Leones cobardes
Empieza a ser una constante en la política española y de allende nuestras fronteras: en cuanto se jubila, un político católico empieza a cantar las verdades de su reencontrado credo. No habría estado mal hacerlo en activo, claro, pero eso habría supuesto el sentarse en lo que Forges llamaba el “sillón del ostrascismo”…