Humana se queda sin el negocio de ropa usada de Madrid
El Ayuntamiento de Madrid ha conseguido desvincularse de Humana, la polémica ONG a la que en 2011 encomendó en exclusiva la recogida de la ropa usada en la capital. Tras introducir un cambio sustancial en las condiciones del contrato (ahora la adjudicataria tendrá que abonar un precio fijo por cada contenedor instalado en lugar de pagar por tonelada de textil que retire), será EcoTextile Solidarity la encargada de prestar el servicio municipal durante los próximos dos años. Lo cuentan Marta Belver y Pablo Herráiz en El Mundo.
El concurso se falló hace dos semanas y se presentaron siete participantes. En el Área de Medio Ambiente y Movilidad, responsable del proceso de licitación, no han aclarado si entre ellos se encontraba Humana, pero según ha podido saber este periódico dicha organización sí trató de retener la importante fuente de ingresos que le generaba la venta de estas 1.400 toneladas de prendas de segunda mano al año.
Sin embargo, EcoTextile Solidarity se impuso a sus competidores con «la proposición económicamente más ventajosa». En concreto, se comprometió a elevar de 516 a 3.200 euros el canon anual que abonará al Ayuntamiento por cada contenedor de recogida de ropa que gestione, con un mínimo de 175 unidades, según consta en el expediente de contratación.
Así, la nueva adjudicataria tendrá que ingresar en las arcas locales al menos 560.000 euros al año. Es seis veces más que el precio de salida, 90.000 euros, con el que el propio Gobierno local calculaba que la diferencia entre los costes del servicio y los ingresos por la venta de las prendas y residuos textiles ascenderían sólo a 144.000 euros. «No vamos a obtener muchos beneficios», reconoce un portavoz de la compañía, a quien en todo caso sus cuentas parece que sí le salen en positivo pese a autoaumentarse el ‘peaje’ municipal de forma considerable.
Contenedores de color blanco
Los nuevos contenedores, que han sido costeados también por EcoTextile Solidarity, ya han empezado a instalarse en los ‘puntos limpios’ de la ciudad pintados de blanco en vez de con el tradicional color verde de Humana.
En el periodo de transición entre la finalización de un contrato y el inicio del siguiente, que llega con un mes y medio de retraso, la ropa de segunda mano se ha estado recogiendo en cubos de basura amarillos y se ha acumulado en instalaciones municipales sin clasificar entre la que es reutilizable, la que se puede reciclar y la que tiene que eliminarse porque no sirve.Amaño de las básculas
La nueva responsable de la gestión también tendrá que pesar el material recogido pero sólo a efectos estadísticos, a diferencia de su predecesora, que tenía que pagar 52,05 euros por cada tonelada de ropa que se llevaba. La sospecha de que se amañaban las básculas para que ofrecieran un peso menor del real fue uno de los problemas que generó este contrato en el Ayuntamiento de Madrid.
Humana, inexplicablemente, ha tenido el monopolio de estos contenedores desde 2011. Al principio se les adjudicó la recogida de manera directa, y después mediante concursos públicos que fueron muy lucrativos para esta ONG. Según los cálculos de la OCU, sólo en 2012 pudieron ganar 400.000 euros con una inversión de apenas 15.000.
Esta concesión fue polémica desde sus inicios, porque hay multitud de referencias a la estrecha relación entre Humana y la secta danesa llamada Tvind, que en algunos países, y especialmente en Dinamarca, ha sido muy criticada como secta destructiva.
Tvindalert, una web muy documentada que lucha contra los efectos de esta secta, explica que en los diferentes países en los que está implantada tiene tentáculos en forma de distintas ONG para conseguir financiarse.
Un negocio muy lucrativo
El negocio para Humana ha sido lucrativo estos años, ya que ha conseguido abrir 16 tiendas de venta de ropa de segunda mano en Madrid y en total 34 en toda España. Hace dos años tenía tres tiendas menos en la capital, y el pasado 8 de mayo, según su web, había previsto abrir otra en la ronda de Atocha.
Mientras Madrid ha puesto a Humana fuera de la circulación en cuanto a la recogida de ropa usada, otros organismos públicos y empresas privadas continúan firmando acuerdos con esta controvertida organización. Mirando a los medios de comunicación, en los últimos meses vemos varios ejemplos de ello.
En enero, Humana informó de que había recogido en Cataluña 4.100.510 kilos de ropa y calzado usado tan sólo en el año 2014, una cifra muy similar a la de 2013, según informaba la agencia Efe. Algo parecido sucede en otros muchos lugares de España, con ayuntamientos grandes y pequeños.
Pero no hace falta irse tan lejos, porque en la misma Comunidad de Madrid encontramos ayuntamientos que siguen colaborando con la polémica ONG y presumiendo de ello. Esta misma semana nos enterábamos por el medio Madrid Actual de que Galapagar ha aportado 61.866 kilos de ropa.
Por otra parte, el pasado 7 de abril Humana entregó el Premio de Reciclaje Textil al municipio de Alcobendas, como reconocimiento por su compromiso con el reciclaje de ropa usada, después de que en 2014 la localidad donara 296.843 kilos de ropa y calzado usados.
Yendo a la iniciativa privada, el pasado mes de enero, el Grupo Sanyres y la ONG Humana-Fundación Pueblo para Pueblo firmaron un acuerdo de colaboración a través del que fomentarán el reciclaje textil y la reutilización de residuos, tal como informaba entonces Europa Press. El Grupo Sanyres se dedica a la atención a los ancianos en dos líneas principales: residencias y apartamentos con servicios. Su director general asegura que en sus 13 años de historia se han convertido en “uno de los grupos de mayor calidad en los servicios que prestamos”.
3 comentarios
En el mes de septiembre de hace dos años, en el suplemento de la edición para Valencia de El País, el artículo de portada era sobre los contenedores de ropa que se ponían de manera ilegal y lo ilustraban con una enorme fotografía de uno de Cáritas. El periódico lo vi en el instituto en el que trabajaba pero no tuve ocasión de leerlo.
Laudetur Iesus Christus.
Desgraciadamente ocurre igual con demasiadas organizaciones de este tipo que son meras pantallas para ganar dinero con el trafico de inmigrantes hacia Europa.
Si son "no gubernamentales" deberían mantenerse con las donaciones de sus socios y simpatizantes y no nutrirse de las cuantiosas subvenciones de las diferentes administraciones públicas.
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