Cómo el nazismo creó una secta neopagana para destruir el cristianismo
Desde buscar el origen de la raza aria hasta planear viajes para robar todo tipo de reliquias y obras de arte. Estas eran algunas de las tareas para las cuales fue fundada la Ahnenerbe, una organización que, aunque oficialmente fue creada para dar valor a las tradiciones alemanas, acabó convirtiéndose en un grupo de estudio de las ciencias ocultas con una finalidad clara: destruir el cristianismo e instaurar una nueva religión nazi en Alemania. Así comienza el reportaje que firma Manuel P. Villatoro en el diario ABC.
«El 1 de julio de 1935 se creó la Deutsches Ahnenerbe, o “Sociedad de Estudios para la Historia Antigua del Espíritu"», explica el escritor José Lesta en su libro El enigma nazi (editado por Edaf). Por aquella época, Hitler ya había sido nombrado Canciller de Alemania y el Partido Nazi dominaba toda la política del país. Sin embargo, el Führer quería enfrentarse al mundo y sabía que necesitaría varias cosas: toda la ayuda necesaria para vencer (ya fuera usual o paranormal) y, sobre todo, que la sociedad aceptara el nazismo como una creencia indiscutible. Ambas tareas serían encomendadas a esta nueva secta paracientífica.
El nazi obsesionado por el ocultismo
El encargado de crear la Ahnenerbe fue uno de los miembros del Partido obsesionado por el ocultismo: Heinrich Himmler, comandante en jefe de las SS nazis (un cuerpo de soldados de élite dedicados, entre otras cosas, a la protección de Hitler). «Himmler era con toda seguridad el más fanático creyente en las ciencias ocultas, profesando una fe ciega en “las fuerzas desconocidas que nos rodean"», afirma el escritor.
«Ya en el poder se hizo con la dirección de las temibles SS. Un cuerpo de élite o de monjes guerreros, como a él le gustaba denominarlos, con los que formaría una auténtica Orden Negra que seguiría los preceptos del antiguo paganismo germano y los dogmas de fe del nazismo como creencia religiosa», explica Lesta.
«Himmler dio la orden para la constitución de la sociedad inspirado por Hermann Wirth, profesor holandés especialista en el estudio del germanismo. El primer departamento de la organización fue creado directamente por Wirth, y prestaba particular atención al estudio del antiguo alfabeto rúnico que tanta importancia tendría en la simbología del nazismo», completa el experto. De hecho, tal era su admiración por el lenguaje rúnico que escogió como símbolo para la Ahnenerbe uno de estos emblemas; el de la vida.
Objetivos oficiales y organización
«Los objetivos de la sociedad eran fundamentalmente tres: investigar el alcance territorial y el espíritu de la raza germánica, rescatar y restituir las tradiciones alemanas, y difundir la cultura tradicional alemana entre la población», determina Lesta.
Tras la formación de la sección dedicada al estudio de las runas vinieron varias más. «En 1936 se constituyó el departamento de lingüística, en 1937 el de investigación sobre los contenidos y símbolos de las tradiciones populares, y un año después el departamento de arqueología germánica. Este último se haría famoso por sus extrañas expediciones», sentencia Lesta.
«Estas actividades, extraordinariamente diversificadas hacían que se multiplicaran los departamentos en el seno de la sociedad. Llegó a tener 43, dedicados a danzas populares y canciones tradicionales, estilos regionales, folclore, leyendas, geografía sagrada, ciencias paranormales, etc.», aclara el escritor.
«Andre Brissaud escribe que los trabajos de la sociedad eran “asuntos secretos del Reich", y comprendían desde temas clásicos como “la lengua y literatura germánicas” hasta temas tan curiosos como el “yoga y el zen, doctrinas esotéricas e influencias mágicas sobre el comportamiento humano"», sentencia el experto en su libro.
De todas las premisas necesarias que había que cumplir para formar parte de la Ahnenerbe, la principal era la de contar con el título de doctor universitario. Por su parte, el sistema de trabajo consistía en la organización de diferentes grupos de estudio a cargo de un coordinador.
Sin embargo, no todas las secciones de la Ahnenerbe tuvieron la misma repercusión. Entre las más conocidas, se encontraba la rama ocultista. «La sección esotérica estaba a cargo de Friedrich Hielscher y Wolfram Sievers (en la foto); así mismo el famoso escritor Erns Jünger y el filósofo judío Martin Buber colaboraron con ella», explica el escritor.
El origen, los asesinos de Thule
Pero, en contra de lo que pudiera parecer, esta sociedad no nació de la nada, sino que basó su estructura y la mayoría de sus ideas en una organización conocida como la sociedad Thule. Este grupo, que estuvo operativo desde la primera década del siglo XX hasta la creación de la Ahnenerbe, destacó porque contaba con un líder que se autodenominaba el precursor del anticristo.
Un joven Adolf Hitler pasaría a formar parte de esta organización una tarde de 1922. «Para entrar se debía facilitar una fotografía que el Gran Maestre examinaba para descubrir en los rasgos antropométricos huellas de sangre extranjera. Asimismo, tenían que jurar pureza de sangre hasta la tercera generación», sentencia Lesta.
Sin embargo, por lo que destacaba esta secta era por su particular forma de hacer justicia en las calles de Baviera, su sede principal. «Sólo entre 1918 y 1922 se contabilizaron (en este estado) 354 crímenes y asesinatos políticos. Según J.M. Romaña, las fuerzas de seguridad estaban siempre al corriente de esta “justicia paralela”, y es que muchos de los oficiales de la policía eran adeptos de la sociedad Thule», explica el experto.
«Además, también se daban muchos casos de personas desaparecidas siempre en extrañas circunstancias. Y entre estos individuos, la mayoría de los cuales eran judíos o comunistas, debemos buscar a las víctimas de los “sacrificios” que fueron asesinadas en rituales de magia astrológica”», señala el escritor, que apostilla por otro lado que aún no se han encontrado datos totalmente concluyentes que demuestren la existencia de estos rituales.
Finalidad: acabar con el cristianismo
Entre las prioridades de la Ahnenerbe se encontraba el acabar con el cristianismo y dar forma a una religión propia del nazismo: «Una de las consignas subterráneas del régimen nazi era eliminar progresivamente la influencia que para el pueblo alemán tenían los ritos de la Iglesia Católica», determina el escritor.
Para ello, la organización disponía de uno de los mayores y más conocidos personajes dentro del ocultismo nazi: el «sumo sacerdote» Friedrich Hielscher. Aunque se conoce poco de este maestro de lo paranormal, las investigaciones coinciden en que era temido por todos los oficiales alemanes.
«Para que nos hagamos una idea, el jefe de la Gestapo (policía secreta alemana) le profesaba una profunda devoción. Heinrich Himmler hablaba de él en respetuosos susurros y le consideraba la figura más importante de Alemania después de Hitler. Si Alemania llegara a ganar la guerra, seguramente Hielscher saldría a la luz, convertido en el sacerdote supremo de la nueva religión, con Hitler como divinidad encarnada», afirma el experto.
