La fuerza de la Iglesia Universal del Reino de Dios en Brasil
Recientemente, el medio colombiano Semana ha publicado un artículo de Nathan Jaccard titulado “La fuerza del Señor en Brasil”. En él se habla de la importancia de los evangélicos en ese país, y dice que se trata de un fenómeno que está trastornando la política, la fe, los medios y los negocios en Brasil. Tras diversas consideraciones, dedica un espacio a la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), que presentamos a continuación.
Esta aplanadora espiritual y electoral ha ido cogiendo tanta fuerza que el ex pastor neopentecostal Marcelo Crivella es el ministro de pesca del gobierno de Dilma Roussef. Pero la presidenta, ex guerrillera marxista, no escogió al senador Crivella sólo por los más de tres millones de personas que votaron por él en 2010, sino sobre todo porque es el sobrino del todopoderoso y autoproclamado obispo Edir Macedo, uno de los hombres más ricos de Brasil y el líder de la poderosísima IURD.
Si los neopentecostales tuvieran un Papa, sería Macedo. Nació en una familia católica, y su recorrido espiritual primero lo llevó al umbanda, un rito afro brasileño. Cajero de la lotería de Río de Janeiro, en los sesenta “volvió a nacer” y se convirtió al protestantismo. En 1977 fundó la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), que en pocos años pasó de ser un local en un barrio pobre de Rio a una de las grandes multinacionales brasileñas.
Al mejor estilo de los predicadores estadounidenses implantó la llamada teología de la prosperidad, que afirma que el éxito económico es una evidencia del favor de Dios. A cambio, el devoto tiene que ayudar a propagar la fe. Y la mejor manera es entregarle a la iglesia un porcentaje de sus recursos. También se promete abundancia en todos los aspectos de la vida: salud, amor, paz. En los cultos también venden discos, libros, camisetas, dvds y productos milagrosos importados de Tierra Santa.
Macedo, que ha repetido una y otra vez que “el dinero es para la iglesia lo mismo que la sangre es para el cuerpo físico”, está ahora a la cabeza de un verdadero imperio. Tiene ocho millones de fieles, 9.600 pastores, 4.700 templos en todos los barrios de Brasil. Sus sermones llegan además a 172 países en los cinco continentes. Aunque las cifras son polémicas, se calcula que el grupo de Macedo mueve mínimo 2.000 millones de dólares anuales.
El símbolo más ostentoso de la riqueza de la IURD es un edificio que están construyendo en Sao Paulo, una réplica del templo del rey Salomón. Será un bloque de 74.000 metros cuadrados, 11 pisos, con una fachada de 56 metros, construido con piedras traídas desde Israel, con acopio para 10.000 fieles, una escuela bíblica, estudios de radio y televisión, aire acondicionado y un hotel para los pastores. Costará por lo menos 200 millones de dólares y como dijo Macedo, “en el templo de Salomón usaron toneladas de oro. No vamos a usar oro, pero vamos a gastar toneladas de dinero. No les quede ninguna duda”.
Pero el verdadero poder de Macedo radica en el imperio mediático que ha ido construyendo. En 1989 compró la Rede Record, un canal que estaba cerca de la bancarrota. Ahora es la segunda televisión con más audiencia del país con un 16 por ciento de mercado, por detrás de la Rede Globo. Según una investigación de la Folha de Sao Paulo, Macedo tiene además 23 emisoras de televisión, 40 de radio, periódicos y revistas.
Dinero, millones de discípulos y medios de comunicación. Maceo lo tiene todo para ser uno de los más poderosos de Brasil. Pero también uno de los más investigados. Desde hace 20 años, es regularmente acusado de fraude, lavado de dinero, manipulación, charlatanismo y corrupción.
Hasta han dicho que era cómplice del cartel de Cali. La última inculpación fue en 2011. El procurador Silvio Luis Martins de Oliveira dijo que la cúpula de la iglesia recaudó los fondos de sus fieles con “falsas promesas y amenazas”, condicionando el “socorro espiritual” a la realización de generosas donaciones.
Y después, gracias a una red en paraísos fiscales, reinvirtieron comprando medios de comunicación “usados como plataforma para recolectar fieles”. El reporte además afirma que los líderes de la IURD usaron las donaciones para comprar joyas, mansiones y coches. Para muchos, iglesias como la IURD están salvando almas a cambio de una montaña de dólares. Pero por su aspecto masivo, sin duda le está cambiando la cara a Brasil.
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