27.02.12

El P. Masiá y Jairo del Agua tienen algo en común

Llevaba tanto tiempo sin saber de él que ya me estaba preocupando. Me refiero al P. Juan Masiá, sj, a quien sus superiores en la Compañía de Jesús pidieron que no escribiera más artículos para la prensa española. Aunque cerró su blog en Religión Digital, de vez en cuando soltaba alguna de sus perlas en artículos que aparecían publicados acá y allá. Ahora bien, a este sacerdote jesuita -uno no entiende como sigue siendo ambas cosas- le ocurre lo que a muchos heterodoxos. Si no hacen públicas sus herejías -uso el término de forma coloquial, no según el derecho canónico-, no viven a gusto. Necesitan tener público que atienda a sus razones. En cierta manera son como el niño travieso que no se conforma con hacer estropicios sino que busca que se sepa que ha sido él quien los ha causado.

El problema es que cuando hablamos de la fe de la Iglesia, de sus enseñanzas, de lo que Dios nos ha revelado, las travesuras se convierten en verdaderos atentados contra la vida espiritual de los fieles. Especialmente la de aquellos que no están firmes en la fe, que son, como dice San Pablo, “niños, sacudidos por las olas y arrastrados por el viento de cualquier doctrina, a merced de la malicia de los hombres y de su astucia para enseñar el error” (Efe 4,14).

El P. Masiá, sin embargo, pretende llamar fe adulta a aquella que niega lo que la Iglesia ha venido enseñando desde hace más de 20 siglos. Casi da igual cuál sea el tema. Lo maduro es negarlo, no creerlo. Su última obra de arte heterodoxa tiene como protagonista a Satanás. Dice así:

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23.02.12

Una farsa de misionero

Según informa Vatican Insider, el nonagenario misionero de la Consolata Silvano Sabatini, que vivió durante 40 años con los indígenas de la Amazonia brasileña, nos ha contado su labor.

Reproduzco el último párrafo:

Un proyecto que tiene una visión radical de la evangelización que se expresa de forma única: «No bautizamos a ningún yanomami –declara Sabatini– porque estábamos convencidos de que no tenía sentido bautizar a la persona fuera de la comunidad y que es la cultura la que debe ser evangelizada: el hombre tiene derecho de tener su cultura y debe encontrar en ella la forma para expresarse cristianamente. Bautizar fuera de la comunidad habría significado crear en el bautismo una doble personalidad». Motivo por el que, cuenta Zaccaria, «Sabatini respondía a aquel monseñor ansioso por saber cuántos yanomami había bautizado: por gracia del Buen Dios, ninguno».

Ahí lo tienen. Este señor presume de haber desobedecido a Cristo durante toda su vida. Este señor presume de haberle negado el sacramento que abre la puerta a la salvación a todos aquellos indígenas con los que ha tratado en 40 años. Este señor ha estafado a la Iglesia, a esos hombres y mujeres y al Altísimo. Es más, tiene la poca vergüenza de decir que el no haber bautizado a nadie es “por gracia del Buen Dios". Yo más bien pienso que Satanás debe de estar descoyuntándose de la risa ante semejante despliegue de miseria espiritual.

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22.02.12

Confesión: cuando se convierte en noticia lo que debería ser normal

Ayer publicábamos la noticia de que el obispo de Palencia había decretado que una de las iglesias de sus diócesis estuviera abierta 5 horas al día para que todo aquel fiel que quiera confesarse pueda hacerlo. Durante ese tiempo, siempre habrá un sacerdote experimentado, dispuesto a acoger a cuantos deseen confesarse: laicos, religiosos, religiosas o sacerdotes, o a cuantos tengan algún problema de tipo religioso o humano. Este mismo mes de febrero el arzobispo de Sevilla hizo algo parecido.