Ahnenerbe, la organización que robó la Navidad
Para lograr acabar con el cristianismo, Hielscher creó a través de Himmler una religión basada en la sangre y el valor de los soldados alemanes. A su vez, hizo que las fiestas paganas se superpusieran a las cristianas, de esta forma, pretendía que los católicos dieran de lado a sus creencias y abrazaran la nueva religión de la Ahnenerbe.
«Himmler y su Estado Mayor personal, constituido por hombres de su más absoluta confianza, concibieron un calendario festivo para la Orden Negra de las SS que establecía unas fechas sagradas a lo largo del año. En ellas, las SS renovaban sus compromisos de honor y lealtad para con el Führer y la orden», afirma Lesta en el texto.
«Estas festividades servían para sustituir a las fiestas cristianas por otras que estuvieran más próximas a la tradición germano-pagana», explica el escritor. Una de las celebraciones más llamativas que se llegó a suprimir fue la de la Navidad. De hecho, el día en que se recuerda el nacimiento de Jesús se cambió nada menos que por una jornada en la que se reverenciaba al sol.
«Efectivamente, en el 25 de diciembre se conmemoraba el “día del nacimiento del sol invencible” –el Sol Invictus, que para los romanos representaba el nacimiento de Mithra-, es decir, el día en que este astro, después de ir acortando su presencia desde el solsticio de verano, parecía recobrar nuevamente sus fuerzas tras el periodo agónico del otoño y la muerte invernal», sentencia el experto.
A su vez, otras fiestas pasaron a ser suprimidas en favor de las nuevas creencias nazis: «Otros períodos del año habían sido igualmente reciclados en forma de fiestas neopaganas. La Pascua se transformó en la fiesta de “Ostara”, por ejemplo», determina Lesta. En este caso, los miembros de las SS celebraban el comienzo de la primavera recordando a la diosa de la fertilidad que da nombre a esta celebración.
Los nuevos matrimonios nazis
Además, la Ahnenerbe buscaba que el rito del matrimonio cristiano fuera sustituido en favor de una ceremonia creada por los nazis. «Hace poco se ha revelado una filmación inédita que muestra la ceremonia llevada a cabo por una pareja para contraer matrimonio bajo el ritual de las SS», comenta el escritor.
«En ella, se ve claramente que la sala en la que se celebra la ceremonia esta presidida por una gigantesca bandera negra con una S rúnica grabada en plata. Previamente los cónyuges habían realizado su matrimonio civil y en el curso del acto el oficial superior –el propio Himmler en este caso- les entrega el pan y la sal, símbolos de la tierra y de la fertilidad», sentencia Lesta.
Por supuesto, para que se celebrara la unión de la feliz pareja era también necesario demostrar la pureza de sangre, es decir, que ambos eran alemanes. Como curiosidad, también destaca que, como principales regalos del matrimonio, no solía faltar un ejemplar del Mein Kampf («Mi lucha»), la autobiografía de Adolf Hitler. Tras cumplir todos estos preceptos, el marido y la mujer estaban listos para vivir felices en el Reich.
Bautismo y muerte en las SS
Dos de los ritos que se practicaban en las SS y que la Ahnenerbe pretendía que se extendieran con el tiempo a toda la sociedad alemana eran los de un curioso bautismo y una extraña forma de dar el último adiós a aquellos miembros de la Orden Negra tras su muerte.
En el primero de los casos, Lesta deja claro su funcionamiento: «Durante el bautismo del hijo de un afiliado a la Orden Negra se les hacía entrega de una medalla con signos rúnicos para el recién nacido, y se pronunciaba la fórmula de ingreso del bebé en la comunidad de las SS».
Por otro lado, el castillo que servía de sede para la Ahnenerbe guardaba en su interior una curiosa estancia dedicada a venerar los restos de sus miembros. «En la cripta, se hallaba la sala de los muertos, un recinto abovedado y circular. Albergaba en su centro una pira y en los muros doce habitáculos en los que se ordenó que se levantaran trece alturas alrededor de una gruesa mesa de piedra», destaca el experto.
«Se hizo para el momento en que un miembro de tan restringido círculo de elegidos en las SS dejara este mundo. Entonces, se debían colocar sus cenizas en la correspondiente urna encima de uno de esos altares, justo después de que el escudo de armas del fallecido acabara de ser pasto de las llamas, y todo para que fuesen veneradas al mejor estilo religioso por el resto de los supervivientes», completa el experto.
«En el techo de la bóveda, justo encima de la pira, se encuentra todavía una esvástica y cuatro aspilleras por las que el humo del ritual fúnebre debía ascender, formando una columna», sentencia Lesta.
Oraciones en una extraña lengua
Finalmente, una última y curiosa práctica de este grupo (y secta) pudo observarse cuando el tribunal aliado juzgó por crímenes contra la humanidad en Nuremberg a dos de los principales líderes de la Ahnenerbe, Hielscher y Sievers. Y es que ambos mostraron una extraña actitud durante el proceso.
«El prisionero (Sievers) escuchó con extraña indiferencia su condena a muerte y, acompañado por Hielscher, se hincó de rodillas mientras este entonaba los cánticos de una misa negra. Un himno final de adoración a los poderes del mal que aguardaban a su alma al otro lado de la tumba», comenta el experto.
«Tal y como relatan sus cuidadores de celda: “Pronunció oraciones en una lengua desconocida, oraciones de un culto que nadie conocía y del que no habló jamás», afirma el escritor en el texto.
Preguntas a José Lesta
1-¿Quién fue el ideólogo de esta organización?
Hay muchas hipótesis al respecto ya que la información documental sobre esta vasta organización se encuentra aún soterrada en Rusia y, muy escasamente, en Estados Unidos. Siguiendo los escritos y los comentarios del famoso y polémico escritor Ernst Junger, que perteneció colateralmente al círculo interno de la orden secreta, sabemos que el «sumo sacerdote» era Friedrich Hielscher, seguido de Wolfram Von Sievers. Este último tuvo una fugaz pero llamativa aparición en los juicios de Nuremberg, ya que su mentor -Hielscher- había desaparecido. En cualquier caso, la fundación y el impulso oficial desde el partido nazi, le correspondió al jefe de las SS, Heinrich Himmler, que profesaba una gran admiración por los dos personajes.
2-¿En qué proyectos de carácter paranormal participó la Ahnenerbe?
No hay prácticamente información detallada al respecto; sin embargo, sí sabemos que los trabajos preliminares de exploración en ese campo se dieron, ya que uno de los cuarenta y tres departamentos de que constaba la Ahnenerbe, el dedicado a lo que denominaban ciencias esotéricas, intentaba desarrollar «métodos de concentración con técnicas como observar una manzana partida en dos durante largos períodos de tiempo», realizar practicas de Yoga y Zen, etc. Esto último fue relatado por testigos como el científico Willy Ley, uno de los padres de la astronáutica y cohetería moderna.
