Tres niñas argentinas habían sido esclavizadas por una mae umbanda
Dos hermanas de 4 y 12 años y una tía de ellas, de 13, oriundas de Los Hornos (La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina), fueron “vendidas” a una mujer de Monte Chingolo. Al menos durante el último año denunciaron haber sido secuestradas, torturadas y abusadas. Las tres niñas, que fueron rescatadas el pasado 20 de julio en la localidad bonaerense de Monte Chingolo, están bajo cuidado estatal, en tanto el hombre y la mujer acusados de una serie de delitos en perjuicio de las niñas, están detenidos, informaron fuentes policiales.
Según informa Diario Hoy, Graciela Ledesma, de 45 años y Jorge Luis Russo, de 54, están acusados de lesiones graves, explotación sexual agravada, trata y reducción a la servidumbre agravada de las menores, y así lo confirmó la Fiscalía General del departamento judicial de Lomas de Zamora.
Al hombre se lo acusa también de “abuso sexual agravado por la situación de convivencia preexistente, por servidumbre de las víctimas menores de 16 años, aprovechando su inmadurez sexual”, agregó el organismo.
Las niñas, oriundas del barrio Los Hornos, vivían en 146 entre 68 y 69, fueron entregadas al hombre y la mujer a cambio de dinero y permanecen alojadas en un hogar de La Plata, donde “están acompañadas por profesionales”, informó la Secretaría de Niñez y Adolescencia de la provincia de Buenos Aires.
Rituales umbanda
Las niñas lograron escapar de la vivienda en la que permanecieron cautivas desde 2010, ubicada en Bouchard al 2000, mediante la ayuda de una vecina que avisó a la Policía. El 20 de julio, las chicas “fueron encontradas deambulando en Monte Chingolo y trasladadas a una comisaría donde se les tomó declaración”, explicó el comisario general, Sergio Gil, superintendente de Zona Sur II. A partir de ese momento “se comenzó a investigar a un pai y una mai umbanda a quienes habían sido entregadas por su propia madre”, agregó.
El fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción 4 de Lomas de Zamora, Jorge Grieco, relató en su acusación que las niñas, que “vivían en situación de esclavitud” en la casa de Ledesma, “eran abusadas por Russo y otros hombres, en el marco de supuestos rituales umbanda”. Asimismo, estimó que “se encontrarían en esa situación desde el año 2010″ y que “presentan signos de golpes, abusos de todo tipo propios de una situación de esclavitud laboral y sexual”.
El 21 de julio se les tomó declaración indagatoria a los dos detenidos, y se les realizó una pericia psicológica a las víctimas. “La pericia psicológica preliminar de las nenas corrobora, en principio, la acusación fiscal”, enfatizaron desde la Fiscalía General.
Cuando las encontraron “estaban desnutridas, mal alineadas, con falta de aseo y presentaban signos de haber sufrido violencia física y psicológica”, relató el comisario general Gil. El funcionario aseguró “que la madre de las hermanas fue identificada pero aún no fue localizada” y precisó que “las nenas fueron entregadas por esta persona al pai umbanda”.
El 22 de julio fueron detenidas dos personas más, un hijo y un yerno de la mujer de 45 años, después de un allanamiento realizado en el barrio donde las chicas sufrieron esta odisea. En el procedimiento se incautaron de más de 50 estatuas religiosas.
Así huyeron las niñas
Las hermanitas de 4 y 12 años y la tía de ellas, de sólo 13, dieron detalles de la pesadilla que sufrieron en la Fiscalía. De acuerdo con la denuncia, las niñas fueron quemadas con tenedores, cuchillos y tijeras, elementos que antes de tocar a las menores, los agresores metían en aceite caliente.
También quedó explicitado que las niñas no estaban escolarizadas y que a la más pequeña la obligaban a realizar varios quehaceres domésticos. Un jefe policial indicó que “tras la denuncia de las damnificadas, el oficial de servicio de la comisaría, David Quijano, las llevó a su casa para que se higienicen y cenen, y al terminar de comer, la de 4 años levantó los platos y se los puso a lavar”.
Quijano afirmó que “siendo padre de dos hijas me puse en el lugar de las chicas y me rompió el corazón”. Y luego agregó: “Yo tuve a las nenas un día en mi casa hasta que fueron trasladadas. Cuando mi señora alzó a la nena de 4 años se puso a llorar y le dijo que nunca la habían abrazado”.
Quijano contó cómo las encontró y las condiciones en las que se encontraban las menores. “Un vecino llamó al 911 y fuimos al lugar para detener a Graciela Ledesma (la mujer que sometía a las nenas). Las chicas se habían escapado de la casa a las 9 de la mañana del domingo pasado. Saltaron una reja de dos metros y un paredón de la misma altura que tenía vidrios. Al escaparse arriesgaron su propia vida. A la nena de 4 años la tuvieron que ayudar entre las otras dos”, relató el efectivo.
Detalles de las detenciones
“A la mujer no la podíamos detener porque estaba dentro de la casa y no teníamos orden de allanamiento. Cuando logramos que saliera la aprehendimos. El hombre implicado (Jorge Russo) ya estaba detenido”, amplió Quijano.
Según su relato, cuando encontró a las nenas se encontraban “sin comer, sin ropa y sucias”. Y explicó: “Les cambié la ropa porque lo que tenían no era ropa, eran cobijas. La nena de cuatro años no tenía fuerza para levantar dos platos juntos. Cuando la abrazaba me miraba asombrada. Y al bañarse se pusieron re contentas. No podían creer que se estaban bañando con el shampoo de princesas de mis hijas. Una me contó que le cortaban el pelo con una tijera mientras dormía. La verdad que su pelo no tenía forma de corte de pelo”.
