16.08.08

Lugo, de predicar a dar trigo

Sinceramente deseo al nuevo presidente de Paraguay, Fernando Lugo, que tenga el mayor de los éxitos al frente del gobierno de su país. Ojalá consiga todo lo que se propone para el bien de su pueblo. Pero una cosa es lo que deseo y otra lo que sospecho que va a ocurrir. No conozco bien la situación económica de esa nación y tampoco mucho su problemática social. Lo que sí sé es que si el presidente de un país toma como referentes a Salvador Allende y Leonardo Boff, su futuro no puede ser bueno. La izquierda real -no la socialdemocracia europea- ha demostrado su absoluta incapacidad de levantar un país de la miseria. Al contrario, todavía no he conseguido que alguien me demuestre de la existencia de un solo país que haya prosperado económicamente después de un gobierno de izquierdas.

Eso lo entendió hasta Lula, el presidente brasileño, la gran esperanza de todos los Boff, Casaldáliga y demás patulea progre-eclesial, que se dio cuenta de que hacer el indio en el ámbito de la economía mundial no lleva a nada. Una cosa es darse golpes en el pecho y lanzar discursos grandilocuentes llenos de demagogia populista y otra gobernar.

Ya que veo imposible que Kugo imite al mejor presidente de todo el continente, Álvaro Uribe, y poco probable que siga los caminos de la izquierda chilena, la más “europea” de la zona, esperemos que al menos vaya más por el camino de Lula o incluso del “nuevo” Alán García que por el de Chávez y Correa. Y claro, habiendo sido obispo católico no creo que se le pase por la cabeza dar lugar a leyes pro-abortistas o de matrimonios gays, que es lo que se intenta imponer por aquellos lares. Mejor no me pongo en esa tesitura.

Luis Fernando Pérez Bustamante

14.08.08

Hallazgo arqueológico de enorme importancia

Un grupo de arqueólogos de Iberia ha demostrado que a principios del siglo XXI había una sociedad salvaje en la península ibérica que sacrificaba a sus hijos antes de nacer. Entre los restos de lo que se suponía que era una clínica se han encontrado restos de fetos humanos de entre 4 y 8 meses de gestación. Algunos de los cráneos estaban reventados, señal de que habían sido hechos pedazos dentro del seno materno.

El descubrimiento es la prueba irrefutable de que tienen razón los historiadores que aseguran que hace 10 siglos la civilización occidental había entrado en barrena, con comportamientos propios de civilizaciones salvajes. El hallazgo supone también un apoyo a la teoría de que en el siglo XXI también se sacrificaba a los ancianos enfermos que eran un estorbo para las familias. De confirmarse este último extremo, quedaría definitivamente probado que la desaparición de aquella civilización fue causada por la corrupción moral de los hombres y mujeres de aquel tiempo.

Los historiadores todavía dudan de si hubo algún tipo de resistencia real a aquel holocausto, aunque todos coinciden en que de haberla, fue mínima.

Hotan, a 14 de agosto del 3023

13.08.08

Hay prisa por matar

Los favorables a la eutanasia en este país tiene prisa para que se pueda ejecutar legalmente a los enfermos terminales que así lo soliciten. Saben que tienen un gobierno deseoso de cumplir sus deseos. El apoyo socialista al doctor Montes es uno de los símbolos más sintomáticos de por hacia dónde va la España de principios del siglo XXI. En toda cultura de la muerte que se precie de ser genuina, la eutanasia no puede faltar. Es una de las patas de la mesa, sin la cual la misma quedaría totalmente coja. El aborto, la eutanasia y la destrucción de embriones humanos para experimentar con ellos como cobayas, son las cabezas de esa hidra asesina a la que gran parte de la sociedad española quiere rendir pleitesía y adoración idolátrica.

El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, interrumpió ayer sus vacaciones para reunirse con los representantes de la Asociación Derecho a Morir Dignamente. Es sintomático que con la crisis económica que tenemos encima, tenga que ser este asunto el único que provoque la suspensión temporal de las vacaciones de un ministro socialista. Cuestión de prioridades, diría yo. Total, si la crisis se hace espantosa y los precios de los alimentos básicos siguen disparándose, habrá que ir pensando qué hacer con los abuelos que difícilmente pueden llegar a fin de mes. Chico previsor este Bermejo.

