Nicaragua: una secta protagoniza un tiroteo que acaba con una decena de muertos

El pasado 4 de diciembre tuvo lugar un enfrentamiento armado en Ayapal (departamento de Jinotega, al norte de Nicaragua) que acabó con 11 personas muertas. Testimonios recabados por un equipo de Confidencial desvincularon que el suceso estuviera relacionado con grupos de rearmados que supuestamente se alzaron contra el gobierno de Daniel Ortega. Lo cuenta en este medio nicaragüense Octavio Enríquez.

Según los habitantes de Ayapal, el enfrentamiento armado fue originado por miembros de una secta conocida como “William Brown”, quienes bajaron de otras comunidades más alejadas y desencadenaron un tiroteo que dejó 11 personas fallecidas. “Se trató de un grupo entre 12 y 15 personas que vestían botas de hule y lucían como campesinos. Entraron a la comunidad y anduvieron en las tiendas de abarrotes consumiendo sin pagar. En una venta se bebieron refrescos y comieron tortas”, afirmó uno de los habitantes.

Los integrantes de la secta, refieren los testimonios, entraron en la tienda ‘Variedades Axel’ y comenzaron a pedir mercadería. “Llenaban sacos de provisión y hasta querían llevarse una moto sierra. Cuando el dueño de la venta les cobró le pegaron un batazo”, relataron. A esa hora, los vecinos ya habían alertado a la Policía Nacional. Dos efectivos se presentaron en ‘Variedades Axel’ y pidieron a los miembros de la secta que guardaran la calma. Sin embargo, el oficial recibió un martillazo en la cara y le desencajaron la mandíbula.

“El policía se sostuvo con las manos la mandíbula y el tipo le quitó la pistola y lo remató en frente de todos”, dijo uno de los testigos. El otro oficial que quedó fuera de la tienda salió corriendo, pero fue alcanzado por los otros miembros de la secta. A este oficial también le propinaron batazos. Cuando mataban decían: Gloria a Dios y muerte al diablo, narró otra persona.

Según el informe oficial de la Policía Nacional, en el intercambio de disparos fueron abatidos el Sub Oficial Marvin Alexander Vílchez Ponce y los policías voluntarios Juan Diego Chavarría, Jorge Alberto Vázquez Rizo y Alexis López, mientras resultó lesionado el Sub Oficial Mayor Denis Rodríguez Castro.

Por parte de la secta “William Brown” murieron seis personas. Efraín Almendrares, de 25 años y originario de la comunidad Parpar; Pastor Chavarría, de 45 años, y su hijo Erick Chavarría; Ismael Almendrares, de 38 años y de la comunidad Parparcito; Enoc Almendarez, de 29 años, y Abel Ramírez Tinoco, de 40 años.

En la noche del 5 de diciembre llegó al lugar una delegación de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), que realiza las últimas etapas de peritajes. Los cadáveres de los policías fueron sacados entonces de Ayapal. Los muertos de la secta fueron enterrados en una fosa común bajo custodia de una veintena de oficiales, entre policías y militares. A lo lejos, se oía el grito de un pastor que canta en su iglesia: “alaba a Dios, alaba a Dios”.

Un pastor evangélico de la zona aseguró que ya habían denunciado a la secta, “porque son gente que se creen dueños de la vida. Dicen que ellos pueden resucitar a las personas. Una vez mataron a un perro y lo resucitaron, y querían hacer lo mismo con una señora”.

Datos confusos

Las cifras no están claras, porque otros medios hablan de 10 fallecidos. Incluso cambia el nombre de la secta, ya que en El Nuevo Diario se la denomina “William Bran”. Vida Rosa Tercero, una de las testigos que vio llegar a los antisociales frente a su comedor, ubicado en la bocana del río Ayapal, cuenta que los lugareños identifican a los Bran como “personas que vendieron sus tierras baratas y se comieron el ganado, quedaron en la calle y ahora andan robando”.

Lo anterior es confirmado por Maricela Rivera, quien dijo: “Son miembros de un grupo que le llaman ‘William Bran’ y que no tienen presencia en Ayapal, pero sí en el campo. Sus mujeres usan vestidos largos y tienen reglas específicas para pertenecer al grupo”, aseguró Rivera, aún nerviosa por los mementos duros que le tocó vivir junto con su familia.

