Apocalipsis que nunca llegaron
Publicamos esta nueva aportación de la columna sobre jóvenes y nuevas religiosidades, publicada de forma quincenal por la agencia informativa Zenit, con la colaboración de los expertos de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).
El autor de este artículo, Roberto A. Federigo, es argentino y un experto en la nueva religiosidad, miembro de la RIES y consultor sobre este tema en Catholic.net.
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En estos últimos días, no pocos se enteraron públicamente, ya sea mediante carteles o por los diversos medios informativos, que un grupo evangélico pentecostal promovía el día del juicio final y “el rapto” de los cristianos para el día 21 de mayo de 2011 a las 18:00 hs. De más está decir que, y gracias a Dios, no hubo algún cataclismo o desastre siquiera de grandes características para que los adeptos a este grupo estadounidense llamado Family Radio, creado por Harold Egbert Camping, advirtieran una señal del comienzo del apocalipsis.
Tampoco es novedad que, a través del tiempo, distintos grupos fundamentalistas bíblicos pronosticaran el fin de los tiempos y la separación de los justos (el rapto) de la tierra que sería arrasada. Los adventistas los pronosticaron para el 21 de marzo de 1843, el 21 de marzo de 1844, el 22 de octubre de 1844 y en 1874, los Testigos de Jehová.
Pat Robertson, un tele evangelista, anunció que la segunda venida de Cristo para la década del 80. El 18 de marzo del 2000, en la localidad de Kanungu, del distrito de Rukingiri en Uganda, 235 seguidores de la secta “Los diez mandamientos de Dios", murieron calcinados en su templo, en un suicidio masivo, mientras entonaban canciones religiosas. En 2008, una secta que se autoproclamaba la auténtica iglesia ortodoxa, se atrincheró en unas cuevas de la ciudad de Nikolskoie; los seguidores de Piotr Kuznetsov, un líder mesiánico que al momento estaba internado en un neuropsiquiátrico, esperaban el fin del mundo para el mes de mayo.
Hacia finales del siglo XIX, surge en algunas iglesias de los Estados Unidos, por la necesidad de contrarrestar una tendencia liberal en cuanto a lo teológico (conflicto fundamentalista/modernista) y en respuesta al flamante evolucionismo darwinista entre otras teorías, un movimiento conformado por varias corrientes del ala conservadora del protestantismo. En 1895 se adoptó una declaración de fe que quedaría plasmada en doce volúmenes editados entre 1909 y 1915, no obstante, fueron sintetizados en los catorce artículos asumidos como verdades esenciales. Cinco de ellos formarían la carta magna del fundamentalismo: La infalibilidad de la Escritura, El nacimiento virginal de Cristo, Sacrificio expiatorio y redención de Cristo, La resurrección corporal de Cristo, y La autenticidad de los milagros (más tarde, los fundamentalistas cambiaron el número cinco por “El inminente retorno de Cristo”).
Dice sobre elfundamentalismo el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española en su vigésima segunda edición: 1. m. Movimiento religioso y político de masas que pretende restaurar la pureza islámica mediante la aplicación estricta de la ley coránica a la vida social. 2. m. Creencia religiosa basada en una interpretación literal de la Biblia, surgida en Norteamérica en coincidencia con la Primera Guerra Mundial. 3. m. Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida. Descartando la primera acepción, entendemos por fundamentalismo cristiano a ciertos grupos que creen en la literalidad de la Biblia, la salvación sólo por la fe, el milenarismo o quiliasmo (creencia en la existencia del reinado de Cristo en un milenio temporal después del Apocalipsis) y el apocalipsismo, entre otras interpretaciones.
Vimos al comienzo que no era novedad que otros grupos ya hubieran pronosticado el fin del mundo, tampoco lo es que todas las características de los grupos fundamentalistas contemporáneos, ya se veían en otros mucho más antiguos: los apocalípticos fueron grupos de cristianos de los primeros siglos, especialmente del primero de nuestra era, de donde procedieron numerosos textos también denominados apocalípticos, en los que se relatan hechos sobrenaturales relacionados con el fin del mundo.