3-¿Se podría decir que fueron los ideólogos de la religión nazi?
Aunque Alfred Rossenberg es considerado como uno de los «filósofos» del nazismo con su trabajo El mito del siglo XX, es indudable que la Ahnenerbe era el núcleo del entramado ideológico que pretendía formar toda una nueva cosmovisión de las creencias del pueblo alemán, y eso incluía la religión y sus tradiciones más preciadas. Además tenía algo único en ese terreno: un incondicional apoyo gubernamental, y una cantidad ilimitada de recursos con los que difundir a la población la nueva fe. Incluso se instauró un nuevo calendario donde las fechas anuales más importantes, como la Navidad, fueron cambiadas por festividades y ritos pagano-germanos.
4-¿Qué repercusión tuvieron en el nazismo?
En una ocasión, Hitler le espetó a Herman Rauschning, mandatario nazi, lo siguiente: «si cree usted que nuestro partido se reduce únicamente a un partido político… es que no ha entendido nada». Sin embargo, la influencia de todo ello fue ignorada por los historiadores de postguerra. En la actualidad eso ha cambiado drásticamente, pero aún así siguen ofreciendo un papel secundario a dichas creencias. Me sigue pareciendo una posición ya superada. Los historiadores modernos deberían saber que el primer dinero para la fundación del partido de Hitler provino de una sociedad secreta, que algunos personajes pertenecientes a logias masónicas alemanas ayudaron a que miembros del NSDAP accedieran a elitistas círculos de la alta sociedad berlinesa, o que, como sí está aceptado, varios mandatarios del régimen profesaban los credos de la nueva fe.
39 comentarios
Aquí dejo los siguientes vídeos sobre el tema. Son muy interesantes, los recomiendo:
Nazis, la conspiración de lo oculto:
http://www.youtube.com/watch?v=S1yN6K6edvI
"La Historia Oculta del Tercer Reich":
El enigma de la esvastica:
http://www.youtube.com/watch?v=ip76SXXepr8
Himmler, el místico:
http://www.youtube.com/watch?v=WLy7ajXnlSc
La SS, sangre y fuego:
http://www.veoh.com/watch/yapi-cn4ucd527hE
Hitler:
http://www.veoh.com/watch/yapi-10FKgcUgXB8
Respecto a los libros, la obra mencionada en el artículo es muy buena. También recomiendo la de Rosda Sala Rose, "Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo". Ed. Acantilado.
Otra obra es la de Oscar Herradón, "La Orden Negra. El ejército pagano del III Reich". Ed. Edaf.
Bueno, espero que todo esto les sea útil a todos. la cuestión es abrir los ojos de una vez...por lo que pudiera pasar, ya que aunque la historia nunca se repite de manera exacta, sí se puede parecer y mucho, para quien sepa ver.
Un cordial saludo.
http://www.youtube.com/watch?v=b8mq2YVrsXE
Un cordial saludo.
Me parece que a la gente le gusta demasiado la novela y poco la Historia. Parece más divertido centrarse en sociedades secretas, gnosticismo, orígenes judíos o falta de un testículo en Hitler, astrólogos, etc., que en las bases doctrinales del movimiento nacionalsocialista.
Los nazis eran ultranacionalistas alemanes. Y su nacionalismo, recogiendo teorías decimonónicas, era de base racial. Ésa era su esencia. Lo demás es fundamentalmente anecdótico. Había nazis esoteristas y nazis que no lo eran, nazis que creían en la astrología y nazis que no.
Parece que Hitler, cuya palabra era ley en el Partido y, desde 1933, en el Estado, no era precisamente un seguidor del esoterismo y de la astrología. Otra cosa es que dejara hacer a Himmler. Ahora bien, el valor de esos vínculos esotéricos de las SS con Himmler se vio en abril de 1945 cuando, ante la traición de éste, las SS reaccionaron unánimemente al dictado de su convencional juramento de fidelidad al Führer.
Las relaciones del nacionalsocialismo con el Cristianismo son complejísimas y no pueden resumirse en un artículo sobre el manido "paganismo" nazi. Sin por ello -por supuesto- despreciar aportaciones como la del post a la faceta esotérica y ocultista del nazismo, que desde luego también existió. Pero repito que la actitud nacionalsocialista ante el catolicismo y el protestantismo (no fue ni mucho menos la misma) da para muchísimo más. A este respecto, recomiendo vivamente el libro de Richard Steigman-Gall "El Reich sagrado".
Y sobre todo los católicos no debemos olvidar que el gran problema moral que nos plantea el III Reich no es el esoterismo de algunos de sus dirigentes, ni siquiera el racismo, sino el relativismo ético derivado de su absolutización del pueblo germano.
Y que, condenable como era, el comunismo era por supuesto aún peor. La Iglesia Católica tenía una existencia legal en la Alemania de Hitler, tenía en ella libertad de culto, e incluso había capellanes católicos en las fuerzas armadas. Nada de ello ocurría ciertamente en la URSS.
Deberías informarte mejor y con mayor profundidad. Llega un momento, cuando se ha estudiando durante muchísimo tiempo (y hablo de años) la historia oficial, que se acaba dando con este capítulo, y todos los datos llevan a tomarlo en serio. Hablas del pueblo germano..pero la base del pueblo germano era la raza y sobre, todo, la "sangre aria" que consideraban portadora de todas las "cualidades" de la raza.
Por otra paertre, lo que dices sobre la Iglesia católica no es cierto. La Iglesia no tenía ninguna libertad; de hecho todas las asociaciones católicas fueron prohibidas, los sacerdotes puestos bajo vigilancia y Dachau era el campo de concentración donde se mandaba a los sacerdotes y religiosos.
Desde la firma del Concordato hasta finales de 1934, los nazis atacaron a la Iglesia de diferentes maneras, mediante:
Ø La libertad de las asociaciones.
Ø El monopolio de la educación por parte del partido.
Ø La parálisis de la prensa católica.
Ø La destitución de profesores católicos.
Ø Ingerencias en los seminarios.
Ø Difusión en las escuelas y en los campos nazis de tesis fuertemente anticristianas, inspiradas en la doctrina de Rosenberg.
A partir de 1935, después del plebiscito sobre la cuenca del Saar, se desencadenó la campaña contra el clero y contra las asociaciones católicas. Lo que el gobierno nazi hizo fue lo siguiente:
Ø Mantuvo e intensificó una constante acción dirigida a controlar el culto, la actividad de la Iglesia y la vida de los fieles.
Ø Cerró más de quince mil escuelas confesionales.
Ø Limitó y controló la enseñanza religiosa; disolvió las asociaciones religiosas.
Ø Obligó en 1936 a toda la juventud a inscribirse en la Hitlerjugend.
