Gracias por María (II)
María, Inmaculada Concepción
El arcángel Gabriel saluda a María como Kejaritomene -llena de gracia o agraciada-. La Iglesia ha llegado a comprender y proclamar que ella fue kejaritomene desde el mismo instante de su concepción. Y para llegar a entender eso ha tenido que meditar mucho sobre las implicaciones que había de tener para un ser creado, como María, el llegar a ser el Arca Santa que habría de contener la Encarnación del Verbo de Dios, el cual es el Creador Eterno. La gracia de Dios debía acompañar a esa criatura humana, María, para que fuera tan santa que la presencia divina en su seno no la consumiera por completo.