Esa catalana tan maña y tan española
Hoy, día de la Hispanidad, es Fiesta Nacional en España, patria común de todos los españoles y madre patria de todos los pueblos de Hispanoamérica. Tierra esta querida por el Señor que, según cuenta la tradición eclesial -hay evidencias históricas al menos desde el siglo IV-, tuvo a bien dejar que su Madre la visitara en carne mortal para aleccionar al apóstol Santiago en su predicación evangélica por estos lares.
España, primer lugar del mundo donde -por parte de los arrianos- a los católicos se les empezó a llamar con el apelativo de “romanos”, debido a que profesaban la fe del obispo de Roma, ha sido sin duda la nación católica que más ha hecho por evangelizar el mundo entero, especialmente en el continente americano. Y el que dude de ello, que se lea los “Hechos de los Apóstoles de América” (PDF aquí) del P. José María Iraburu.
Siendo obvio que no se puede entender la existencia de España sin su condición de nación católica, de tal manera que la Reconquista del territorio del país que había caído en manos musulmanas es una verdadera Cruzada, no es menos cierto que tampoco puede entenderse sin sus particularidades regionales. Podemos hablar ciertamente de las Españas, todas ellas hijas de una misma madre común.