Los Maestros Ascendidos: el esoterismo que crece entre los inmigrantes de EE.UU.
Hace unos días, la edición impresa de El Diario, uno de los medios más importantes que informan en español en Nueva York, ha publicado un artículo con el título “Nueva doctrina gana adeptos entre los latinos” refiriéndose a la Metafísica Cristiana o enseñanza de los “Maestros Ascendidos”. Lo firma su redactora Zaira Cortés.
El “mundo de la forma”, como lo define el mexicano Sergio Padilla (de 38 años), es una escuela terrenal que pule las virtudes del espíritu destinado a disfrutar de la luz más allá de la muerte, según la Enseñanza de los Maestros Ascendidos popularizada en vecindarios latinos. “No es una religión. Es un descubrimiento”, explicó Padilla, residente de El Barrio. “Es un espejo en el que Dios se muestra al mundo”.
La reencarnación, Jesucristo y las revelaciones
La doctrina, que mezcla el misticismo y la metafísica, asegura la existencia de cinco reinos: el mineral, el vegetal, el animal y el de la humanidad. El quinto sería el de los iluminados y el destino eterno del espíritu si logra ascender. De lo contrario, continuará reencarnado.
La expresión “Maestro Ascendido” se refiere a seres espiritualmente iluminados que evolucionaron de humanos ordinarios a entes de luz, inmortales y libres de la reencarnación y el karma. Según los practicantes, Jesucristo sería uno de los Maestros Ascendidos.
“No recuerdas tus vidas pasadas a menos que tu meditación sea profunda”, explicó Padilla, quien trabaja como cocinero en un restaurante japonés en Manhattan. “Yo mismo he tenido pocas revelaciones”.
Padilla, quien se define como un “facilitador”, imparte la doctrina desde hace dos años y la estudia desde hace casi una década. El facilitador sólo es un vínculo entre la enseñanza y aquellos que desean desentrañar la mística del Quinto Reino, según explica.
El siguiente nivel son los “mensajeros”, que a diferencia de los Maestros Ascendidos, son seres físicos a los que los creyentes atribuyen habilidades como la de ver el aura, recordar vidas pasadas y comunicarse con los seres espirituales, e incluso poderes de clarividencia. “Son los profetas de los profetas”, explicó Padilla. “Muy pocos sabios ocupan tal jerarquía. Ellos hablan con los Maestros y nos entregan el mensaje. Son elegidos”.
Energía y falsos milagros
El mexicano asegura que la doctrina lo encaminó en la auto-sanación en 2006, después de enfermar de una infección en el oído que alcanzó la zona cerebral, poniendo en riesgo su vida. Al leer un libro de la Enseñanza de los Maestros Ascendidos que le regaló un amigo, la llamada “medicina del pensamiento” lo liberó de la “apariencia”, como la doctrina identifica a los padecimientos físicos y emocionales. “Sentí la energía fluyendo de pies a cabeza. Fue una sensación indescriptible”, dijo.
El grupo de estudio de Padilla, en las inmediaciones de la Quinta Avenida y la calle 104, en East Harlem, congrega a personas que se confiesan católicas, evangélicas y budistas, la mayoría latinos y afroamericanos. La ciudad de Los Ángeles y la de Vancouver (en Canadá), son los lugares con mayor número de seguidores de esta doctrina, que alcanza a cientos de creyentes.
La dominicana Livia Fernández (de 50 años), estudiante de Padilla, dijo que práctica la meditación de la curación y del perdón, disciplinas que le permitieron equilibrar su vida y la de sus hijos. “Muchos latinos practican la enseñanza porque no tiene límites. Nos enseña a dominar nuestra mente y a conectarla con Dios en un línea directa de energía”, indicó la residente de Washington Heights. “Somos lo que pensamos y sentimos. El poder de la mente es asombroso”.
La meditación es una práctica cotidiana de los seguidores de los Maestros Ascendidos. “Es la conexión entre el mundo material, emocional, físico y etéreo”, dijo Padilla. “La concentración absoluta es primordial en la meditación. Las necesidades mundanas son irrelevantes”.
La Hermandad Blanca
Los adeptos de esta corriente esotérica creen en la existencia de la Hermandad Blanca, conformada por los Maestros Ascendidos, y que tendría templos etéreos para los desencarnados (aquellos que mueren) y para los que logran desprenderse de su forma física por medio de la meditación.
Para ser un Maestro Ascendido se debe conseguir el dominio del mundo físico, emocional y mental, lo que frenaría el ciclo de la reencarnación (Samsara). La meditación sirve a este propósito.
Los creyentes aseguran que los Maestros Ascendidos encaminarían el renacimiento según el karma en las vidas pasadas. Por ejemplo, el maestro ascendido el conde de Saint Germain, uno de los seres iluminados más influyentes en la doctrina, sería la encarnación del profeta Samuel, pero habría vivido unas 40 vidas antes de ascender, entre ellas la del escritor William Shakespeare.
“Saint Germain es un maestro ascendido que cubre la tierra con su presencia y su conocimiento divino adquirido en sus reencarnaciones en diversas épocas”, dijo Livia Fernández, una maestra sustituta. “Su enseñanza nos dicta cuidar nuestros pensamientos y acciones para lograr un entorno armonioso”. Según los practicantes, Saint Germain fundamenta su enseñanza en el Yo Soy, una filosofía que conduce a la iluminación y a la ascensión, y se refiere al dominio de la conciencia interna.
¿Qué decir a todo esto?
Esta corriente esotérica y los grupos que comparten estas doctrinas se enmarcan en la Nueva Era. Como señala el documento de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas sobre la Nueva Era (año 2004), una de las creencias fundamentales de la Nueva Era es que “hay ‘maestros’ invisibles, llamados a veces ‘maestros ascendidos’, que se comunican con las personas que ya han alcanzado la nueva conciencia, y les enseñan los secretos del cosmos”.
Otro documento eclesial, de la Comisión Teológica Irlandesa (año 1994), refiriéndose también a los Maestros Ascendidos señala que “los meditadores acceden a ser guiados por estas entidades a través de un proceso llamado canalización (channelling), que supone convertirse en un médium, por lo cual se permiten ser asumidos por estos espíritus y ser guiados por ellos”. Como puede observarse, es una forma refinada de espiritismo.
El documento irlandés recuerda que un autor, Russell Chandler, afirma que la Nueva Era “es un descenso a las tinieblas, que se produce sutilmente, de manera casi imperceptible, de modo que lo útil da paso a lo sospechoso, y lo sospechoso desciende a lo peligroso”. El movimiento de la New Age “afirma que estos maestros ascendidos pueden enseñar la sabiduría y llevarnos a la verdadera iluminación. Sin embargo, antiguos devotos como Elliot Miller y Randall Baer declaran que fueron conducidos a infestaciones de espíritus que no dudan en llamar demoníacas”.
Para saber más:
Miguel Pastorino, “Aleteia: La Metafísica Cristiana, una mezcla de gnosis y esoterismo”.
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