Algo está muy mal en la Iglesia cuando los obispos tienen que disponer medidas de este tipo. El sacramento de la confesión es fundamental para la salud espiritual de los fieles. El hecho de que Cristo diera a la Iglesia la autoridad para perdonar pecados no era una cuestión menor. Aunque existe una relación personal, genuina e irrepetible entre cada cristiano y su Salvador, el Señor ha querido que la fe tenga una dimensión comunitaria en la que la Iglesia sea verdadero hogar familiar donde se alimenta el alma y se sanan las heridas.

Ser sacerdote y no confesar habitualmente es una contradicción absoluta, una aberración sin sentido. Y ser cristiano y no confesarse cada vez que se cae en pecado mortal, es una necedad. Incluso aunque no se comentan pecados graves, la confesión es como una brisa de aire fresco que quita del alma el polvo acumulado de los pecados veniales. Estoy convencido de que quien se confiesa con regularidad, recibe mayor gracia al comulgar. Y ambos sacramentos, confesión y eucaristía, son el corazón de la vida cristiana.

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21.02.12

Saca el güiski Cheli para el personal

Allá por los años 70 del siglo pasado, en la previa de la que luego se conoció como la movida madrileña, se hizo bastante famosa una canción cuya letra empezaba así:

Bajando mismamente por la calle mayor
Dejando al personal con un pasmo
Iban aqui los amiguetes y yo
Jalando con la moto a to trapo

La gente mayormente se quedaba alela
Porque ibamos pisando en los charcos
Saltando los semáforos detras de las Jas
Y echando a voces este cantar

Saca el güisqui cheli para el personal
Que vamos a un guateque
Llevate el cassette pa poder bailar
Como en una discoteque

Pueden ustedes oírla entera acá.

El tema del grupo “Desmadre 75″ reflejaba un poco el ambientillo entre el sector marchoso de la “juventú” de la época. Es decir, eso del botellón no es un invento moderno, aunque ahora quizás se lleven las cosas más lejos que hace 40 años.

Lo que entonces no cabía a nadie en la cabeza es que se usara un templo católico para montar un guateque. Hoy, a lo que se ve, sí. Y así nos enteramos de que los saraos carnavaleros tienen lugar en el centro pastoral, antiguamente parroquia, de San Carlos Borromeo en el barrio madrileño-vallekano de Entrevías.

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20.02.12

El papel de los obispos vascos ante el hipotético fin de Eta

Supongo que no es políticamente correcto comenzar este artículo diciendo que tengo el convencimiento de que no estamos ante el fin de Eta y que antes o después la banda terrorista volverá a hacer lo único que sabe hacer. Es más, creo que para que no ocurriera tal cosa debería de darse una circunstancia realmente penosa, como es el que los etarras estén seguros de obtener aquello por lo que llevan matando durante varias décadas: la independencia de las vascongadas. A la vez afirmo que no hay nada en este mundo en lo que me gustaría tanto estar equivocado.

El papel de la Iglesia en el País Vasco en relación con el terrorismo ha estado lejos de ser ejemplar. No necesito recordar todos los detalles, pero a día de hoy siguen siendo sacerdotes personajes que han justificado en mayor o menor medida la existencia de Eta. Es por ello que cuando oigo hablar de las diferentes sensibilidades en el seno de la “iglesia vasca", no puedo por menos que estar de acuerdo. Efectivamente, hay diferencias entre unos y otros. Hay quienes han estado y están con las víctimas del terrorismo al cien por cien, hay quienes han estado y están con los terroristas y hay quienes juegan a una especie de equidistancia que tiene bastante más que ver con las inclinaciones políticas que con los valores que emanan del evangelio.

A Dios gracias, los recientes nombramientos de obispos para las dos diócesis vascas más pobladas han mejorado enormemente las espectativas respecto al papel que la Iglesia puede jugar en el presente y el futuro de esa tierra. El obispo de Vitoria sigue siendo Mons. Asurmendi, pero de él cabe esperar que haga lo que ha venido haciendo desde hace años: dejarse llevar. Sin embargo, tanto Bilbao como San Sebastián cuentan con dos pastores nuevos que suponen un cambio respecto a lo que había antes.

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