Ø Controló severamente la predicación de los sacerdotes.
Ø Subyugó a la prensa católica.
Ø Puso muchas restricciones a todas las manifestaciones católicas.
Ø Intensificó la propaganda de la ideología de Rosenberg.
Ø Montó procesos escandalosos y artificiales contra el clero.
Cuando se publicó la encíclica "Mit brennender sorge", las conseciencias no se hicieron esperar y durante tres semanas, fueron condenados 103 católicos; en mayo 1100 personas, entre sacerdotes y religiosos, fueron llevados a prisión y en 1938, 304 sacerdotes fueron confinados en Dachau, el campo de concentración al que iban destinados los cristianos de cualquier rama. Las organizaciones católicas y la escuela confesional fue suprimida en 1939.
Podríamos continuar, pero yo sí que te aconsejo vivamente que estudies más.
Muchas gracias, pero como verás...mientras que en otras partes del mundo se toma muy en serio el tema (y llevan décadas estudiando el nazismo), aquí...pues así estamos. Supongo que para algunos la amistad y colaboración entre Franco y Hitler, y sabiendo ahora quien era ese demonio, es una píldora difícil de digerir; de ahí ciertas reacciones.
Un cordial saludo.
PD.- Para Javier Lopez: Sí, Hitler sí era un seguidor del esoterismo y demás, de hecho tenía su propio "consejero" en estos temas, era Erik Jan Hanussen.
"Según el relativamente joven historiador Steigmann-Gall la génesis del nazismo no se encuentra en la negación del cristianismo sino que es su heredero directo.
Según afirma el autor en la conclusión, “el cristianismo es la fuente de la oscuridad que aborrece”, cargando las tintas en aspectos tan manidos como la intolerancia o el antisemitismo. Curiosamente, sus argumentos adolecen de una curiosa desproporción puesto que aprovecha cualquier conexión entre los nazis –que no responden, como sabemos, a un perfil único, sino muy escalonado en el grado de adscripción a las distintas ideas nazis– y el cristianismo para considerar “demostrada” una vinculación mientras tiende a minimizar cuando no a poner en duda sin más las abundantísimas afirmaciones –y acciones– anticristianas de los nazis.
Si Hitler intenta doblegar a la Iglesia Luterana en 1933 y ganársela a su causa es perfectamente sincero, mientras que si propone en 1942 acabar con todas las iglesias, es un delirio irresponsable de un megalómano".
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=9148
No, lo que es claro es que en los planes de los nazis estaba el ir sustituyendo la religión cristiana por la religión nazi; religión en la que primero participaban miembros destacados de las SS, pero que se iría extendiendo al resto.
1) "Deberías informarte mejor y con mayor profundidad." Gracias, un buen consejo. Lo digo en serio y con relación a este tema y a cualquier otro. Lo cual no significa que lo que he dicho esté mal o sea falso.
2) Los ataques del Estado nacionalsocialista a la Iglesia que señalas en tu comentario de las 12:49 son ciertos. Son una acusación más en la amplia lista de actos condenables perpetrados por aquel régimen. Otra cosa es que estuvieran motivados por esoterismo y ocultismo.
3) Yo no he negado, pues, esos ataques a que acabo de hacer referencia. Entiendo que son de todos conocidos en los ambientes católicos, dado que son permanentemente mencionados como prueba de la hostilidad mutua entre la Iglesia y el régimen nacionalsocialista. Me he limitado a citar tres hechos que también son ciertos, y que no son tan repetidos:
-la Iglesia Católica tenía una existencia legal en la Alemania de Hitler
-tenía en ella libertad de culto
-había capellanes católicos en las fuerzas armadas
Tres afirmaciones que vuelvo a repetir.
4) Me temo que no has leído el libro de Steigmann-Gall, porque lo de que "el nazismo es heredero directo del cristianismo" no es en absoluto la conclusión de la obra. De ninguna manera. Es un estudio totalmente desapasionado de las relaciones de los jerarcas nazis con las creeencias religiosas organizadas de Alemania. Expone las tendencias anticristianas (más anticatólicas que antiprotestantes) de Rosenberg, el ateísmo de Bormann, las actitudes de Himmler, la postura favorable al protestantismo de Goering, la más favorable al catolicismo (desde el anticlericalismo y la heterodoxia) del excomulgado Goebbels, intenta explorar las opiniones nada claras y muchas veces contradictorias de Hitler... Esto último es absolutamente importante, dado el total personalismo del movimiento nacionalsocialista. Hay particular atención a una figura tan importante como poco conocida, que es Walter Buch, presidente del tribunal interno del NSDAP.
El libro está centrado en por qué, sobre todo al principio del régimen nacionalsocialista, sus dirigentes tuvieron una posición más favorable al protestantismo. Era lógico dado el antirromanismo del ultranacionalismo alemán, especialmente el prusiano, para el cual Arminio (el de Teutoburgo) y Lutero son héroes nacionales en la lucha contra el mismo enemigo.
Hay que recordar también en movimiento "Los von Rom" del austriaco Schönerer, cuya estridencia anticatólica era criticada por el propio Hitler en su juventud, no por no compartirla, sino por razones estrictamente políticas que eran las que realmente preocupaban al futuro Führer-Canciller.
Pero bueno, para qué hablar más. Si está claro. Todo es cuestión de ritos paganos y de la Sociedad Thule. Y del astrólogo de Hitler. La novela es más divertida que la Historia.
En todo caso, un saludo.
Hay que hacer extensiva las directrices de desinformación de Franco respecto al Concilio Vaticano II, por el mismo motivo anti-liberal, lo cual cual afectó el nivel de conocimiento de la verdad a generaciones enteras de españoles. Se evidencian hechos similares en Argentina debido al peronismo cultural reinante, cuyo líder era filonazi y socio político de Franco. Por consecuencia, desde estos países provienen la mayor cantidad de sandeces sobre el gran concilio ecuménico número 21 y sobre el pueblo judío.
A ver qué se entiende por cristianismo. Desde luego no creo que se pueda considerar cristiano el intento de arianización de Jesucristo, y mucho menos aún que la cruz cristiana hubiera sido un antiguo símbolo germánico.
Rosenberg consideraba que la figura de Jesús había sido falseada por San Pablo, el cual era un representante de los intereses judíos, señalando que Jesús era hijo de madre siria y de padre romano.
Respecto a Hitler, señalaba que pudiera ser posible que Jesús fuera descendiente de uno de los legionarios de origen galo.
La postura anticristiana del nazismo y su neopaganismo no es incompatible con la siguiente afirmación de Hitler, en un discurso pronunciado en 1921: “Ahora nosotros somos pequeños, pero hubo un tiempo en que también hubo un hombre solo en Galilea cuya doctrina domina hoy el mundo. No puedo imaginarme a Cristo de ningún otro modo más que rubio y con los ojos azules, mientras que al demonio sólo con facha judía”.