El ministro y los favorables al asesinato legal de enfermos quieren acelerar el “debate” en la sociedad. Supongo que para el próximo otoño vamos a ver en TVE una serie de películas favorables a la eutanasia, tales como “Mar adentro” y “Million dolar baby". Por supuesto, no osarán emitir “Las alas de la vida", del doctor Carlos Cristos, recientemente fallecido. Esta gente llama debate al uso indiscriminado de los medios de comunicación para adoctrinar en la cultura de la muerte a la sociedad lanar de “una de gambas, otra de chopitos y vamos a ver el furbo y los toros".

Los cristianos tenemos que hacernos notar ante esta nueva embestida del Baphomet “progresista". Olvidémonos de que el PP vaya más allá de decir que ésta es una cuestión que no interesa a los españoles y que el gobierno la usa para distraer la atención ante la crisis. De los populares, ansiosos por anclarse indefinidamente en el extremo-centrismo, no cabe esperar otra cosa que una oposición débil, basada en la ausencia de consenso social ante la eutanasia. No les veremos situándose de forma clara y rotunda del lado de los que nos oponemos al suicidio asistido en base a nuestros valores éticos y morales. El gallardonismo y rajoyismo sería capaz de abrazar al doctor Montes antes que dar la imagen de firmeza moral en este asunto, no vaya a ser que les llamen fachas. Por tanto, y a la espera de que alguien lleve a cabo de verdad ese posible proyecto político de un nuevo partido de inspiración clara, visible y netamente cristiana, la pelea la tendremos que dar esa parte de la derecha social que no nos conformamos con ver a España convertida en el laboratorio de la ingeniería social más perversa desde tiempos del nazismo y la Revolución soviética.

Luis Fernando Pérez Bustamante

11.08.08

¿Miedo, Pagola? Déjeme decirle a qué hay que tener miedo

Jose Antonio Pagola ha publicado un artículo en Religión Digital (o RD se ha hecho eco del mismo) en el que asegura que a la Iglesia le ha entrado miedo. Lo más curioso del caso es que para defender su tesis acude a un pasaje del evangelio. Se me dirá ¿y qué tiene eso de particular? ¿no es aceptable acudir a la Escritura para sustentar una tesis sobre el estado actual de la Iglesia? Pues depende del cómo y para qué. La Escritura la citó hasta el mismísimo Satanás para tentar a Cristo. No voy a comparar aquí al ángel caído con el teólogo reconvenido por la comisión episcopal para la doctrina de la fe, pero sí diré que incluso cuando Pagola cita la Escritura se las arregla para mantenerse en sus trece. Y así considera como un “trabajo” del evangelista Mateo el pasaje en el que Cristo anda por las aguas. Por supuesto Pagola no se cree que Cristo hiciera tal cosa, pero era necesario que el evangelista ilustrara su enseñanza con un relato mitológico.

Es decir, no se trata de que se aproveche un milagro para dar un mensaje con contenido espiritual para la Iglesia, sino de que uno se inventa una mentira, a la que reviste de hecho milagroso, para dar ese mensaje. Típica construcción del protestantismo liberal que tan alegremente han asumido una legión de teólogos católicos “modernos", que difícilmente pasarán a la historia como algo más que una “pesadilla” en la teología católica a lo largo de los siglos, pero que de momento hoy y ahora siguen minando la fe del pueblo sencillo.

Pagola asegura que “en la Iglesia de Jesús ha entrado el miedo y no sabemos cómo liberarnos de él. Tenemos miedo al desprestigio, la pérdida de poder y el rechazo de la sociedad. Nos tenemos miedo unos a otros: la jerarquía endurece su lenguaje, los teólogos perdemos libertad, los pastores prefieren no correr riesgos, los fieles miran con temor el futuro.”

Hombre, hable por usted en todo caso. Yo no sólo no tengo miedo, sino que estoy absolutamente esperanzado ante el futuro de la Iglesia. De hecho, la condena -sí, he dicho condena porque creo que lo es- de su falso Jesús por parte de los obispos españoles me parece una señal de esperanza. El comprobar que los pastores hacen aquello para lo que han sido encomendados es motivo de alegría, aunque por un momento sea duro para algunos fieles el ver como lo que ellos creían un Jesús maravilloso, el que usted se fabrica en su libro, no es el Jesús de la Iglesia. Si en verdad son fieles, aceptarán el criterio del magisterio.

