladoras blancas, dos copas con líquido rojo en el interior y flores. Los elementos de la Policía Judicial abrieron la bolsa y sacaron algo de olor muy fétido, envuelto en telas blancas y luego lo tiraron a la basura, también había frutas, semillas, trocitos de carne y agujas capoteras. Por su parte, Gabriela Salazar comentó que lo que había en las ropas blancas en el cementerio, a su juicio era un trabajo de “amarre”.
Restos de gallinas degolladas
Mientras tanto, en el cementerio de la comisaría de Sitpach, encapuchados y gente con batas de color blancas y negras realizan ritos esotéricos. Después de las ceremonias, en las tumbas aparecen gallinas de color negro muertas y velas de colores encendidas. La versión de los vecinos es que la gente que acude a estos ritos satánicos es de fuera, pero también hay extranjeros porque se les escucha hablar en otros idiomas.
También recordaron que actúan rápido y luego se retiran en sus camionetas último modelo. Es decir, que se trata de personas pudientes, que están aficionadas a este tipo de adoración a Satán.
Durante el recorrido que realizó el equipo de investigadores de La Verdad, los vecinos temerosos aseguraron que después de que se iban los encapuchados encontraban gallinas negras degolladas y velas de colores. Otros explicaron que en cada esquina en donde se paraban los brujos había un cerro de tierra en forma de cono y en las tumbas gallinas de color negro, así como velas rojas y negras.
En la comisaría de Cholul dijeron que han visto a foráneos entrar en el camposanto por las noches y para evitar problemas prefieren no cuestionarlas. Los vecinos explicaron que han visto a gente extraña que entra en el cementerio y luego se retira misteriosamente. Incluso algunos deportistas del área dicen que a veces no se les ve salir.
Gritos y luces en el cementerio
Vecinos de la comisaría meridana de Tamanché manifestaron su miedo unos días antes en el mismo periódico por la práctica de magia negra y rituales en el cementerio de esa localidad. Agregaron que en horas de la madrugada, cuando cesa la vialidad en la carretera Mérida-Progreso, se escuchan con claridad gritos de lamento y se ve una luz proveniente del camposanto.
El pasado 22 de marzo, varias personas que fueron a llevar flores y limpiar las tumbas de sus parientes difuntos se quejaron por haber encontrado un ambiente fétido, además de que hallaron muertas a varias gallinas negras. Al entrar al cementerio encontraron restos de velas de color rojo, negro, blanco y amarillo. En otras ocasiones han encontrado ropa interior de hombre como de mujer y, sobre ésta, restos de incienso, yerbas, sangre, tierra gris y pistones de varios colores.
Maritza Fabián López comentó que entre los vecinos de la comisaría se dice que el cementerio es utilizado por grupos para realizar actos de brujería o satánicos. Pero los pocos que lo han visto prefieren no hablar del tema abiertamente. Se guardan su comentario porque tienen miedo, ya que sus lugares de trabajo están cerca del cementerio.
Al respecto, las autoridades municipales niegan que el cementerio sea usado para la práctica de la brujería o hechizos. Cuando algo raro pasa, las autoridades vienen, recogen lo que tengan que recoger y se retiran.
Postura de la Iglesia
El padre Jorge Martínez Ruz, portavoz de la Arquidiócesis de Yucatán, advierte de graves secuelas en las personas que practican la brujería y los exhorta a acercarse a Dios y alejarse del demonio, en respuesta a lo publicado por La Verdad.
Al respecto, el padre Jorge Martínez comentó: “no tengo el dato de que tan frecuente sea esto en los cementerios, pero independientemente, si lo hacen en este sitio o en otro lado, la práctica de la brujería es una cosa que va contrario a la fe, no sólo rechaza a Dios, sino invoca a otro tipo de fuerzas como el demonio, y son cosas muy delicadas, ya que la gente se sugestiona y se puede meter en algún problema espiritual”.
Recordó que la Santa Sede publicó un documento donde habla de los lugares sagrados donde descansan los restos de los seres queridos. Conminó a la informar a las autoridades de alguna situación de esa naturaleza, porque cada quien tiene la libertad de realizar lo que le guste, pero no en lugares inapropiados.
También en otros Estados
En San Pedro (Coahuila), hace poco menos de 100 años, una familia sufrió la pérdida de su pequeña hija y los padres la sepultaron en el piso más bajo de la tumba familiar; en esos tiempos los sepulcros iban por afuera de la tierra, formando una especie de mausoleo pequeño. Con el paso del tiempo, la tumba terminó en el olvido en el lado sur del panteón municipal.
Según informa el diario Milenio, el mausoleo no cuenta con una nomenclatura que indique quienes están sepultados y si en algún momento la tuvo, se perdió con el paso de los años, dejando a la niña sin nombre ni apellido, a merced de días con un sol abrasador y noches de frío, que se intensifican bajo los ladrillos de cantera con los que su última morada fue construida.
Debido a los cambios de temperatura, el pequeño cuerpo sufrió una especie de momificación natural que la conserva casi intacta y así seguiría, de no ser por algunos curiosos y personas malintencionadas.
Y es que hace un año, la niña fue sacada de su tumba, según se rumora entre los vecinos, quebraron una de las bardas donde estaba la pequeña, tiró los ladrillos y la sacó de ahí para realizar actos de brujería.
La tarde del pasado 23 de marzo, por tercera vez la niña fue sacada de su sepulcro, sólo que en esta ocasión el sepulturero y encargado del panteón, Bruno Dávila Guzmán, descubrió el cuerpo de la pequeña y, antes de devolverla a la tumba, llamó a las autoridades.
Bruno hizo esto para que la población se enterara y así tratar de crear conciencia sobre el respeto a los muertos, esperando que dejen descansar a la pequeña y que ya no sea sacada de la tumba, ya que esto ha deteriorado y maltratado el cadáver. “La niña parece una momia y por eso los curiosos la sacan, no deberían de hacerlo, ya nada más queda el esqueleto con el cuero y lo están deshaciendo”.
Para él no es difícil volver a poner a la infante muerta dentro de su caja, pues desde niño ha vivido muy cerca de la muerte, ya que su abuelo, José Dávila tenía el mismo oficio, que después heredó a su padre, Bruno Dávila, quien más tarde se lo enseñó al mismo Bruno.
Mientras tanto, otros esperan que la tumba de la niña ya no sea profanada por ningún motivo y la dejen descansar, pues viven con el miedo de que se despierten “cosas” que no tendrían que pasar.
Comentario a la espera de moderación
Esta publicación tiene 1 comentario esperando moderación...
Dejar un comentario