Un santero realiza un sacrificio ritual de una gallina en una playa de Alicante en pleno día
Un santero decapita una gallina mientras las olas rompen contra las rocas. El agua limpia las salpicaduras de sangre en pocos segundos. Otras cuatro personas vestidas de blanco y con pañuelos en la cabeza se aproximan al sacerdote. Balbucean algunas palabras que no consiguen entender los testigos. Lo cuentan C. Pastor y J. Martínez en el diario Las Provincias.
El ritual a plena luz del día en una playa de Dénia (Alicante) dejó perplejos a dos turistas, un vecino y tres submarinistas alemanes. Las seis personas se quedaron atónitas cuando se toparon con la extraña ceremonia sobre las 13 horas del pasado 27 de septiembre en la costa rocosa de Les Rotes, concretamente en la zona de Les Arenetes.
Al principio creían que se trataba de una boda ibicenca o de una familia que iba arrojar al mar las cenizas de un familiar fallecido. Pero se equivocaron. Pronto descubrieron que era un ritual. «El maestro de la ceremonia sacó de una caja de cartón una gallina de color rojizo, agarró un cuchillo pequeño y le cortó el cuello», explicó un testigo del ritual. Luego, el santero de raza negra arrancó varias plumas para que las lanzaran al mar las personas que le acompañaban.
El grupo estaba formado por el sacerdote de santería y su ayudante, ambos cubanos, además de dos mujeres y otro hombre extranjero. «Hablaban español pero con acento de Cuba», aseguró el testigo. Poco después, una de las mujeres llenó una botella con agua del mar, cogió unos cuencos y los pasó por delante de las otras tres personas. También se santiguaron, pronunciaron unas palabras y siguieron una a una las instrucciones del santero, que no dejaba de dar indicaciones con aspavientos durante los cerca de 20 minutos que duró la ceremonia.Vísceras de la gallina
Cuando ya estaba terminando el ritual, «parece que le quitaron las vísceras y entrañas a la gallina y las repartieron en varios recipientes de plástico que luego entregaron, tapados con servilletas de papel, a los tres miembros del grupo», señaló el testigo. Para finalizar, el sacerdote introdujo el ave en una bolsa de plástico de color azul y la metió en la caja de cartón. La ayudante del santero se encargó después de limpiar con agua del mar las salpicaduras de sangre y recogió también algunos restos de carne y varias plumas junto a las rocas.
Una vez que adecentaron el escenario del ritual, las cinco personas se dirigieron a un coche que se encontraba aparcado junto a la playa de Les Arenetes para marcharse. En ese preciso instante, antes de que subieran al vehículo, dos turistas que fueron testigos mudos de los hechos preguntaron por el motivo de la ceremonia.
El testigo no escuchó la respuesta del santero, pero vio cómo el otro hombre extranjero entregó una tarjeta de visita a uno de los turistas. Entonces se acercó también para curiosear. «Le pedí una tarjeta pero me contestó que se trataba de una ceremonia privada y que no le quedaban más», manifestó una de las personas que habló con el sacerdote.
Ceremonias secretas en las casas
Tras tener conocimiento de la extraña ceremonia, la Policía Nacional de Dénia ha abierto una investigación, aunque los hechos no parece que sean constitutivos de infracción penal. El presidente de la Asociación Española de Santería Afrocubana, Paulino Hernández, afirmó a Las Provincias que los rituales de santería son muy frecuentes en la Comunidad Valenciana, aunque se suelen celebrar en domicilios.
«Nuestras ceremonias son secretas y sólo pueden asistir santeros o personas que se quieran iniciar en nuestra religión», aseveró Hernández. El carácter clandestino de los rituales de santería contrasta con los hechos ocurridos a plena luz del día en la playa de Les Rotes. Respecto al sacrificio de gallinas, el presidente de la Asociación Española de Santería Afrocubana, precisó que se suelen matar estas aves en las ceremonias de iniciación o coronación de nuevos santeros. «La sangre se utiliza como espíritu de vida para que nazcan los santos, y luego recogemos la gallina y la cocinamos para comer su carne», explicó el sacerdote. «Así nadie puede acusarnos de maltrato animal», añadió Hernández.
Un rompecabezas macabro en Calp
Por otro lado, las piezas del rompecabezas macabro de los huesos de Calp siguen sin encajar pese a las investigaciones de la Guardia Civil. Una mujer y su ex compañero sentimental son dos de las doce personas invocadas en los extraños rituales con restos humanos descubiertos este verano en aguas cercanas al Peñón de Ifach. Los dos afectados residen en la provincia de Badajoz y fueron identificados por los agentes de Policía Judicial que asumieron las pesquisas del caso.
Sus nombres y apellidos aparecían, junto con los de otras 10 personas, en tres pequeños paquetes envueltos con cinta negra que contenían fotografías impresas en papel y cartas de apremio por el impago de multas de la Agencia Tributaria de Madrid. Con estos datos, los investigadores contactaron de inmediato con la mujer y averiguaron que había recibido tratamiento psiquiátrico tras una ruptura sentimental. Además, el hombre que había sido su pareja también estaba invocado en el ritual, ya que su nombre figuraba entre los restos del supuesto conjuro amoroso que halló un submarinista el pasado 27 de agosto en el fondo marino.
Tras analizar los documentos y fotos del primer hallazgo, el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Calp solicitó apoyo a la Guardia Civil de Badajoz para extender las investigaciones a esta provincia, donde residen la mayoría de las personas involucradas en el extraño ritual. Pero las pesquisas realizadas no han podido determinar si los otros dos fardos con huesos, encontrados el 28 de agosto y el 2 de septiembre, corresponden a otros rituales con diferentes motivaciones, aunque realizados por el mismo grupo o vidente.
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