“Yo tengo dos hijas y me pongo en el papel del padre y la verdad que sufrí un montón al ver la situación. Ahora se encuentran en un instituto de La Plata”, concluyó.
Un vecino de la pareja que se identificó como Diego dijo en declaraciones a la prensa que “una de las nenas me pidió ayuda para escapar hace dos meses” y afirmó que “nunca vi peleas o insultos en la casa. Yo sabía que eran religiosos, nada más”. “Les di una mano con mi mamá cuando se les incendió la casa”, expresó, y manifestó que a las niñas “siempre se las veía golpeadas”.
En el primer momento, las niñas “fueron asistidas por profesionales médicos, además de psicólogos del servicio local de Promoción y Protección de Derechos de Lanús”, confirmó la Secretaría de Niñez bonaerense. La causa está a cargo del Juez de Garantías N° 4 de Lomas de Zamora, Esteban Bacchini.
La acusada se defiende
En la indagatoria ante el fiscal, la mujer detenida reconoció haber sido mai umbanda y profesar ese culto de origen afrobrasileño. Los investigadores sospechan que las chicas llegaron a ella entregadas por sus madres, aunque no estaba claro si había sido a cambio de dinero, una promesa de trabajo u otro motivo. Así informa Clarín.
Las nenas vivían con la mai umbanda desde hacía al menos un año y, según se cree, llegaron en distintos momentos: la primera habría sido entregada hace cuatro años, según detallaron desde la investigación. Pero la acusada dijo que se las entregó la madre de las hermanas en febrero, que las recibió porque les daban lástima ya que estaban anémicas, desnutridas y con problemas de parásitos.
También aseguró que las lesiones que tenían las chicas –la menor tenía al menos cuatro dientes rotos por los golpes – eran de peleas entre ellas mismas. Y, para defenderse, declaró que llegó a filmar alguna de estas supuestas disputas ante la posibilidad de que la señalaran a ella como agresora. Además detalló que, si bien las madres iban a visitarlas de tanto en tanto, hacía un tiempo ya que no aparecía ninguna.
La mujer afirmó que las chicas habían dejado de ir al colegio porque una de ellas le había robado la billetera a la directora. Aseguró que las llevaba a la plaza todos los domingos, que las tres dormían junto a ella en la misma habitación y que su falta de aseo se debía que se negaban a bañarse. La última vez que las vio, afirmó, fue el sábado a la noche. Y las acusó de haberle robado dinero al escapar.
La detenida, además, tiene seis hijos de entre 13 y 25 años, aunque actualmente sólo vivía con el más chico. Ninguno fue imputado. Su tío, en tanto, negó todas las acusaciones. Dijo que a las nenas las había conocido en febrero, en lo de su sobrina, pero que él casi no las trataba. Afirmó también que había vivido un tiempo allí y negó ser pai umbanda, aunque admitió que su sobrina era mai y que él participaba de los ritos que se hacían en la casa.
¿Qué es el culto umbanda?
Según relata el Diario Veloz, la religión umbanda es originaria de África y llegó a América con la migración de esclavos, centrándose principalmente en Brasil. De carácter espiritualista, se basa en el culto a las divinidades y trabajos espirituales. Su celebración más popular y difundida es la correspondiente a Iemanjá.
Se trata de una creencia milenaria, anterior al cristianismo. En Río de Janeiro comenzó a crecer en importancia alrededor de 1920, tras mezclarse con el catolicismo popular, cultos indígenas, espiritismo kardeciano y ocultismo. Al desembarcar en América, los africanos se vieron despojados de su religión por los europeos y continuaron con sus creencias pero modificadas por el catolicismo.
El culto creció rápidamente en la segunda mitad del siglo XX, principalmente entre la población negra: en 1960 en Brasil había 50.000 fueles y en 1980 ya había 300.000. Uruguay y la Argentina le seguían en importancia.
Los umbandistas creen que sus divinidades “hacen el bien” y se comunican con Dios. Y convocan a los espíritus, que se tratan de seres que vivieron, caciques de tribus indígenas o sus descendientes o a los africanos que murieron víctimas de esclavitud. Una de sus divinidades más importantes es Iemanjá, que es considerada la dueña de los mares y es homenajeada especialmente por quienes dependen de las aguas para su subsistencia.
Según Fernando Argüello, pai que dialogó con el Diario de Morón, sus ceremonias tienen un fuerte significado: “En el momento del trance y del contacto con las deidades, los bailes juegan un papel muy importante y siempre están acompañados por tambores. En el momento de la incorporación la persona gira, porque la entidad llega como un remolino”.
Dentro de los rituales umbanda hay una suerte de jerarquía organizada según su función. En primer lugar está el jefe Terreiro, más conocido como Pai si es un hombre y Mae si es mujer. Su función es la de incorporar el espíritu que protege los trabajos que se realizan, ya sean la identificación de los espíritus que poseen a los fieles o preparar a los niños para la iniciación. Durente los ritos se suelen utilizar túnicas blancas (aunque también pueden ser coloridas) y, en algunos casos, flores, bebidas alcohólicas, velas y miel. Los sacrificios animales pequeños como gallinas, gatos, perros o monos son una práctica habitual, aunque nunca lo admiten públicamente.
4 comentarios
Dices que: "Al desembarcar en América, los africanos se vieron despojados de su religión por los europeos y continuaron con sus creencias pero modificadas por el catolicismo."
La mayor parte de los africanos que llegaron a Sudamérica (o sus descendientes) se convirtieron al catolicismo libremente. No fueron despojados de su religión ni continuaron con sus creencias. No hagamos de la excepción la regla.
Un Señor, Una Fe, Un Bautismo. Lo demás no viene de Dios y no es bueno, por muy bien que quiera presentarse.
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