Ciertamente usted ha perdido la libertad para enseñar un Jesús que no es el Jesús de la fe y de la historia sino su concepto personal del mismo. En realidad usted ha perdido la libertad para enseñar el error desde dentro de la Iglesia. Fuera enseñe lo que le parezca. Reedite su libro diez mil veces y venda millones de ejemplares. Al fin y al cabo, ya dijo San Pablo que en la fe hay “niños, que fluctúan y se dejan llevar de todo viento de doctrina a capricho de los engaños de los hombres y de las astutas maquinaciones del error” (Ef 4,14) y que “vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas” (2ª Tim 4,3-4). El éxito editorial de la heterodoxia está garantizado en determinadas épocas.

Respecto al supuesto miedo de la Iglesia a la pérdida del poder y al rechazo de la sociedad, pues mire usted, depende de cómo se analice la cuestión. ¿A qué poder se refiere? Al mundano no, supongo. De ese la Iglesia tuvo mucho en otras épocas y no es precisamente algo de lo que haya que sacar pecho. Pero no dirá usted que los obispos de hoy quieren volver a esos tiempos pasados, ¿verdad? Y el rechazo de una sociedad que se ha paganizado y hedonizado bestialmente, ¿a quién le extraña? ¿No fue Cristo el que dijo “Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo“? ¿Eso lo dijo el Jesús de la fe y de la historia -o sea, el de las Escrituras- o es otro “trabajo” de un evangelista para loor y gloria del Jesús de Pagola?

No, la Iglesia no tiene miedo a que esta sociedad la rechace. Más bien debería tener miedo a que la aplaudiera la España abortista, del matrimonio gay, del “Mar adentro” de Amenabar, del doctor Montes y de la Educación para la tiranía masónica de ZP y sus compañeros de logia. Yo estaría espantado si en la España actual la Iglesia fuera vista con buenos ojos por aquellos que, aun en medio del calor abrasador de la crisis que tenemos encima, siguen blasfemando contra el Dios del cielo y de la tierra (Ap 16,9); y contra su Iglesia, por supuesto.

Luis Fernando Pérez Bustamante

9.08.08

El pobre

Parece que a algunos alcaldes italianos los pobres que piden limosnas les molestan estéticamente. Y han decidido prohibirles tal actividad. El primer edil de Roma quiere incluso prohibirles que rebusquen entre los contenedores de basura porque, mira tú por dónde, ensucian. Por supuesto, la Iglesia Católica ha puesto el grito en el cielo. Creo que no hace falta dar muchos argumentos para oponerse a semejantes medidas. Cualquier persona con cierta sensibilidad no puede verlas con buenos ojos. Por supuesto que dentro del mundo del “limosneo” hay de todo, pero no creo que haya nadie que se dedique a pedir por mero placer. Y las circunstancias personales que llevan a la gente a tener que pedir limosna no van a cambiar por mucho que se les prohíba hacer tal cosa.

Hace unos años que escribí “El pobre”, uno de los textos de los que me siento más satisfecho. Aquí lo tenéis de nuevo:

Tengo hambre, frío y dolor en mis huesos. Veo pasar a la gente a toda prisa. Vienen de lugares ignotos y se dirigen a un destino incierto, pero sus miradas reflejan la ansiedad de quienes nunca se conforman con lo que tienen. Siempre quieren más. ¿Y yo? aquí tirado en la acera, sin más calor humano que la sonrisa que de vez en cuando me dirige un niño. Benditos los ojos de esas criaturas que reflejan la mirada de mis ángeles. Muy de vez en cuando, alguno de mis hermanos se convierte en niño y me dirige algunas palabras de consuelo. No sólo eso. Incluso me echa algunas monedas en el cesto para que ese día pueda comer algo caliente. No sabe que esas monedas las guardaré en un arca de oro que tengo en mi casa celestial. El día en que les reciba en los atrios de mi Templo en el cielo, reconocerán en mí a ese pobre al que entregaron parte de sus ganancias, y yo les devolveré esas monedas convertidas en bendiciones eternas.

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