24.01.11

21.01.11

Santa Inés y el fiel servicio de algunas religiosas

Los lavan, los secan, los alimentan, los abrazan, los adornan festivamente. Quienes se ocupan de los dos corderos que el viernes 21 de enero, memoria litúrgica de santa Inés, serán presentados al Papa y cuya lana será usada para confeccionar los sagrados palios son las hermanas de la Sagrada Familia de Nazareth, que desde hace casi 130 años desarrollan esta singular y discreta tarea. Un encargo que se inserta en el carisma de la congregación como nos ha dicho la superiora María Solecka - es decir, el de vivir según el estilo de la Sagrada Familia, en el ocultamiento y en el servicio a la Iglesia. Habla de esto en esta entrevista a nuestro periódico sor Hanna Pommianowska, una de las religiosas que viven desde hace más tiempo en la comunidad romana del Esquilino.

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¿Desde hace cuántos años os ocupáis de la preparación de los corderos?

Comenzó nuestra madre fundadora, la beata Frances Siedliska, en 1884. En aquel tiempo, eran las hermanas de otra congregación que se ocupaban de la preparación de los corderos para la fiesta de santa Inés, pero se trataba de una comunidad de religiosas ya ancianas. Su casa estaba al lado de la que la Siedliska abrió en el Esquilino, en Roma. Dado que nuestra primera comunidad estaba formada por muchas jóvenes, aquellas hermanas preguntaron a la superiora si estaba dispuesta a asumir aquella tarea. Y ella aceptó con gusto. Desde entonces, la tradición se repite: salvo algunos años en el período de la segunda guerra mundial, nos hemos encargado siempre de preparar los corderos para el rito.

¿Qué ocurre cuando recibís los corderos?

El 20 de enero de cada año los trapenses de las Tre Fontane nos traen los dos corderos. Apenas los recibimos, los llevamos al último piso de nuestra casa, donde tenemos una gran terraza con la lavandería. Podéis imaginar que se convierten en la alegría de toda la comunidad, especialmente de las hermanas más jóvenes. La hermana encargada del cuidado de los dos corderos es Wanda Baran que, desde que llegó a Roma en los años de la segunda guerra mundial, se ocupa de ellos. En general es ayudada por otras tres o cuatro religiosas. Lo primero que hacemos es lavarlos. Los ponemos en un lavadero y con el jabón para niños eliminamos delicadamente la suciedad. Luego los secamos: antes se hacía con paños, ahora con el secador de pelo. Somos muy cuidadosas en no dejar húmedo su pelo porque son pequeños y podrían enfermarse. Por eso calentamos bien el ambiente. Después de secarlos, los ponemos dentro de una tina recubierta de paja y cerrada con telas, para que no tomen frío. Les damos de comer heno y en ese momento están listos para transcurrir la noche en la lavandería.

¿De qué modo son adornados?

En la mañana siguiente es decir, el día de la fiesta de santa Inés, les ponemos una especie de capa sobre el lomo. Para un cordero es de color rojo, en recuerdo del martirio de la santa; para el otro es blanco, en recuerdo de su virginidad. Sobre las dos capas hay tres letras: por una parte, s.a.v., que es por santa Inés virgen; y por otra, s.a.m., es decir, santa Inés mártir. Luego entrelazamos dos coronas de flores – una de color rojo y una blanca – y se las ponemos sobre la cabeza. Les ponemos también moños en las orejas. Después de esta suerte de vestición, los dos corderos son puestos juntos dentro de una cesta. Nos vemos obligadas a atarlos para evitar que escapen: de hecho, una vez he visto a un cordero dar un salto y escapar del altar. Los dos animales están así listos para la ceremonia.

¿Qué sucede luego?

Hacia las nueve de la mañana vienen algunos empleados de la basílica Lateranense, que llevan los dos corderos a Santa Inés Extramuros, en la vía Nomentana. Apenas llegan allí, son puestos sobre el altar de la santa y bendecidos con el tradicional rito. Terminada la ceremonia en la basílica de santa Inés, algunos sediarios pontificios llevan con un vehículo los dos corderos al Palacio Apostólico, donde son presentados al Papa.

¿Vosotras estáis presentes también en el rito en el Vaticano?

Dos de nuestras hermanas, aquellas que en general festejan el jubileo de profesión religiosa, son admitidas en la capilla de Urbano VIII del Palacio Apostólico, en presencia del Papa, donde asisten personalmente a la ceremonia.

¿Qué otras actividades lleváis a cabo en comunidad?

Somos 15 hermanas en la casa madre de Roma. Tenemos un jardín de infantes compuesto por dos clases divididas por edad. Podéis imaginar que la llegada de los corderos se convierte en una fiesta para todos los niños, pero no sólo, porque el acontecimiento es seguido también por los habitantes del barrio. La gente se amontona en torno a la casa para ver los dos corderos. No es la multitud que acudía cuando llegué aquí a Roma, en 1947, pero se trata, no obstante, de una tradición todavía muy sentida.

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Fuente: L’Osservatore Romano

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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19.01.11

Católicos, ortodoxos y el rol del Obispo de Roma

Presentamos nuestra traducción de un artículo del Padre Andrea Palmieri, del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, sobre el estado actual de las relaciones entre católicos y ortodoxos, y sobre los próximos pasos del diálogo teológico oficial entre las Iglesias.

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El diálogo teológico, llevado a cabo por la Comisión mixta internacional entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto, ha experimentado algunas dificultades pero, gracias a la firme voluntad de proseguir en la búsqueda de la superación de los obstáculos todavía existentes, expresada por todos sus miembros, no se ha detenido.

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La alegría de Polonia: una entrevista a Stanislaw Dziwisz

Presentamos una entrevista, publicada en el periódico italiano Avvenire, al cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia y por cuarenta años secretario del Papa Juan Pablo II.

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Visiblemente emocionado, el cardenal Stanislaw Dziwisz levanta sus ojos del escritorio y me presenta el texto de la carta que ha terminado de escribir. Apenas ha pasado el mediodía, la lluvia golpea insistente las grandes ventanas del palacio arzobispal de la calle Franciszkanska mientras desde Roma llega el anuncio de la beatificación de Juan Pablo II. Y el primer gesto afectuoso y espontáneo del ex-secretario de Karol Wojtyla, llamado a tomar su puesto en la cátedra de Cracovia, ha sido enviar una carta de agradecimiento a Benedicto XVI. “Con gran conmoción quisiera expresar nuestra gratitud a Vuestra Santidad por el decreto que anuncia la tan esperada beatificación de Su predecesor”, escribió el cardenal.

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17.01.11

El Cardenal Amato despeja dudas y aclara cuestiones

Luego del anuncio de la próxima beatificación del Venerable Juan Pablo II, el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, concedió tres interesante entrevistas a medios italianos (Famiglia Cristiana, Avvenire y L’Osservatore Romano), en las que aclaró muchas cuestiones referentes al proceso del Papa Wojtyla y en las que trató otros temas como los procesos de beatificación de otros Pontífices. Para evitar la repetición que implicaría la publicación de las tres entrevistas, presentamos una selección del contenido de las mismas, conforme a los distintos temas que el Cardenal Amato ha tratado con estos medios.

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