Sin embargo, la Policía Nacional, a través de su portavoz, el comisionado Fernando Borge, negó la existencia de un grupo con las características antes señaladas, y se limitó a decir que no hay ningún grupo con ese nombre, solamente son delincuentes.

Por su parte, el obispo de la Diócesis de Jinotega, monseñor Carlos Enrique Herrera, visitó las instalaciones de la Policía para darle las condolencias a la institución por los cuatro miembros caídos, y también a los familiares de éstos.

“Venimos a orar y continuaremos orando, porque la violencia no es la solución a nada. Lo más triste es el derramamiento de sangre, y lamentamos las muertes de ambos bandos involucrados en este conflicto, ya que esto impone temor a la ciudadanía”, manifestó. Monseñor Herrera dijo que los hechos son confusos, “en la zona se dice que los delincuentes son personas con fanatismo religioso, que los escucharon hablar de Dios y del diablo.

Más detalles

En el diario La Prensa, en un artículo de Sergio Rivera, leemos que el comerciante Eliodoro Zelaya, que vive en la zona, confirmó que el hecho se produjo al mediodía, cuando ese grupo armado pretendía saquear cuatro establecimientos comerciales, entre éstos los de los comerciantes Eleazar Rivera Úbeda y Sergio Aráuz. Como ya se ha indicado, los comerciantes llamaron a la Policía, que, al llegar, fue atacada por los asaltantes, lo que produjo las bajas entre los agentes. Zelaya dijo que “posteriormente llegaron otros policías, los que fueron emboscados en La Bocana de Ayapal e inmediatamente entró el Ejército en acción, matando a seis”.

La comerciante de Ayapal Mayra Herrera confirmó que ella logró contar varios muertos en los alrededores de Ayapal. El comerciante Enrique González confirmó que el establecimiento comercial de su hija Grisel (esposa de Sergio Aráuz), fue saqueado. “Un grupo de hombres entró de civil al establecimiento comercial de mi hija y mi yerno”.

González dijo que los hombres simularon que iban a comprar, se llevaron un saco de mercadería, incluyendo motosierras “y, cuando la Policía quiso entrar a capturarlos y quitarles lo que se habían robado, fueron defendidos por otro grupo de hombres armados y ahí fue donde murieron los policías”. A Aráuz los atacantes le quebraron la mano derecha y le dieron con un bate en la cabeza. Aráuz fue trasladado junto con otros heridos hacia el hospital Victoria Motta, de Jinotega.

González narró que “el comerciante David Olivera, ayudado por sus trabajadores, se le tiró encima a uno de los ladrones, quitándole lo que le iban robando e inmediatamente cerró su establecimiento”. Debido al hermetismo con que las autoridades policiales y militares estaban manejando los hechos ocurridos en Ayapal, surgió todo tipo de especulaciones de los lugareños, que se han atrevido a decir que los asaltantes llevaban un brazalete en una de las mangas, con insignias colombianas.

La ministra de Gobernación de Nicaragua, Ana Isabel Morales, se refirió al tiroteo, según leemos en La Prensa, y aseguró que se trata de delincuentes. “El Gobierno, la Policía y el Ejército de Nicaragua han dicho que se trata de delincuentes, como efectivamente lo son”, expresó Morales, respecto a los sucesos aquí reseñados.

Llegaron “como endemoniados”

Mientras las autoridades policiales aseguran que los hechos registrados en Bocas de Ayapal, Región Especial de Ayapal, jurisdicción de San José de Bocay, fueron causados por la incursión de doce delincuentes, entre los cuales había tres hondureños, que saquearon varios establecimientos comerciales, pobladores de la zona señalan que los desconocidos son miembros de una secta que llegaron “como endemoniados” pero sin armas a intentar robar, ha publicado después La Prensa.

