Parroquias mexicanas ayudan a las víctimas de las sectas
La Iglesia católica libra una batalla para dar apoyo a las víctimas de las sectas en Yucatán (México), ante la falta de instituciones públicas y privadas para atender este problema, según explica el grupo de comunicación Sipse. La Parroquia de Cristo Rey, en Pacabtún; la de Nuestra Señora de los Ángeles, en Santa Lucía, y la de San José de la Montaña son algunas de las iglesias católicas que ofrecen ayuda a las víctimas de sectas en el Estado, con grupos especializados integrados por sacerdotes y laicos.
Al mes, casi 3.000 personas de Yucatán y de otros estados, como Puebla y Campeche, llegan a buscar ayuda espiritual a la iglesia de Cristo Rey, de las cuales un 30 por ciento tiene problemas relacionados con sectas, principalmente la santería. “Algunos se dan cuenta que han sido estafados, otros llegan con crisis nerviosa, normalmente no especifican el grupo del que fueron víctimas, pero sí la afectación. Les roban dinero, les quitan pertenencias, psicológicamente los perjudican para mantenerlos cautivos y las víctimas llegan creyendo que su vida corre peligro”, dijo Mari Quintana Martín, ministra de Sanación desde hace 10 años.
Actualmente, no existe otra institución en Yucatán que ofrezca orientación y apoyo psicológico a las víctimas de estas agrupaciones. Para atender a las víctimas de sectas, la Iglesia católica prepara a los fieles laicos para que sirvan como vehículos de ayuda. Tan sólo la iglesia de Cristo Rey cuenta con poco más de 65 ministros de Sanación, cuatro capillas, un psicólogo, dos sacerdotes y el diácono.
“Se hace un trabajo personal, nos platican y nosotros atendemos con base en la oración, es un proceso de sanación al afectado y a su familia”, dijo el vicario parroquial, Bernabé Cobá Collí. La preparación de un laico es de un mínimo de tres años y está en manos del Pbro. Álvaro Carrillo Lugo, párroco de la iglesia de Pacabtún.
“Es un proceso largo, el primer paso es tomar el curso de Kerigma, donde nos enseñan a proclamar como ministros, posteriormente tenemos que asistir a diversos retiros, clases y cursos”, comentó Reyna Martín Ojeda, ama de casa y ministra de Sanación desde hace nueve años. En un año alcanzan el Ministerio de Bienvenida, después llegan al de Intercesión, y según su evolución, de 3 a 5 años pasan al tercer ministerio, que corresponde al de Sanación.
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