Según el mismo Hitler, su fin era terminar con “la misión que Cristo inició, pero que no pudo concluir”, y es que para Hitler tal fin no tenía nada que ver con el Jesucristo crucificado, sino con uno furioso, ario y que luchó contra la plutocracia judía. La igualdad radical de todos los seres humanos, que postula el cristianismo y la creencia en un único Dios, era considerada por Hitler como creada por San Pablo, que pretendía acabar con el Imperio romano.
Y las palabras de Rosenberg son reveladoras: “Jesús, a pesar de todas las Iglesias cristianas, representa un punto cardinal de nuestra historia”.
De acuerdo que se intentó la integración de “Jesús” en su cosmovisión, pero de su “Jesús”, al cual por cierto, también le asemejaban a Sigfrido, pues ambos habían combatido a los judíos.
Eso ni es cristianismo ni es nada; eso es puro paganismo, como muy bien ha señalado ya Benedicto XVI, que supongo conocerá muy bien el tema ya que le obligaron a formar parte de las Juventudes nazis, donde se les aleccionaba en las teorías de Rosenberg y demás historias.
Pero lo cierto es que esa idea de un Jesús ario se impuso con mucha dificultad en la sociedad alemana e incluso entre los mismos nazis. Según parece había algunos que quitaban el crucifijo de la habitación de la maternidad en la que la esposa iba a dar a luz “para que lo primero que vea mi hijo no sea un judío” y periódicos nazis afirmaban que personajes como Horst Wessel eran muchísimo más importantes que Jesucristo.
Y respecto a lo que señalas de Schönerer, uno de los preculsores del nazismo, su movimiento no solo era anticatólico, es que también era neopagano; de hecho propuso un nuevo calendario en el que los años se contaran a partir de la batalla de Noreia, no del nacimiento de Cristo. Pero como ya he señalado, el nazismo intentó integrar a su “Jesús” y su “cristianismo” en su cosmovisión. Los intentos de arianización de Cristo y el “cristianismo” nazi para nada están reñidos con su religión pagana.
Es decir, se mire por donde se mire al final se llega al mismo punto: la religión de la sangre, de la pureza racial, de los antiguos mitos y toda la parafernalia. Sonará a novela, sí, y durante mucho tiempo yo también me resistí a creerlo, pero la evidencia es la evidencia, y por muy de locos que sea, se tiene que aceptar la verdad.
La bibliografía, en la obra de Rosa Sala Rose; “Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo”. Ed. Acantilado. Y que desde luego recomiendo vivamente.
Respecto a la que recomiendas, no, no la he leído ni pienso hacerlo después de leer las críticas. Del mismo estilo ya me leí la de Goldhagen; “La Iglesia católica y el Holocausto” y la de Cornwell; “El Papa de Hitler”. Es suficiente.
Un saludo.
El tema es que siempre se sintió una cierta vergüenza por haberse puesto tan de cara al lado de Hitler durante la guerra. Eso por un lado, y por otro los entusiasmos nazis de algunos personajes de la falange (digo algunos, cuidado, no todos ni mucho menos) fueron cortados de raíz por Franco.
De hecho, en el "Diario" de Goebbels, en las anotaciones del 10 de marzo de 1942, se señala lo sigiente:
"He recibido un informe de España. Franco ha visitado Cataluña. Debe de haberse mostrado relativamente hábil. Sus lazos clericales han sido fortalecidos. Los observadores alemanes le acusan también de cierta tendencia monárquica. En su discurso no mencionó a Alemania e Italia. No debemos esperar demasiado de él ".
Y que conste que no soy franquista, ni falangista, pero la verdad es la verdad, guste o no guste. Franco no permitió veleidades nazis, ni jamás se utilizó la raza para nada.
Un saludo.
1) Yo no niego que haya aspectos neopaganos, esotéricos, etc., en el nacionalsocialismo. Sí que ésa sea su esencia. Máxime cuando lo que caracterizaba al NSDAP -y ésa es su singularidad en la corriente völkisch- es que disponía de apoyo popular, entre otras razones gracias a la favorable coyuntura histórica y al carisma de Hitler. El esoterismo ya existía en círculos pangermanistas antes de que el nazismo surgiera como partido, y existió también, sin duda, en el propio partido nacionalsocialista, pero, por las características del propio fenómeno, nunca fue una tendencia de masas, sino de círculos elitistas dentro de él. No hay que olvidar que el NSDAP era un partido populista, con fuerte vocación de partido de masas, masas cuya conexión con el líder a través de su oratoria y de su carisma era uno de los principales activos -si no el principal- de dicho partido.
2) Tampoco niego lo de la arianización de Jesús, esas teorías a veces iban en la misma línea esotérica, y también eran sostenidas por los "Deutschen Christen". Pero el apoyo del régimen a esas corrientes decayó a raíz del abandono de los proyectos de control de las confesiones evangélicas. Y en todo caso, el planteamiento de fondo del régimen durante la mayor parte de su existencia es no confesional. También durante la guerra. Un ejemplo fue la orden de retirar los crucifijos en Baviera en 1941, que fue retirada porque afectaba al prestigio de Hitler entre la población, prestigio que era lo que él quería mantener ante todo.
Es un tema muy complejo. En el Partido había varios sectores de opinión sobre la cuestión religiosa (ciertamente ninguna o casi ninguna de sincero apoyo a la Iglesia Católica); pero entraban en juego complejísimas cuestiones relacionadas con el apoyo popular en las regiones más católicas (siempre mucho más débil que en las protestantes), con la imagen internacional, con las relaciones con la Santa Sede, etc. Luego estaban las relaciones con las sectas protestantes, el apoyo que éstas tenían en sectores de la aristocracia prusiana y en general septentrional -como Hindenburg-, el asunto de la "iglesia confesional", etc.
Una cuestión complicada y llena de ramificaciones políticas, sociológicas, diplomáticas, ideológicas, estratégicas, culturales, históricas, etc., que personas como tú queréis reducir principalmente (¡¡¡o solamente!!!) a un asunto de gnosticismo y sociedades secretas. Tú misma.
4) Soy un franquista acérrimo. Pero mis intervenciones en este artículo nada tienen que ver con mis convicciones ni sentimientos. Me gusta la Historia, y creo que centrar las relaciones del III Reich con la Iglesia en el esoterismo es, como mínimo, un reduccionismo que no puedo aceptar. Es algo que se da de tortas con todo lo que he leído del tema.
De otra parte, a quienes simpatizamos con el bando nacional en la Cruzada de 1936, y con el Régimen de Franco, no nos da ninguna vergüenza reconocer la verdad. La Alemania de Hitler ayudó a los nacionales a ganar la guerra. Y luego la España de Franco simpatizó con la Alemania de Hitler en la guerra europea. Una guerra contra Gran Bretaña y Francia, enemigos y competidores históricos nuestros, y luego contra la URSS, centro mundial de la subversión revolucionaria y apoyo principal del bando rojo en 1936-39. Por supuesto que había simpatías por las potencias del Eje en aquella guerra. Y que las hay todavía hoy.