Milenaristas, también llamados quiliastas o xiliastas, es el nombre que reciben los creyentes en la existencia de un milenio temporal después del Apocalipsis y antes del fin del mundo. En ese milenio tendría lugar el triunfo de la Iglesia, Satanás sería liberado, los muertos resucitarían y descendería fuego del Cielo. A este reino espiritual de Cristo seguiría el aniquilamiento del mundo. Estas formas de interpretar las escrituras son claras y concisas; ningún fundamentalista las oculta, ni miente a los que descreen de ellas con algún beneficio o mala intención, no obstante, sus consecuencias serían un problema pastoral para las iglesias históricas.
Algunos de los peligros en los cuales deriva el fundamentalismo surgen a consecuencia de la utilización de la Biblia como un manual de referencias, y ésta del peso de una creencia en un Dios sólo inmanente, aplastante, que culmina en su concepción panteística o fundamentalista. La intromisión de Dios en la libertad del hombre, para la visión de los primeros revivalistas americanos, les produjo cierto temor a un juicio y posterior castigo de Dios, que los mantuvo en esa interpretación y les generó la modificación de sus conductas (puritanismo) porque al entregarse al literalismo, el hombre entonces sería casi una marioneta de la infalibilidad de Dios.
De esa manera fue como las escrituras comenzaron a ser casi un “oráculo” para ciertos ministros fundamentalistas, practicantes de la esticomancia y la bibliomancia y considerados “profetas” por sus seguidores ¿Pero cuál es la diferencia entre oráculo y profeta de acuerdo al diccionario de la RAE?: Oráculo (no confundir con el “Oráculo de Yahveh” bíblico): 2. m. Contestación que las pitonisas y sacerdotes de la gentilidad pronunciaban como dada por los dioses a las consultas que ante sus ídolos se hacían. 3. m. Lugar, estatua o simulacro que representaba la deidad cuyas respuestas se pedían. Y dice de Profeta: 3. m. Hombre que habla en nombre y por inspiración de Dios.
Profecía no es adivinación, ya que adivinación sería pretender develar sólo lo que Dios puede conocer. Dice el Catecismo de la Iglesia Católica en su punto 2115: “Dios puede revelar el porvenir a sus profetas o a otros santos. Sin embargo, la actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto. Sin embargo, la imprevisión puede constituir una falta de responsabilidad”.
No sería posible controlar el futuro como tampoco modificar el pasado. Intentar mediante cálculos casi numerológicos o cabalísticos predecir un final del mundo y, además, adjudicarle una fecha, es adivinación. Continúa nuestro Catecismo respecto a la adivinación en su punto número 2116: “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir. La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios”.
Harold Camping dijo que sus predicciones bíblicas en relación a la segunda venida de Cristo se basan en ciclos: Fiestas judías en el calendario hebreo, como se describen en el Antiguo Testamento, El mes del calendario lunar (1 mes sinódico = 29.53059 días), Una aproximación al año del calendario gregoriano (365,24219 días, redondeado a 365.2422). Estos proyectos serían combinados con los resultados contenidos en la Biblia.
Camping calculó que la fecha de la crucifixión de Cristo fue el viernes 1 de abril del año 33 D.C. En 1992, publicó un libro titulado “1994?”, en el cual proclamó que el retorno de Cristo podía ser el 6 de septiembre de 1994. En esa publicación, también mencionó que en el 2011 podría ser el fin del mundo. Finalmente ajustó su adivinación al día 21 de mayo de 2011 como fecha para el rapto y el 21 de octubre de 2011 como la fecha para el fin del mundo.
El 21 de mayo, las cortinas de la casa de Camping, en Alameda, California, estuvieron corridas, y nadie atendió los llamados a la puerta. El reverendo salió de su casa el día 22 y dijo estar “muy asombrado” y que “aun buscaba respuestas”. El 23 de mayo dijo en una conferencia que recalculó los datos y que la segunda venida de Cristo habría sido de forma “espiritual” y que a pesar de todo, el mundo terminará el 21 de octubre de 2011 y para finalizar agregó que no reintegraría el dinero que sus adeptos, ante el final inminente, le donaron a su compañía. Al día de hoy, muchos seguidores dejaron Family Radio.
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