Los Niños de Dios continúan en Argentina
“Alertan que volvió la secta Los Niños de Dios". Así titulaba ayer, 8 de marzo, el argentino Diario Popular un artículo firmado por Maximiliano Montenegro, que reproducimos a continuación. Esta espeluznante corporación había sido desmantelada en 1993, pero especialistas consultados por el diario revelaron que se reorganizaron. Se está tras el rastro de un caso dramático.
La peligrosa secta Los Niños de Dios es una organización internacional, con sedes en casi todo el planeta. En la década del 90, los reiterados escándalos por abusos sexuales, los más aberrantes contra niños, y el aceitado esquema de captación con base en doctrina propia que logró salir a la luz, derivaron primero en un alejamiento de la escena, y luego en un reagrupamiento silencioso.
En Argentina, en 1993, la banda que operaba fue desmantelada y encarcelada; sin embargo, las deficiencias en la investigación policial diluyeron una condena ejemplar. Ahora, 20 años después, investigadores de estos grupos alertan nuevamente sobre la presencia de esta espeluznante corporación en el país, con casos dramáticos.
Reagrupación y nuevos nombres
En diálogo con Diario Popular, Pablo Salum, de la ONG Libre Mentes, reveló que “esta secta, que fue motivo de revuelo internacional en 1993 cuando la justicia allanó 10 de sus hogares en el país, encarcelando a los principales responsables, y se destaca por la iniciación sexual de bebés y niños, además de la manipulación de familias enteras para sus objetivos comerciales, está operando nuevamente en Argentina bajo la denominación La Familia”.
“La misma gente que había sido engañada, captada, manipulada, continúa el legado. Se reagrupan con diversos nombres y hacen lo mismo. El problema es que no hay seguimientos judiciales ni institucionales. No tenemos legislación adecuada para luchar contra estos grupos, y tampoco grupos policiales preparados. Ni siquiera contamos con un teléfono u oficina oficial para hacer denuncias”, dijo Salum.
De acuerdo al titular de Libre Mentes, que trabaja para la promulgación de una Ley Antisectas (en Francia, por ejemplo, hace una década que cuentan con legislación), “estos grupos funcionan como células de Los Niños de Dios, que opera en todo el mundo, y se camuflan como ONGs o fundaciones humanitarias”.
“Estamos siguiendo un caso dramático -relató Salum-, con una mujer cuyo marido fue captado, y ahora son sus hijas adolescentes quienes fueron manipuladas por el hombre para sumarse. Es aberrante, porque la mujer no tiene apoyo legal de ningún tipo, salvo figuras del Código Penal que no son herramientas apropiadas. Cabe destacar el poder económico de estas bandas, sus vínculos con la política, la justicia y las corporaciones financieras”.
Asimismo, la licenciada en Psicología Lourdes Molina, presidenta de la Asociación Civil Nuestras Manos y perito en la causa de 1993 que llevó adelante el juez federal Roberto Marquevich contra la secta Los Niños de Dios, indicó que “la organización tiene diversidad de grupos, con unos 15 nombres diferentes, que son pantallas que cumplen funciones específicas”.
Argentina, años 90
En aquel momento, la causa generó profunda conmoción local e internacional. Los allanamientos se realizaron en predios de Buenos Aires y el interior del país. Fueron confiscados libros, fotos y videos, de gran valor para la investigación, aunque finalmente no pudieron ser usados como elementos de prueba.
“Trabajé personalmente con el material incautado en los allanamientos, muchas obras de adoctrinamiento específico. Por errores policiales en el secuestro, fueron impugnadas y no sirvieron para reforzar la acusación. Se trata de obras que adoctrinan para la coerción, algo inédito porque se conocía más bien poco”, indicó la experta.
“Estamos hablando de una organización verdaderamente siniestra. Es clave que la sociedad esté alerta, y que tenga mecanismos de defensa. Operan con mucha inteligencia, y pueden filtrarse en cualquier lado. Y desarrollan un complejo proceso de persuasión coercitiva, que suele denominarse lavado de cerebro, pero es mucho más profundo. Tienen una estrategia de captación, un objetivo claro, que es económico, pero también perverso, en el sentido de la dominación. La sociedad debe prepararse para afrontar esta problemática”, manifestó Molina, a modo de conclusión en su valioso aporte sobre este tema al cual hay que estar atentos.
Un libro imprescindible
Entre la bibliografía sobre esta secta destaca, precisamente, una obra que escribió el entonces presidente de la Fundación SPES de Buenos Aires, el psicólogo José María Baamonde (miembro fundador después de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas, RIES), ya fallecido, y que tituló La Familia. La verdadera historia de los Niños de Dios (Planeta, 1993).
En este libro, Baamonde mostró un amplio conocimiento de esta secta, de sus doctrinas y prácticas, de sus técnicas de captación y abusos sexuales. En su época constituyó un hito en la investigación sobre este movimiento y las sectas en general. Años después, desde la Fundación SPES impartió algunos cursos monográficos sobre los Niños de Dios.
En su libro ¿Qué ves en la noche? Religión y sectas en el mundo actual, el también miembro de la RIES Luis Santamaría hizo un resumen biográfico de José María Baamonde, y contaba algo que sucedió poco antes de la muerte del experto argentino, relacionado precisamente con los Niños de Dios: “una joven acudió a Madrid desde los Estados Unidos cuando conoció su enfermedad, solamente para eso, agradecida porque gracias a José María pudo dejar la secta que había robado su infancia”. Por ello, Santamaría continuaba diciendo: “gracias, José María, por tantas personas a las que has devuelto su libertad”.
4 comentarios
BOSCH, C.-COSTA, P.: “Los Niños de Dios. Una religión en pecado mortal”, en Interviú, 54, 26 de mayo de 1977.
En búsqueda sobre el tema; se puede destacar, entre otras cosas:
"En 1972 se instaló en París,(...) y exhibiendo pancartas con frases del profeta anunciando el cercano fin del mundo. De París pasó a Londres, de donde también se vió obligado a salir huyendo de posibles pesquisas. Llegó luego a España y se instaló en Santa Cruz de Tenerife, donde permaneció de incógnito hasta el 8 de marzo de 1977. Acosado por la policía huyó a Libia donde, según parece, residía todavía a finales del siglo XX gracias a su amistad con Gaddafi."
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