Un paso fundamental para el futuro de la Iglesia en Sevilla
Mons. Juan José Asenjo lleva poco tiempo como arzobispo de Sevilla pero ya empieza a notarse su acción pastoral. No es cosa fácil llegar a una diócesis que ha sido gobernada durante décadas por una personalidad eclesial de la talla del cardenal Amigo. Tanto tiempo al frente de la iglesia sevillana deja una impronta tanto para lo bueno como para lo malo. Pero el nuevo pastor, que ya tuvo tiempo de ver cómo estaban las cosas al ser nombrado arzobispo coadjutor, está tomando una serie de decisiones, a veces no exentas de polémica -es el caso de la participación de mujeres en pasos de Semana Santa-, que indican por dónde quiere llevar a la porción del pueblo de Dios que le ha sido encomendada.
Su última medida no puede ser más acertada. Ha solicitado a Roma la creación en Sevilla de un Instituto Superior de Ciencias Religiosas afiliado a la Facultad de Teología de San Dámaso, en Madrid. Me aseguran que don Juan José fue testigo de primera mano de cómo se hicieron las cosas en San Dámaso cuando fue secretario general de la Conferencia Episcopal Española. Y es evidente que le debió gustar mucho lo que vio, porque ahora quiere llevar a Sevilla aquello que tan bien está funcionando en Madrid.