Los "progre-profetas" se alteran
En el mundillo del progresismo eclesial, hay un dogma que es aceptado de manera unánime: Es profeta todo aquel que se signifique públicamente por oponerse al magisterio y sea criticado o condenado por ello. Profetas son Boff y Küng. Profetas son, faltaría más, Tamayo, Masiá, Pagola y Queiruga. Supongo que Sor Forcades está a punto de ser declarada como profetisa oficial del progresismo estatal. Digo estatal porque lo de nacional no les molará dado que la religiosa es catalana.
Como escribí ayer, la semana pasada fue “dificililla” para los progre-profetas ibéricos. Algunos obispos, secuestrados por las hordas fundamentalistas que osamos escribir desde la red pidiendo que la fe católica sea preservada y defendida convenientemente, osaron plantarles algo de cara. Y como no hay progre-profeta que se precie sin medio de comunicación que recoja sus profecías, acabamos de ver como Torres Queiruga se ha levantado, cual Elías de la heterodoxia, a lanzar soflamas desde Religión Digital contra quienes ni creemos que son profetas, ni vamos a ceder lo más mínimo en nuestra benemérita petición de que la Iglesia se libre de su veneno y de su ponzoña teológica.
Vean ustedes: