Sí, otro post sobre el caso “Pagola-Uriarte". Sé que van muchos, pero es que la progresía mediática ha entrado en una especie de histeria colectiva una vez que el teólogo vasco ha anunciado lo que yo vengo diciendo desde el año 2008. A saber, que la decisión final sobre su libro está en Roma.
Si hoy vuelvo a escribir sobre Pagola es porque el director de Religión Digital publicó ayer un artículo incendiario que contenía ocho puntos que creo necesario replicar uno por uno. Comienza diciendo que “la Congregación para la Doctrina de la Fe, originalmente llamada Sagrada Congregación de la Romanay y Universal Inquisición, ha abierto un proceso“… Nunca se refiere Vidal a la CDF sin recordar que es el “ex Santo Oficio", la prolongación de la Inquisición. Quién sabe si algún día se cansará de hacerlo. Pero sigamos.
José Manuel Vidal se pregunta cuáles son las razones ocultas que explicarían la, según él, saña persecutoria de los ultras católicos contra Pagola. Para el director de RD, “se trata de todo un síndrome de causas y de circunstancias que están convirtiendo el caso Pagola en un signo paradigmático de la situación actual de la Teología y de la Iglesia misma“. En esto último no le falta razón. El caso Pagola ya no es un caso más. Es el CASO.
Estos son los ocho puntos de Vidal:
1/ La ultraderecha católica, siempre insegura y necesitades de asideros y seguridades, no soporta un libro (que encima tiene éxito) de un Jesús plena y profundamente conciliar. Un libro que no tiene, según los expertos, nada de herético. Ni de lejos. Su pecado es seguir presentando a la figura de Jesucristo en la estela del Vaticano II y sin renunciar a sus claves interpretativas. Es decir, en el fondo se trata de un episodio más de la vieja y enconada lucha entre dos modelos de Iglesia: el tradicional y el conciliar.
Vidal da por hecho que los expertos no ven nada herético en el libro. Es evidente que para este periodista los Sayés, Rico Pavés, Mons. Demetrio, P. Iraburu y obispos de la comisión doctrinal de la Conferencia Episcopal Española -apoyados por la ejecutiva de la propia CEE-, no son expertos. Para él expertos son los que apoyan el libro. El resto, gente ultra. Ahora bien, ni siquiera Vidal es capaz de negar que Mons. Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona-Tudela sí es un teólogo “experto". Y don Fernando hizo un informe negativo sobre la primera versión del libro, además de recomendar a Mons. Uriarte que no le diera el nihil obstat tras las correcciones, insuficientes según el arzobispo, a las que fue sometido para futuras versiones en castellano y otros idiomas.
Además, como se puede comprobar, Vidal cae exactamente en el mismo error de los que rechazan el Vaticano II porque, según ellos, el comcilio se opone a la Tradición de la Iglesia. Plantear un “Vaticano II versus Tradición” es algo en lo que van de la mano los falsos tradicionalistas y los progres. Y es contrario a lo que la Iglesia ha enseñado y enseñará sobre ese y cualquier otro concilio ecuménico. Por tanto, flaquísimo favor le hace Vidal a Pagola al poner su obra bajo ese prisma. Pero esto no es nuevo. Dije, digo y diré, que el mayor problema que tiene el teólogo vasco es que quienes le defienden son los que más hacen, consciente o inconscientemente, por hundirle.
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