Cuentos maravillosos con un final feliz... o no
Espero que os guste este cuento:
Érase una vez una familia de ositos de peluche muy lindos que vivían en una tierra llena de fruta, leche y miel. Mamá y papá oso salían cada día de su casita cogidos de la mano para recoger el alimento que habrían de comer sus retoños. El hijo mayor de mamá y papá oso se encargaba de cuidar de sus hermanitos mientras sus progenitores llenaban varios capazos de frutas dulces y sabrosas. Al mediodía, se reunían todos en la mesa para almorzar. Tras el almuerzo, una prolongada siesta y luego dedicaban la tarde entera a jugar en los campos verdes que rodeaban su casita. Y así pasaron los días y los años. Los ositos crecieron y todos encontraron pareja para formar sus propias familias. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Vamos con otro cuento parecido:
Érase una vez un Secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados que se presentó ante la la 65° Sesión Ordinaria de la ONU en Nueva York. Con una sonrisa que le iba de una oreja a la otra, el prelado dijo que la tarea fundamental que tiene la ONU es la trabajar por el bien común en todo el mundo. Incluso llegó a afirmar que este organismo “ha pasado a ser un elemento irreemplazable en la vida de los pueblos y en la búsqueda de un porvenir mejor para todos los habitantes de la tierra". Y colorín colorado, este cuento… no se ha acabado. De ninguna de las maneras se ha acabado. Bajo ningún concepto se ha acabado. Vamos, que no. Que muchos no nos tragamos ESE CUENTO.