Ecuador: una jueza ordena transfusión al bebé de unos testigos de Jehová
Para salvarle la vida a un neonato, una jueza de Ecuador ordenó el intercambio de sangre, pese a que sus familiares se oponían por creencias religiosas, explica el diario ecuatoriano El Telégrafo. Las autoridades consideran que el Estado debe garantizar la salud y la vida de los menores de edad.
La jueza Carmen Alicia Argüello lo dejó claro: en su fallo asegura que “para precautelar el derecho a la salud y a la vida” de un infante hijo de padres testigos de Jehová, opuestos al intercambio de sangre como principio religioso, ordena que los médicos -de forma inmediata- “impongan la transfusión sanguínea y la aplicación de los hemoderivados imprescindibles en el tratamiento del neonato” para su sobrevivencia.
El niño, de aproximadamente dos semanas de nacido, hijo de una adolescente de 17 años de edad, fue diagnosticado con atresia esofágica Tipo 3, enfermedad congénita en el esófago que lo mantiene internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital del Niño “Francisco de Ycaza Bustamante”, de Guayaquil.
Los abuelos del pequeño y padres de la joven madre se oponían a la transfusión de sangre, porque así les ordena su creencia religiosa; sin embargo, con esta intervención judicial se crea precedente para futuros casos en los que por principios religiosos no se acepten los tratamientos médicos y con ello se ponga en riesgo la salud y la vida de un menor de edad.
Responsabilidad del Estado en este caso
Marco Pacheco, abogado del Área de Asesoramiento (Admisibilidad) de la Defensoría del Pueblo, en Guayaquil, explicó que el niño no está en capacidad de decidir sobre un tratamiento y menos a qué religión pertenecer, por lo que es responsabilidad del Estado garantizarle la salud y la vida, como lo impone la Constitución del Estado.
La representante de la Defensoría del Pueblo, María José Fernández, contó que esa entidad conoció del caso del pequeño José porque el gerente del hospital Francisco de Ycaza Bustamante, Javier Chacón, informó de la situación del neonato, quien necesitaba una transfusión de sangre y de la aplicación de hemoderivados previas a una intervención quirúrgica. “Resultaba imprescindible evitar que la salud del niño continúe agravándose y que su vida se viera amenazada”, sostuvo.
El abogado Pacheco confirmó que con la actuación de la jueza Argüello e incluso con la intervención de la Dirección Nacional de Policía Especializada en Menores (Dinapen), el pequeño José recibió la transfusión de sangre y su estado de salud mejoró notablemente.
Otras posturas al respecto
Marina Caicedo (nombre protegido), de 50 años, es enfermera en el Hospital Vicente Corral, de Cuenca, Azuay, y ha visto algunos casos de creyentes testigos de Jehová que se oponen a este tipo de tratamientos. “Hace varios años hubo un caso en el que los padres no aceptaron que se le realizara la transfusión sanguínea a su hijo. El niño murió y después la familia y sus amistades organizaron una reunión para celebrar que se respetaron sus creencias y que el infante se encontraba con Jehová”, señaló la mujer.
Sara Martínez, de 25 años y quien asiste a un Salón del Reino de los Testigos de Jehová en Los Claveles (sur de Guayaquil), explicó que una de las creencias de la secta defienden que la sangre es intransmutable, es decir, no puede ser transferida. Acerca del caso ocurrido en Cuenca, dice que es entendible el cuestionamiento de la enfermera “porque no conoce el punto de vista bíblico de la congregación”.
“No se deben realizar transfusiones sanguíneas o comer alimentos que la contengan, porque la sangre es lo que da vida a nuestros cuerpos. Es un mandato de Jehová que se encuentra en el libro del Génesis (capítulo 9, verso 34). ‘Pero carne con su vida, es decir, con su sangre, no comerán’. Eso es lo que nuestro Padre indicó a Noé y a su descendencia”, dijo la estudiante de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil.
Adriana Álvarez, quien trabaja con niños en la Iglesia cristiana evangélica Iñaquito de la que es parte, en el norte de la capital, señaló que de acuerdo con la interpretación de su denominación, en la Biblia no hay ningún texto que restrinja la transfusión sanguínea. “Creemos en la voluntad de Dios, pero también confiamos en que las personas que tienen un nivel de autoridad, como los médicos que se han preparado en esa profesión, tienen la decisión de escoger un tratamiento. Pero al final, la decisión es de la persona que quiera tomar el riesgo o no”. dijo.
Álvarez sostuvo que ningún líder les inculca nada en contra de esta práctica médica, pero opina que la postura de los testigos de Jehová se debe a una interpretación distinta sobre los pasajes bíblicos que tratan este tema. “En el Antiguo Testamento habían restricciones sobre cuáles animales comer por considerarse puros o impuros, es decir, animales que eran bendecidos por Dios o aquellos que los pueblos que tenían muchos dioses ofrecían en sacrificio. Por eso es la restricción, pero los evangélicos jamás hemos aplicado ese concepto en las personas”, dijo Álvarez.
