Un perro viejo correría "mejor suerte" que Eluana
La familia de Eluana ha conseguido una gran “victoria". La italiana ya está en la clínica que ha aceptado dejarla morir de hambre y sed, o dicho de forma técnicamente exacta, de insuficiencia renal aguda por la falta de hidratación. El padre de Eluana pide respeto y silencio ante su decisión. Pues no, señor mío, ni respeto ni silencio. Más bien repulsa y protesta en voz alta ante su conducta asesina, impropia de un ser humano con entrañas y no digamos de un padre.
A pesar de que en el mundo se han dado muchos casos de pacientes que han despertado tras haber estado en coma muchos años, Eluana no tendrá derecho a que se produzca ese “milagro” en su vida. Su padre quiere acabar por la vía “rápida” lo que empezó tras el accidente que sufrió hace años. De hecho, lo que ahora va a ocurrir no es un accidente sino una decisión clara y rotunda de acabar con su vida. Los accidentes son siempre involuntarios. La muerte de Eluana llegará por la voluntad de su padre.