Yo soy Germinans Germinabit
Sinceramente, cuando la web de Germinans Germinabit empezó a dar sus primeros pasos, nadie pensaba que llegaríamos a una situación tan alucinante como la que ha tenido lugar este jueves. Desde un primer instante se supo que GG era una especie de grano muy molesto para los sectores nacionalistas y “progresistas” de la Iglesia en Barcelona y el resto de Cataluña. La llegada del cardenal Sistach a la sede metropolitana de la Ciudad Condal y sus primeras medidas pastorales supuso, en opinión de los miembros de GG, un retroceso claro a una situación pasada que había sumido a su iglesia local en una postración espiritual penosa. Cuando el cardenal puso al frente de los órganos de gobierno a sacerdotes cuya línea eclesial es, en mayor o menor medida, la causante de la decadencia del catolicismo en Cataluña, sólo cabían dos opciones: mirar para otro lado o hacer algo. Y ese algo se llamó Germinans Germinabit.
Germinans refleja a la perfección aquello que el Papa Pío XII dijo hace ya 60 años: “Finalmente, Nos querríamos todavía añadir una palabra referente a la opinión pública en el seno mismo de la Iglesia (naturalmente, en las materias dejadas a la libre discusión). Se extrañarán de esto solamente quienes no conocen a la Iglesia o quienes la conocen mal. Porque la Iglesia, después de todo, es un cuerpo vivo y le faltaría algo a su vida si la opinión pública le faltase; falta cuya censura recaería sobre los pastores y sobre los fieles“. Sin la presencia de GG, la Iglesia en Barcelona y Cataluña no contaría con una opinión pública que plantara cara a un modelo eclesial que, salta a la vista, está fracasando estrepitosamente. No hay visita papal que pueda edulcorar los hechos. Es más, se da la circunstancia de que en la propia Cataluña ya hay otra forma de trabajar que está demostrando que funciona. Baste constatar un hecho: el seminario de Terrassa tiene ya más seminaristas que el de Barcelona. Que es algo así como si el seminario de Getafe superara en número de seminaristas al de Madrid. Algo inconcebible en una situación normal.
Tan cierto como que la presencia de GG ha sido fundamental para el presente y el futuro de la Iglesia en Cataluña, lo es el hecho de que no todo lo que sale de esa web es perfecto. Los “chicos del germi” han metido la pata en alguna ocasión. A veces se han podido exceder en determinados juicios y valoraciones. No son infalibles. El no estar de acuerdo con todo lo que dicen y el cómo lo dicen puede ser hasta saludable. Pero, en mi opinión, basta con tener un gramo de discernimiento espiritual para ver la mano de la Providencia en la existencia de ese portal. No hace falta ser como esos progres cursis que llaman profetas a todos los que coinciden con sus puntos de vista. Germinans no es la voz profética del Señor para la Iglesia en Cataluña. Pero sí que representan a muchos sacerdotes y seglares que temen que el catolicismo se convierta, en esa tierra, en una especie de ente minoritario entregado a un cesaropapismo de baja estofa.