¿Que vienen los rojos? ¡Ya están aquí!
Siempre he dicho que la democracia tiene la “virtud” de dar a cada nación los gobernantes y representantes que se merece. El panorama que ha resultado de las elecciones europeas celebradas ayer en España es ciertamente tan significativo como preocupante. Los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, han conseguido lo que hace pocos años parecía imposible. A saber, obtener entre los dos menos del 50% de los votos. A ello hay que anadir la aparición “estelar” de la extrema izquierda radical y antisistema, liderada por Podemos, ese partido de nueva creación encabezado por Pablo Iglesia quien, haciendo honor a su nombre, representa la figura del “rojo” español de la II República. Un verdadero representante del Frente Popular en pleno siglo XXI.
Para que los lectores no españoles sepan quién es, les diré que representa en este país lo que el chavismo en Venezuela e Hispanoamérica. Con una diferencia. Pablo Iglesias tiene un discurso populista bien engarzado. Ha sido profesor de Ciencias Políticas en la universidad Complutense de Madrid. Que Podemos sea la cuarta fuerza política más votada y haya quedado a apenas dos puntos de Izquierda Unida, la extrema izquierda no antisistema, es como para estar preocupados. Además, Podemos supera a IU y UPyD en Asturias, Cantabria, P. Vasco, Aragón, Madrid, Baleares y Canarias.
Otro dato a tener en cuenta es que VOX se ha quedado a las puertas de obtener un escaño. Le han faltado alrededor de 50.000 votos para alcanzar a Primavera Europea, aunque hoy leo que con 2.900 más podrían haberlo logrado debido al reparto de diputados según la ley D´Hont. Eso supone que en estas elecciones, la derecha nacional española sea representada, una vez más, solo por el PP. Un PP que aunque ha ganado, se ha llevado un batacazo monumental, obteniendo menos porcentaje de votos que la Alianza Popular de Fraga en 1982. Vamos, como para que estén felices, ¿no les parece?
Del PSOE solo cabe decir que han obtenido el peor resultado en toda la democracia. Si no fuera por Andalucía, estaríamos hablando de un partido menor, de poca entidad. El votante de izquierda le ha dado la espalda, quizás consciente de que son una parte muy importante del problema.