Los testigos defienden su práctica
Sara Martínez, del Salón del Reino de Los Claveles, indicó que entre los practicantes testigos de Jehová, mayores de 18 años y que se encuentran bautizados, firman un documento bajo su propia responsabilidad llamado ‘Directiva Anticipada’. “La firma debe ser aprobada por un notario público y un representante legal que actúa cuando la persona sufra un accidente y esté inconsciente”, resaltó Martínez. Según el Área de Relaciones Públicas de los testigos de Jehová en Ecuador, en este documento la persona rechaza cualquier intervención quirúrgica, en la que se requiera una transfusión sanguínea.
El jurista Jorge Pérez Pimentel, notario decimosexto de Guayas, manifestó que a su despacho llegan de dos a tres casos a la semana de miembros de esta congregación que van a refrendar el documento para negarse a este procedimiento. “En la tarjeta impresa, repartida por la misma organización religiosa, la persona se compromete a exigirle al médico que no le introduzcan sangre, ya sea por una dolencia grave o alguna intervención”, expresó el notario.
Pérez explicó que el único requisito que debe presentar el solicitante es su cédula de identidad para que el notario pueda verificar que es mayor de edad y, también, comparar ambas firmas y luego proceder a certificar la tarjeta.
Alternativas médicas
Los testigos de Jehová -según su departamento de Comunicación- en sus diversas publicaciones oficiales (revistas y sitio de Internet) destacan el uso de fármacos sustitutos para oxigenar la sangre en caso de operaciones, como son el Perftec o Perftoran, que han sido aprobados en México y Rusia.
La doctora María Jesús Torres, del área de Laboratorio del Hospital Abel Gilbert Pontón, señala que mientras no sea probada su efectividad en otros países aparte de los mencionados, se seguirá considerando la opción de las transfusiones. “Sea en pacientes con anemia crónica o que deban ser intervenidos quirúrgicamente, se seguirá aplicando la opción más viable”, resaltó la especialista.
La Defensoría del Pueblo deja claro igualmente que en caso de menores de edad es responsabilidad del Estado garantizarles derechos constitucionales como la salud y la vida. El artículo 44 de la Carta Magna de 2008 se refiere a que el Estado deberá asegurar el ejercicio pleno de los derechos de los niños y adolescentes; que debe aplicarse permanentemente el principio de su interés superior y que sus derechos prevalecerán sobre las demás personas.
De acuerdo a las ‘primeras estadísticas oficiales sobre filiación religiosa en el Ecuador’, realizada en 2012 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 1,3 % de la población de 5 ciudades del país es testigo de Jehová. De este porcentaje, el 1,7 % se encuentra en Guayaquil.
19 comentarios
¿El estado defiende la vida del nasciturus?
Aquí fabrican bebés medicamento -y matan a decenas de hermanitos- y el estado, es decir, todos, lo paga.
Un paso más del totalitarismo del estado.
Maldito estado, mira que velar por la vida del débil y del inocente.
"los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la autoridad política. Estos derechos del hombre no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o del Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador que la ha originado".
Así las cosas, por más derecho que tengan los padres a educar en su fe a sus hijos, no tienen derecho a dejarlo morir.
Y dale con la idea de que las transfusiones no son buenas, millones están vivos por ella, que tienen riesgos? Pues claro, como todo tratamiento médico.
Nadie se hace transfusiones por diversión.
Existen tratamientos alternativos? Si que existen, pero el costo? la disponibilidad?
Vox populi que mueren a millares por transfusiones. Qué digo, a millones. Seguri que nadie sobrevive.
Vamos, que los hospitales y bancos de sangre solicitando donantes, sobre todo en verano, se han salvado millones de c(vidas, y ahora resulta ser de muy "baja calidad".
La interpretación de los pasajes bíblicos es tronchante, para finalizar.
Suicídense ustedes, pero dejen a las criaturas en paz.
Sin embargo, primero Israel y después los primeros cristianos, entendieron que debían abstenerse de sangre por mandato Divino dado a Noé, a Moisés y a los Cristianos en el Concilio de Jerusalén.
Somos libres libres de rechazar esta Ley Bíblica, pero atribuir a los Testigos de Jehová como propia esta creencia, es demostrar ignorancia supina hacia el mandato bíblico.
Por otra parte, las autoridades procuran ser estancas al tema religioso, como de ello dan prueba su intervención en estos casos u otros como el aborto, cambio de sexo, etc.
Yo pienso que a Dios no le importa lo de la sangre si es para salvar una vida y mas la de un bebé
Saludos.
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