El gurú que debía tener sexo “con mil vírgenes”, a la espera de su extradición a Rumanía

Casi tres semanas después de su detención en París, el rumano Gregorian Bivolaru, líder y fundador de la secta Movimiento para la Integración en el Espiritual Absoluto (MISA), continúa arrestado a la espera de su extradición a Rumania. Sorprendentemente, ningún medio de comunicación español se ha hecho eco del caso, fuera de lo publicado por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) en su blog Info-RIES.

Tan sólo unas semanas antes de su detención Bivolaru había sido incluido en la lista de los criminales prófugos más buscados de Europa, difundida en la página web de la Agencia de Policía Europea (EUROPOL), tal como informamos en su día.

La Policía rumana tuvo conocimiento de la presencia de Bivolaru en París y coordinaron esfuerzos para su captura en conjunto con la Policía Judicial de Francia. Si bien Bivolaru está prófugo de la Justicia rumana desde el año 2013, ha cometido delitos en territorio francés al haber ingresado en Francia de manera ilegal y con documentación falsa (en el momento de su arresto Bivolaru llevaba consigo pasaporte búlgaro).

Sexo con menores de edad

Gregorian Bivolaru, de 63 años, es el líder y fundador del MISA, también conocido como Yoga Esotérico. Tal como han publicado en estos días algunos medios de comunicación, dentro de las creencias del grupo su líder sostenía que debía tener sexo con mil vírgenes a fin de alcanzar un estado espiritual superior.

La prensa británica se ha hecho eco de las noticias. Tal como ha publicado The Daily Mail, una de sus víctimas, Agnes Arabela Marques, que hoy reside en Portugal y que tuvo relaciones sexuales con Bivolaru a los 15 años, afirma que en el apartamento de Bivolaru había constantemente menores de edad que pasaban allí unos días o unas semanas para mantener sexo con el gurú. De esa manera Bivolaru se aseguraba mantener vivo su deseo sexual.

La secta lo defiende

Tanto desde la sede del MISA en Rumanía como por parte de otros reconocidos seguidores de este gurú se han levantado voces en su defensa. Sostienen que la situación actual de Bivolaru es consecuencia de un complot mundial en su contra, complot llevado a cabo por organizaciones secretas que se apoyan en los medios de comunicación.

Cabe recordar que Gregorian Bivolaru es uno de los grandes teóricos de la conspiración. Por ejemplo, en Europa ha sido Advaita Stoian –líder de la rama danesa del MISA– y en Iberoamérica Octav Fercheluc –líder de la filial uruguaya de la secta– quienes han salido a defender al gurú.

Tanto en sus páginas web con en las redes sociales los adeptos de Bivolaru han aprovechado para arremeter contra las asociaciones de prevención y lucha contra el sectarismo en Europa, molestos por la información que difunden estas entidades. Se refieren a su trabajo como “cacería de brujas” y, como puede verse en la captura de pantalla que acompaña a estas líneas, vinculan este “complot” a la Iglesia católica.

Una de las instituciones contra las que dirigen sus dardos es la FECRIS (Federación Europea de Centros de Investigación e Información sobre Sectarismo), utilizando expresiones como “policía del pensamiento” o “instituciones fantasma”.

No sólo eso, sino que también han celebrado el pasado 11 de marzo, como si no hubiera pasado nada, el cumpleaños de Bivolaru. A la izquierda puede verse una felicitación tal como fue divulgada ese mismo día por una de sus adeptas de Uruguay, llamándolo “querido profesor”. En los blogs apologéticos que están publicando en varios idiomas explican que pretenden desenmascarar “la campaña contra Gregorian Bivolaru, un hombre de gran carácter, sabiduría, amabilidad y profundidad. Que por más de 35 años ha sido victima de la obstinación, persecución sin fundamentos”.

En los últimos días explican cómo los medios de comunicación manipulan las noticias, los detalles “de manual” que se estarían aplicando en el caso de esta supuesta campaña de desprestigio de Gregorian Bivolaru… e incluso lo comparan con otros gurús hindúes que en su día también fueron criticados públicamente.