5) En lo de los capellanes católicos de las fuerzas armadas alemanas, sencillamente disparatas. Podría decirte que insultas a los cientos de miles de soldados católicos alemanes que lucharon y murieron honorablemente por su patria en la Segunda Guerra Mundial, y a los heroicos sacerdotes católicos que atendieron sus necesidades espirituales. Pero entiendo que no hay mala intención, sino desconocimiento de tu parte.
Un cordial saludo.
Un cordial saludo.
Creo que usted confunde las simpatías de Franco por los nazis, documentadas, claras y evidentes, al igual que su antiliberalismo y tirria hacia lo inglés, con la evaluación que hacía el gobierno de Hitler sobre la conveniencia o no de usar al peón español, bien a la orden. Paralelamente, los márgenes de maniobra de Franco eran escasos. Por eso, cuando se habla de Franco decidió esto o lo otro, causa risa.
Naturalmente, luego de la derrota de Hitler existencia de Franco en el poder estuvo solventada por Estados Unidos, que no quería experimentar en la guerra fría, con otro gobernante en España que no fuera tal dócil como el gallego.
saludos
Muy interesante este posteo y mas sustanciosos los comentarios.
Poco que decir mas, ya que desconozco mucho este nazismo ignoto y esoterico al que nunca considere importante, recordando mis tiempos de debate con neoNazis (eran si, neoNazis aunque muy cultos y mas de uno con elegancia y estilo) y veia que estos tampoco daban demasiada relevancia al asunto y si mas interesados en demostrar los 'logros' del regimen del cabo austriaco. Ahora me doy cuenta gracias a tus brillantes mensajes, Ana, que hay mas fundamento. Ya lo creo. Eso si, en su dia me lei el infame "mito del SXX" mas que nada para fastidiar a mis coleguis porque tragarse ese rollazo tiene su que. No solo por la sarta de tonterias (el libro primero es imposible!) sino tambien por el estilo farragoso de quien quiere ser ademas un esteta. Mencionar el "mito" en los debates ponia de los nervios a los del otro bando, xd, recuerdo que uno decia que el mismo Hitler consideraba a Rosenberg como un simple charlatan a lo que yo replicaba que dar nada meos que el gobierno del este a un histrion ...
En fin, veo que sale el general Franco, supongo que a la larga es inevitable. Sin duda que hay catolicos que sienten velada admiracion por Hitler. Tiene que ser opaca porque estan mas que claras las incompatibilidades. El vinculo es la aversion hacia el liberalismo. Por ejemplo y otra vez tirando del "mito" de Rosenberg, recuerdo que tambien del primer libro, donde describe y ataca con vehemencia a masones, ilustrados de 1789 y sus apologetas contemporaneos, ese discurso lo acogerian de pe a pa muchos creyentes. La pega viene cuando arremete con igual fuerza contra Roma y la Iglesia Catolica a la que considera solo un mito de inspìracion sirio-judia o semitica que ademas lo reduce solo al ansia de poder.
Tampoco pienso que Franco tuviera veleidades filoNazis, su regimen miraba mas al yugo y menos a las V-2. Si es ciertisimo que muchos a su alrededor si lo desearan ya que los fundadores del fascismo espanol (no JA o el Dr. Albinana) estaban fascinados por el futuro.(Aunque luego un tipo como Gimenez Caballero a las ordenes de Millan Astry parecia mas un comico que el intelectual snob de los 20s).
Ademas ya se ha dicho: Franco era ante todo un maestro del oportunismo. Como Stalin. Y por eso estos dos murieron en su cama y no suicidados, ajusticiados o huidos.
Yo me estoy centrando en el tema del post, nada más. Por supuesto que había otras cuestiones a tener en cuenta, y también otras bases en la ideología nazi (que es de lo que estoy hablando, del núcleo, del centro, del corazón de esa ideología, no de las relaciones con la Iglesia; y dentro de ese núcleo, de este otro núcleo en concreto), como por ejemplo la filosofía, el nacionalismo, sí también el anti-liberalismo etc... No lo reduzco solo al esoterismo, pero me estoy centrando en este tema. Si quieres ahora hablamos de la filosofía (no de la teosofía) y de la influencia de Nietzsche o de Fitche (este último en el nacionalismo alemán). Pero son otros temas dentro de ese núcleo.
Desde luego que en este tema los que participaban eran las élites, ya lo he dicho. El pueblo aún no, pero era algo que Hitler tenía proyectado: ir sustituyendo la religión cristiana (ver como se iba inoculando las enseñanzas de Rosenberg a los jóvenes), de la que según parece se iba a ocupar después de la guerra, por la religión nazi. No le dió tiempo, gracias a Dios.
Vale, siendo un católico ortodoxo y en vista de lo que dices, leeré el libro que recomiendas y ya te diré.
Otros franquistas sí sienten cierta vergüenza de que alguna manera, se vincule el franquismo al nazismo, aunque siempre ponen de relieve el criterio de utilidad; tampoco es extraño, en vista de las atrocidades que cometieron los últimos. Si algunos franquistas, sabiendo lo que se sabe, están orgulloso de esa relación, pues allá ellos y su conciencia, pero vamos, me resulta más comprensible lo primero que lo segundo.
Yo no he insultado a los soldados católicos, he venido a decir que me extraña que permitieran capellanes católicos plenamente ortodoxos, y lo digo debido a que aquellos sacerdotes que se atrevían a ir contra el nazismo eran mandados a los campos. Me baso en lo que señaló Benedicto XVI en su discurso a la reina de Inglaterra en el año 2010:
"También ahora, podemos recordar cómo Gran Bretaña y sus dirigentes se enfrentaron a la tiranía nazi que deseaba erradicar a Dios de la sociedad y negaba nuestra común humanidad a muchos, especialmente a los judíos, a quienes no consideraban dignos de vivir. Recuerdo también la actitud del régimen hacia los pastores cristianos o los religiosos que proclamaron la verdad en el amor, se opusieron a los nazis y pagaron con sus vidas esta oposición . Al reflexionar sobre las enseñanzas aleccionadoras del extremismo ateo del siglo XX, jamás olvidemos cómo la exclusión de Dios, la religión y la virtud de la vida pública conduce finalmente a una visión sesgada del hombre y de la sociedad y por lo tanto a una visión "restringida de la persona y su destino"".
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2010/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20100916_incontro-autorita_sp.html
¿Iban a dejar sacerdotes perfectamente ortodoxos con los soldados? (y por otodoxos me refiero a que denunciaran las atrocidades y dijeran la verdad, superando el miedo), ¿para que los desmoralizasen?. No sé, pero me resulra raro, raro, raro.
Un cordial saludo.
