La Santa Sede suspende al ex-arzobispo excomulgado Milingo
La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha hecho pública una nota en la que informa de la expulsión del estado clerical de Emmanuel Milingo, que fue arzobispo de Lusaka (Zambia), y que fue utilizado propagandísticamente por la Iglesia de la Unificación con motivo de su “matrimonio” con la coreana Maria Sung, adepta de la secta fundada por el reverendo Sun Myung Moon.
Es necesario recordar que, aunque con posterioridad a su participación en la ceremonia de bodas masivas oficiada por el reverendo Moon, se arrepintió de sus actos y, reconvenido por el papa Juan Pablo II, se retiró y llegó a escribir un libro-entrevista titulado El pez rescatado del fango, publicado en español por la editorial Ciudad Nueva.
Sin embargo, encabezó después un movimiento de reivindicación del fin del celibato como requisito para la ordenación sacerdotal en la Iglesia católica, e incurrió en la pena canónica de la excomunión al ordenar sacerdotes a cuatro varones casados en 2006. Después se supo que viajó a Corea del Sur para estudiar la teología del movimiento unificacionista (cf. Aciprensa).
NOTA DE LA OFICINA DE PRENSA DE LA SANTA SEDE (traducción de trabajo de Ecclesia)
Desde hace varios años, la Iglesia sigue los acontecimientos relacionados con el sufrimiento particular del comportamiento desafortunado del arzobispo emérito de Lusaka, Emmanuel Milingo. Ha habido varios intentos realizados para hacer retornar al Sr. Emmanuel Milingo a la comunión con la Iglesia Católica. También se han buscado formas adecuadas para que pueda ejercer su ministerio episcopal, con la participación directa de los Sumos Pontífices Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes personalmente han seguido el tema con espíritu de preocupación paternal.
En esta triste historia, ya en 2001 se encontró en una situación de irregularidad como resultado de la unión con la Sra. Maria Sung, incurriendo en sanción de suspensión del ministerio (cf. can. 1044 1, 3, 1394 § 1 CIC). Posteriomenete encabezó corrientes a favor de la abolición del celibato sacerdotal y nunca cesó en sus intervenciones en los medios de comunicación, en abierta rebelión a las repetidas intervenciones de la Santa Sede, lo cual creó una grave confusión y el escándalo entre los fieles. En particular, el 24 de septiembre 24 de 2006, el señor Milingo procedió en Washington a la ordenación de cuatro obispos sin mandato pontificio.
De este modo se produjo la pena de excomunión latae sententiae (c. 1382 CIC), declarada por la Santa Sede el 26 de septiembre de 2006 y que sigue en vigor. Lamentablemente, el citado Sr. Milingo no ha demostrado el arrepentimiento esperado en vistas a su retorno a la plena comunión con el Papa y con los miembros del Colegio episcopal, sino que siguió actos ilícitos en el ejercicio del ministerio episcopal, realizando nuevos desmanes y delitos contra la de la unidad de la Santa Iglesia. En particular, en los últimos meses ha hecho algunas nuevas ordenaciones episcopales. Tales delitos, graves y recuentes, obligan a la Santa Sede a la adición de la pena accesoria de expulsión del estado clerical.
De acuerdo con las disposiciones de la canon. 292 del Código de Canon Ley, la pena adicional de expulsión del estado clerical, que ahora se suma a la severa pena de excomunión, tiene las siguientes consecuencias: la pérdida de los derechos y deberes relacionados con el estado clerical, con excepción de la obligación del celibato; prohibir el ejercicio del ministerio, sin perjuicio al canon 976 del Código de Derecho Canónico en los casos de peligro de muerte; privación de todos los oficios, todas las asignaciones y de cualquier poder delegado, y la prohibición de usar vestimenta clerical. Por lo tanto, es ilegal la participación de los fieles y celebraciones que promueva el señor Emmanuel Milingo.
Cabe señalar que la retirada del estado clerical de un Obispo es algo muy excepcional, pero la Santa Sede se ve obligada a ello por la gravedad de las consecuencias que tienen para la comunión eclesial una serie de ordenaciones episcopales sin el mandato papal. Sin embargo, la Iglesia mantener la esperanza en su arrepentimiento.
En cuanto a las personas que ordenaron recientemente por el Sr. Milingo es bien conocida la disciplina de la Iglesia sobre la pena de excomunión latae sententiae para los que recibieron la consagración episcopal sin mandato pontificio (c. 1382 CIC). Expresando la esperanza de su conversión, la Iglesia se renueva lo que se ha declarado el 26 de septiembre de 2006: que no reconoce y no tiene intención de reconocer en el futuro tales ordenaciones y todas las ordenaciones derivadas de ellas, por lo que el estado canónico de los presuntos obispos es aquel en el que se menciona por primera vez en el orden otorgada por el Sr. Milingo.
En este momento marcado por la profunda tristeza de la comunidad de la Iglesia por los gestos graves hechos por el Sr. Milingo, confía en el poder de la oración y en el arrepentimiento de los culpables y a los que -sacerdotes y laicos-, de alguna manera, están trabajando con él en estos contrarios a la unidad de la Iglesia de Cristo.
6 comentarios
El problema no es que haya malos pastores, es que, como en el caso de los Setienes y Sistaches (por poner ejemplos), se les permita escandalizar.
A MOnseñor Willianson le taparon la boca (por la que decía verdades como puños) por muchísimo menos.
Esa eficacia debería ser igual para todos.
También escandaliza el que permite el escándalo
Ninguna.
Lo que sí está mal es que no haya el mismo trato para todos, que sólo en última instancia ha de ser la corrección pública o la expulsión.
Me refiero a la corrección fraterna: ¡cuánto bien les haría a los sistaches y análogos!!!
"A MOnseñor Willianson le taparon la boca (por la que decía verdades como puños) por muchísimo menos."
Monseñor Williamson, convertido al lefebvrismo desde el anglicanismo , fue excomulgado y es obispo ordenado anticanónicamente y conocido rebelde y desobediente a la autoridad del Papa.
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