Monseñor Algora ha dicho lo que casi todo el mundo piensa
El obispo de Ciudad Real, monseñor Antonio Algora, ha puesto de los nervios a los socialistas al acusar de indecentes los privilegios económicos de diputados y senadores, que como todo el mundo sabe, y al que no lo sepa se lo explico, basta con que estén siete años en sus respectivos escaños para tener derecho a la pensión máxima que da el Estado. Es decir, mientras que el resto de los ciudadanos de este país tiene que trabajar prácticamente toda la vida para obtener una pensión que en ocasiones es ridícula, nuestros máximos representantes políticos sólo tienen que aguantar dos legislaturas en sus respectivos puestos para poder retirarse con un sueldazo de pensión que ya quisieran para sí la mayor parte de los españoles.
Y claro, ahora que, en medio de la crisis, nos amenazan con retrasar la edad de jubilación o con que el cálcudo el monto total de nuestra pensión se hará con la media de los últimos 25 años de cotización (y no de los 15 actuales), que esa clase política se niegue a discutir siquiera sus privilegios, es una sinvergonzonería digna de ser denunciada. Que lo haga un obispo me parece no sólo fabuloso, sino digno de ser elogiado e imitado por el resto de obispos.