Muchas gracias por tus palabras y a ver si consigo hacerme con los libros que recomiendas, los dos primeros, en alguna librería de viejo. El de "Las conversaciones privadas de Hitler", me interesa especialmente, así que a ver si me lo autoregalo para Reyes (este sí quie lo tienen en la Casa del Libro, ¡menos mal!). Ya veo que tu también conoces a fondo el tema. Totalmente de acuerdo con todo lo que señalas, tanto en el primer comentario como en el referido a Franco.
Un cordial saludo.
Bueno, es que estos temas de las bases ideológicas, y el desmenuzarlas, no sé si es algo que le corresponda a la Historia. Yo diría que no; en todo caso mencionarlo y se acabó, pero analizarlo pues...no sé.
Yo creo que corresponde más a la Filosofía en algunas de sus ramas, como puede ser la Filosofía de la Historia (por ejemplo, el concepto de progreso de la Ilustración --> Evolución más adelante) o a la Filosofía de la Religión (por ejemplo el tema de la sacralización de la sangre y raza en los nazis, de donde procede, influencias -no está exento el cienticismo de la época y que viene de antes-, la Teosofía que tuvo gran importancia en la época, sobre todo entre las clases altas y no solo en Alemania, etc...) o la influencia de ciertos filósofos en los distintos componentes; pero es tanto, que lo mejor es centrarse en una partícula de un elemento del conjunto que es un núcleo dentro del corazón del todo.
Es decir, desmenuzar, desmenuzar y desmenuzar.
Ya sabes que yo del tema del franquismo se poco; y lo que conozco con relación al nazismo viene por las consideraciones de los últimos hacia Franco, los falangistas o la situación española del momento. También de conversaciones matenidas con franquistas, pero nada más. Ese tema del franquismo te lo dejo a ti, que eres una auténtica experta, no yo que en realidad conozco más bien poco (y por "boca" de los nazis, como lo que he puesto de Goebbels).
Un cordial saludo.
Bueno, como ya le he dicho a Sonia, lo que conozco de esa relación es sobre todo por los escritos de nazis, y poco por lo españoles. Sí se que por ejemplo Pilar Primo de Rivera, para crear la Sección Femenina se inspiró en la rama femeninia del nazismo, creo que dentro de las Juventudes hitlerianas, si mal no recuerdo (pero tendría que buscar el nombre exacto, ya que ahora no me acuerdo), y de hecho hizo varios viajes a Alemania pasando allí algún tiempo. Pero es un tema del que prefiero no hablar, ya que me pone mala, de mal humor, me estresa y no me conviene para nada ya que tiene repercusiones orgánicas que no me puedo permitir.
La que sabe mucho del tema es SoniaS, que es una auténtica experta en el tema del franquismo. Si inician una conversación sobre ello, yo me quedaré calladita, aprendiendo de los que saben.
Un cordial saludo.
http://en.wikipedia.org/wiki/Hermann_Rauschning#Authenticity_of_Hitler_Speaks
El libro al que se refiere Javiergo es de Hugh Trevor-Roper.
http://www.casadellibro.com/libro-las-conversaciones-privadas-de-hitler-1941-1944/9788484325154/942771
Un cordial saludo.
PD.- (Y que nadie se lo pida...¡A ver si me voy a quedar sin el...!).
4-¿Qué repercusión tuvieron en el nazismo?
En una ocasión, Hitler le espetó a Herman Rauschning, mandatario nazi, lo siguiente: «si cree usted que nuestro partido se reduce únicamente a un partido político… es que no ha entendido nada». (...).
No estoy yo tan segura del sentido pagmático de Hitler; piensa que cuando estaban perdiendo la guerra, y era claro, los trenes hacia los campos de exterminio siguieron funcionando a toda máquina, negando este recurso a las tropas que bien lo necesitaban. Lo de la raza y la fobia a los judíos en Hitler era patológico, mentalmente patológico, y no creería en las pamplinas de los astros (esas creencias de Himmler y demás eran un conglomerado; no solo una cosa), pero lo que sí que creía es que el era una especie de nuevo mesias y sí que creía en ese nuevo orden, basado como ya he señalado, en la sangre y en la raza. Que el fondo es ateo, pues desde luego; pero el de Hitler y el de toda esa tropa. Se tilda a los comunistas de materialistas, pues anda que ya me dirás que es creer en el cromosoma (hoy en día sería el "sagrado cromosoma"...). Para los efectos, unos iguales que otros.
Respecto a lo de la guerra, pues claro que la religión (ni el exterminio de los judíos) era una razón para los aliados. Pero sí es una razón la invasión de Polonia (también lo era la de Checoslovaquia) y las futuras que pensaba emprender.
Yo le hubiera parado los pies a la primera; los pacifistas no hacen más que poner las cosas peor -al menos en este caso-.
Un cordial saludo.
En este sentido, estoy bastante de acuerdo con el último comentario de Javiergo de las 4:28. Con el debido respeto por Su Santidad, sus palabras en el viaje de 2010 a Gran Bretaña me parecieron merecedoras de una severa crítica. No solamente dejó pasar la alianza del Imperio Británico con un país tan anticristiano como la URSS, o barbaridades aliadas contra la Iglesia como la de Cassino, sino que sus palabras resultaron totalmente incoherentes con la ejemplar e impecable neutralidad que mantuvo la Santa Sede en la II Guerra Mundial. El apoyo a los aliados en 2010 me recuerda algo tan innoble como lo de "a moro muerto, gran lanzada".
De otra parte, no tiene sentido que los defensores de la memoria del Generalísimo Franco pasemos vergüenza por sus buenas relaciones con el III Reich. Hitler era en 1936, como Mussolini, un estadista de inmenso prestigio internacional, con cuyo régimen mantenían relaciones diplomáticas todas las naciones de la Tierra, incluidas la Santa Sede, los EE. UU., Francia y Gran Bretaña, la mismísima Unión Soviética, e incluso la idealizada Segunda (pseudo) República Española. Por otro lado, la guerra entre Alemania e Italia, y Francia y Gran Bretaña, era una guerra por razones de hegemonía continental en la cual era lógico que España apoyase al bando con cuya victoria tenía más que ganar.
El Régimen de Franco contemplaba una guerra en que Alemania e Italia luchaban contra Gran Bretaña, país que históricamente había sido nuestro gran enemigo en asuntos marítimos y coloniales, y que mantenía -y mantiene- una colonia en nuestro propio territorio; contra Francia, que nos ha invadido varias veces, con la que hemos librado incontables guerras, y que nos contagió en el siglo XIX el virus revolucionario; contra los EE. UU., el país que, poco más de una generación atrás, nos despojó inicuamente de nuestras últimas posesiones de ultramar; y contra la URSS, foco mundial de la revolución comunista y aliada principal de la España roja en la entonces recentísima guerra civil. Alemania e Italia que, además, solamente meses antes, le habían ayudado a ganar en España esta aludida recentísima guerra civil.
