Religión Digital y el cura afable, alegre, simpático... y abusador
Estos días atrás ha sido noticia el caso de un sacerdote de la diócesis de San Sebastián, ex vicario general para más señas, que ha sido apartado de la vida pública por abusar de menores. Su nombre, Juan Kruz Mendizabal. Su obispo, Mons. Munilla, se ha encargado de informar del resultado del correspondiente expediente que fue tratado en Roma. Al parecer las dos primeras víctimas que denunciaron el caso quisieron que se guardara discrección. Pero una tercera no, con lo cual ha sido necesario dar difusión a lo ocurrido.
Los detalles de algunos de los abusos de ese sacerdote, que ha reconocido los hechos, son realmente repugnantes, así que no voy a entrar en ello.
Ahora bien, hoy hemos asistido a uno de los espectáculos más denigrantes del periodismo socio-religioso de este país. Se trata de la entrevista que el director de Religión Digital, José Manuel Vidal, ha realizado al ex-franciscano José Arregi. La misma no tiene desperdicio.
Por ejemplo, ante los abusos del señor Kruz Mendizábal, ¿qué dice Arregi?
Sobre todo sentí estupor y pena, y también un poco de indignación. Estupor por la noticia en sí, absolutamente inesperada. Pena por las víctimas y por Juan Kruz Mendizabal. Indignación porque el obispado de San Sebastián lo haya hecho público ahora y de esta manera, con una nota demasiado calculada, en un tono muy canónico. Creo que el enorme revuelo mediático no ayuda a nadie, más bien perjudica a todos: a Kakux lo hunde, por supuesto, pero pienso que también perjudica a las propias víctimas, hace más difícil la sanación de su memoria, la reconciliación con su historia.
Oh, un poco de indignación, dice este señor. Oh, el revuelo mediático no ayuda a nadie. Oh, qué malo es el obispo de San Sebastián, que va y nos cuenta lo que ha pasado. Oh, pobrecito el tal Kakux, que queda hundido.
Pero claro, ¿quién era el tal Kakux según este ex-franciscano?
Juan Kruz Mendizabal ha sido “Kakux", el cura más conocido y exitoso de la diócesis, afable, alegre, simpático, extraordinariamente servicial, siempre dispuesto a ayudar a quien fuera. Todo eso sigue siendo verdad, haya pasado lo que haya pasado, y sería injusto no reconocerlo. Kakux representaba también una teología y pastoral crítica respecto del pensamiento y del proyecto del obispo José Ignacio Munilla, a la vez que, como vicario general, y con mayor o menor acierto, ha tratado de mantener puentes entre el sector eclesial afín al obispo, muy minoritario en la diócesis, y el sector crítico enfrentado a él, muy mayoritario tanto en el seno del clero como de la comunidad cristiana.
Solo le ha faltado pedir le beatificación en vida del cura abusador. Al fin y al caso es un tío genial. Sí, resulta que ha metido mano a jóvenes adolescentes, pero… ¿cambia eso el resto de sus virtudes? Y, por supuesto, era crítico con Mons. Munilla. Ahí está la clave del tema. Si hubiera sido un cura cercano al obispo, tanto el señor Vidal, entrevistador, como el señor Arregi, entrevistado, estarían clamando al cielo y pidiendo la cadena perpetua para el cura y el cese inmediato del obispo por parte de Roma. Es lo que el señor Vidal acostumbra a hacer en casos similares.
En todo caso, la clave de esta entrevista viene en esta pregunta y su respuesta:
¿La Iglesia debería replantear la doctrina sobre la sexualidad, empezando por la de su propio clero?
Sí, se impone una revisión drástica de la doctrina eclesial en todo lo que se refiere a la sexualidad. La represión, la condenación de la sexualidad, su culpabilización y tabuización, que aún siguen manteniendo en el discurso y en la legalidad vigente, han provocado un sufrimiento de dimensiones atroces, de manera especial entre los clérigos y religiosos. La Iglesia tiene un enorme problema con la sexualidad desde San Pablo, no desde Jesús, y no parece dispuesta a resolverlo sanamente.
He ahí el problema. Que un cura abuse de un menor es culpa de… San Pablo y la Iglesia.
Más:
¿Es el celibato la causa de este tipo de comportamientos, al menos en los curas que no consiguen la sublimación?
Sería muy simplista y engañoso decir que los casos de pederastia son debidos al celibato, pero la institución católica se equivocaría gravemente -creo que de hecho se equivoca- si pensara que su teología, su derecho canónico y su modelo de Iglesia clerical son ajenos a la plaga de la pederastia propagada en el clero y en tantas instituciones católicas.
Arregi parece incluso más moderado que el entrevistador (un ex-cura casado), y responde que sería demasiado simplista decir que el celibato es la causa de los abusos de sacerdotes, pero viene a decir que algo de eso hay. Lo que no dice ni el señor Vidal ni el señor Arregi es que la inmensa mayoría de los abusos de los sacerdotes, como es el caso del “afable, alegre, simpático” Kakux, es que se cometen contra varones, no contra mujeres. Es decir, hay un problema evidente de homosexualidad. A pesar de que hay obispos deseosos de aprobar el “matrimonio” homosexual -y siguen siendo obispos para mayor vergüenza de quien se lo consiente-, si la Iglesia decidiera que no es necesario el celibato para ser sacerdote no cambiaría nada la situación de los curas gays que tienen una especial querencia por los menores de edad.