La llamada Coordinadora Guerrillera Nicaragüense (CGN) guardó distancia del suceso. “Continuamos reuniendo información al respecto, (pero) hasta ahora no hemos confirmado la participación de alguna agrupación guerrillera perteneciente a la CGN o a las Fuerzas Democráticas Nicaragüenses Comandante 3-80 en estos hechos”, refiere un comunicado difundido a través de las redes sociales. El comunicado, suscrito por el llamado comandante insurreccional “Goyo Iglesia”, miembro del Consejo patriótico de la CGN, precisa que “la información preliminar que manejamos es que, una banda de delincuentes comunes sería la responsable de este incidente”.

Darling Herrera, hija de Pastor Chavarría, fue una de las pocas parientes que se presentó a la estación policial de Ayapal para reconocer a su padre entre los muertos. La joven de 25 años dijo que hace ocho años que no lo veía. No pudo reconocer al hermano porque no lo conocía. “Los sujetos son ladrones y andaban pistolas y revólveres, armas de fuego que tenemos ocupadas”, declaró el comisionado general Francisco Díaz, quien junto a la comisionada mayor Elizabeth Rodríguez estuvieron en el acto de ascenso póstumo del policía Marvin Vílchez, originario de la ciudad de Jinotega.

El policía Denis Rodríguez, del Grupo de Intervención Rápida (GIR), se recupera satisfactoriamente en el hospital Victoria Motta de Jinotega. Marlon Chavarría, miembro de la banda de asaltantes, se encuentra en estado estable en el mismo centro asistencial al que no tuvo acceso La Prensa, debido a que el director del Silais, doctor Eduardo Canales, prohibió la entrada a los medios independientes.

Secta “Mensaje de Restauración”

Fuentes policiales dijeron a La Prensa que los asaltantes dicen ser miembros de la secta Mensaje de Restauración. No obstante el comisionado general Díaz enfatizó en que “son delincuentes que estaban asaltando dos distribuidoras comerciales y estamos investigando y buscando a los delincuentes en el lugar de los hechos”.

Comerciantes asentados en San José de Bocay confiaron su temor al diario “porque los elementos que entraron a Ayapal, dijeron que le caerían pronto a Bocay y empezarían por la financiera que se encuentra en la cabecera municipal”. Los comerciantes pidieron anonimato por temor a represalias de parte de los delincuentes. Entre tanto, el jefe policial de Jinotega, comisionado José David Jarquín, dijo que “la situación en Ayapal está tranquila, bajo resguardo de la Policía y el Ejército”.

La población de Ayapal sigue consternada por el enfrentamiento. Sin embargo, las autoridades civiles del municipio insistieron en descartar que se trate de grupos delincuenciales o rearmados. “No, nada que ver, son grupos de esa denominación religiosa William Bran”, dijo Martín Vásquez, alcalde de Ayapal, y agrega que es un grupo religioso “sin personería jurídica”.

Unas 12 o 15 personas subieron “descontrolados de la mente completamente”, así explica el suceso Vásquez, quien es parte de la comisión de Paz y Derechos Humanos que investiga estos sucesos. El grupo de campesinos “endemoniados” provenía de Montecristo y Parparcito, comunidades agrícolas campesinas que están a cuatro horas en pipante sobre el río Bocay. Algunos pobladores dicen que antes de entrar en los negocios el grupo hizo una oración.

Episodios de violencia religiosa

Antes de que ocurriera este enfrentamiento ya habían rumores de violencia religiosa en algunas comunidades rurales de Ayapal. En la comunidad mayangna de Saupí molieron a palos a dos muchachos e intentaron quemar vivo a otro hombre en otra comunidad.

Ramiro Valdivia, pastor de la Iglesia de Dios, dijo que se ha oído hablar de ese grupo religioso desde hace un par de años. “Les profetiza que Dios va a venir por ellos y les obliga a vender todos sus bienes”, dijo Valdivia, quien dice que no ha viajado a la zona donde estarían funcionando estos fanáticos religiosos “porque no nos podemos acercar”.

1 comentario

  
Macabeos
El incidente supuestamente tiene tres versiones:
1. Que se trata de un grupo religioso (?).
2. Que se trata de un grupo de delincuentes comunes.
3. Que se trata de un grupo guerrillero, esto último lo sostiene un miembro importante de un partido político.

Me parece que el cuento de los religiosos asaltantes es digno de Ripley, esperamos que se aclare para tranquilidad de los habitantes del sector.
08/12/13 1:50 AM

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