¿Cómo no iba el Régimen de Franco a simpatizar con Alemania e Italia en la II Guerra Mundial?
Un saludo.
Sus alusiones a Franco y a su actuación durante y después de la II Guerra Mundial, no resultan aceptables, por su incompatibilidad con la realidad histórica.
El poder político del Caudillo durante toda la duración de su régimen fue difícil de exagerar, pero antes de la Ley de Sucesión de 1947, era sencillamente omnímodo, al menos jurídicamente hablando. Es absurdo decir que la no intervención española en la II Guerra Mundial no tuvo nada que ver con Franco.
Es falso que Hitler no quiso que España entrara en la guerra. Otra cosa es que no lo quisiera en las condiciones ofrecidas por Franco. Hitler quiso que España entrara en la guerra, y presionó para que así fuera. Distinto, y cierto, es que esa presión fue soportable, ya que en la mente de Hitler existía una alternativa al ataque a Gibraltar con ayuda española, que era la invasión de la URSS, alternativa por la que terminó por decantarse.
Lo cierto es que España tuvo la suerte de contar con un estadista -Franco, por supuesto- lo suficientemente prudente y responsable como para no meter a su país en una aventura que hubiera tenido catastróficas consecuencias. Otros países como Italia o Bulgaria no tuvieron esa suerte.
Otro disparate es el de insinuar que Franco era una especie de títere de los EE.UU., cuando es perfectamente conocida la aversión que los presidentes demócratas con que coexistió Franco desde su ascenso al Gobierno hasta 1953 (Roosevelt y sobre todo Truman) sentían por él.
Franco fue un producto español, no alemán ni estadounidense. Luchó contra el comunismo en la Cruzada de 1936-39 con ayuda alemana e italiana. A partir de 1945 y en especial de 1953 cooperó con los EE.UU. en el contexto de la Guerra Fría, también contra el comunismo.
Por tanto, nada de cambio de piel ni de dependencia de poderes foráneos. Franco, con las necesarias y prudentes adaptaciones, es un personaje con una trayectoria rectilínea al servicio de España y en lucha contra la revolución comunista.
Mis disculpas por haberme apartado tanto del tema del artículo. Un saludo.
Actualmente Ian Kershaw le presenta como un personaje vacío que llenaba su vida con lam política y Lothar Machtan cuestiona lo anterior al señalar indicios que hablarían de una supuesta homosexualidad.
Personalmente, estoy convencida que Hitler se creía que era lo que ya señalé anteriormente. Y la razón es muy simple; no existe ningún actor en el mundo, por bueno que sea, que pueda estar interpretando hora tras hora, día tras días y año tras año sin descanso, y sin que nadie se lo note. No, se lo creía, claro que se lo creía.
Un cordial saludo.
PD.- Javiergo, gracias por la indicación. Lo que pasa es que yo trabajo sobre los libros (es decir, subrayo, pongo anotaciones, etc...y es mejor que me haga con ello).
Pues claro que es una faceta dentro de un conjunto doctrinal y que desde luego las circunstancias históricas son determinantes; sin el Tratado de Versalles y la crisis económica horripilante Hitler nunca hubiera alcanzado el poder.
En lo que bno estoy de acuerdo es en lo de Benedicto XVI. Conoció perfectamente lo que era el nazismo, la ideología nazi, lo vivió en sus carnes, le intentaron adoctrinar...es que aquí prácticamente no se ha dicho nada, pero el adoctrinamiento del que eran víctimas los jóvenes alemanes (y no te digo si eran católicos) es para dejarlo aparte. Las comparaciones entre Hitler y Jesucristo, poniendo a Hitler como el nuevo Mesias e incluso como Dios, y cien mil cosas así. Es que sé que es increible, pero es cierto. Eso era...no hay palabras. Se potenció e incluso obligó a dar culto a Hitler. Sí, tal y como lo digo. De hecho, a las Juventudes Nazis se las daba un catecismo que iba encabezado con la frase "Yo creo en el Führer Adolf Hitler", y en las clases de religión continuamente se comparaba a Hitler con Jesucristo. Por ejemplo también, en las escuelas los niños aprendían a cambiar el nombre de Jesús por el de "nuestro Führer" en las oraciones cristianas más populares, y los de las Juventudes hitlerianas lo comparaban con Dios.
Ahora no ecuentro el vídeo de unos niños de la época cantando en una escuela donde se ve claramente el cambio de nombres, pero en el momento en que de con el, pongo el link.
Yo sé que todo esto es increible, increible del todo, pero pasó así, y que lo diga Benedicto XVI, que el lo vivió. Fué horrible, horrible, como decía Javiergo, algo satánico (y no me gusta caer en esas cosas, pero no era normal).
¡En fin, de verdad, que gracias a Dios Hitler no ganó la guerra, pues de verdad hubiera sido el infierno, pero el infierno de verdad, peor que la muerte!.
Un cordial saludo.
Totalmente de acuerdo con lo que señalas, y de lo último...¡para qué hablar!. ¿Pero es que no se ha aprendido nada del pasado?, ¿es que estamos locos?. Aborto, eutanasia, eugenesia (el aborto por malformaciones o enfermedad), etc...Mira, no sé en qué acabará esto, no sé. Supongo que tienes razón en lo que dices de la historia, y lo que no se puede parar pues...pero esto es frustrante.
Un cordial saludo.
http://paraqueveasquecosaspasan.blogspot.com.es/2011/11/fotos.html
(tengo más, por si a alguien le interesa; las capturas fotográficas las hice yo) con parte de la letra de la siguiente "oración":
"Adolf Hitler es nuestro salvador, nuestro héroe
Es el ser más notable de todo el mundo.
Por Hitler vivimos,
por Hitler morimos.
Nuestro Hitler es nuestro Señor,
que gobierna un mundo nuevo y valiente".
Había otras, por ejemplo las conocidas como "Las plegarias de los niños de Colonia". os niños, antes y después de las comidas, estaban obligados a cantar las siguientes "oraciones"o "plegarias:
Antes de comer:
"¡Fürher, mi Fürher, concedido a mí por el Señor,
¡Protégeme y resguárdame mientras viva!
Tú has salvado a Alemania de la más profunda aflicción.
Hoy de doy gracias por mi pan cotidiano.
Estate mucho tiempo junto a mí, no me desampares.
¡Fürher, mi Fürher, mi fe y mi luz!
Heil, mein Fürher".
Y después de la comida:
"Gracias a ti por esta generosa comida.
¡Protector de la juventud y de los ancianos!
Sé que tienes desvelos, pero no te inquietudes.
Estoy contigo día y noche, descansa tu cabeza en mi regazo.
¡Ten, mi Führer, la seguridad de que eres grande!
¡Hei, mein Führer!".
¡En fin!, como se puede ver no era un asunto baladí!.
Un cordial saludo.
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