La justicia de EE.UU. defiende a una testigo de Jehová que murió por negarse a transfusión
El Tribunal Supremo de EE.UU. rechazó ayer, 1 de diciembre, considerar una demanda presentada por los familiares de una testigo de Jehová que murió en el hospital, tras negarse a que se le hiciera una transfusión sanguínea debido a sus creencias religiosas, según informa Efe.
Con su decisión, el Supremo mantuvo la decisión del Tribunal de Apelaciones del estado de Michigan, que en enero pasado falló a favor de los médicos del Hospital Saint John, de Detroit, demandados por los familiares de Gwendolyn Rozier, quien murió en 2007 por complicaciones de un trasplante de riñón, tras negarse a recibir una transfusión de sangre por ser testigo de Jehová.
Dicho tribunal había indicado que los familiares de la paciente, que tenía 55 años, no podían acusar de negligencia a los médicos que la habían atendido. La mujer había recibido el trasplante de un riñón de su hija en una operación el 15 de agosto de 2007, pero tres días después regresó al hospital quejándose de dolores abdominales.
Los médicos determinaron que el cuerpo de la paciente estaba rechazando el riñón, pero no pudieron efectuarle la transfusión sanguínea necesaria porque la mujer había firmado un documento en el que explícitamente les negaba esa posibilidad por motivos religiosos, y su esposo se mantuvo firme en esa decisión.
Finalmente, el riñón trasplantado tuvo que retirársele y la mujer murió 14 días después de la operación. Los familiares de Rozier fundamentaban su demanda en que los médicos no actuaron a tiempo para evitar la hemorragia interna pese a que sabían de la negativa de la paciente a recibir transfusiones.Los testigos de Jehová se niegan a aceptar las transfusiones sanguíneas por interpretaciones de un pasaje de la Biblia que pide “abstenerse de sangre” (una de las prescripciones del libro del Levítico).
En su fallo original, mantenido por el tribunal de apelaciones y que el Supremo no quiso revisar, los jueces del tribunal de circuito indicaron que, pese a no querer que su fallo se interpretara como una postura ante un asunto religioso, “en este triste caso Gwendolyn Rozier y su familia hicieron una elección y decidieron renunciar a una transfusión que posiblemente le hubiera salvado la vida“.
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Bendiciones en Cristo, María y José.
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