9.02.15

Ay de mí

Ay de mí si no predicara el evangelio.

Ay de mí si no predicara la gracia de Dios.

Ay de mí si no predicara la necesidad de conversión.

Ay de mí si escondiera al pecador las consecuencias del pecado.

Ay de mí si predicara la puerta ancha que lleva a la perdición y no la estrecha que lleva a la salvación.

Ay de mí si predicara una misericordia falsa que en vez de librar al hombre del pecado le deja esclavo del mismo.

Ay de mí si predicara lo que el mundo quiere oír en vez de lo que el mundo necesita oír.

Ay de mí si predicara que se puede ser cristiano y vivir como si se fuera pagano.

Ay de mí si no tuviera pasión por las almas.

Ay de mí si no buscara el perdón de Dios cada vez que caigo.

Ay de mí si permaneciera impasible mientras otros son conducidos por las sendas del error y la perdición.

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8.02.15

Silvano, desde Athos (VII)

Séptima entrega de los textos de Silvano, monje de Athos, canonizado por la Iglesia Ortodoxa rusa.

Heme aquí, entristecido, porque no soy humilde. El Señor no me da la fuerza para crecer espiritualmente y mi espíritu impotente se apaga como una débil luz. Al contrario, el espíritu de los santos, era como un incendio, y no se apagaba con el viento de las tentaciones, sino que quemaba aún más. Por amor a Cristo, soportaron toda aflicción en la tierra; no se dejaron espantar por los sufrimientos y, en eso, glorificaron al Señor y el Señor los amó y los glorificó, y les dio el Reino eterno, en comunión con Él. 

Todavía hoy hay monjes que experimentan el amor de Dios y tienden, día y noche, hacia Él. Ellos socorren al mundo con su continua oración e incluso con su palabra escrita. Pero la preocupación de la salvación de las almas reposa sobre todo en los pastores de la Iglesia, que llevan en sí una tal gracia que nosotros nos maravillaríamos si pudiésemos ver una belleza semejante. Pero el Señor la oculta para que sus servidores no se enorgullezcan, sino que permanezcan humildes y se salven. 

Los hombres no saben nada de este misterio; pero San Juan el Teólogo dice claramente: “Seremos semejantes a Él". Y eso no será solamente después de la muerte, sino desde ahora, porque el Señor ha enviado su Espíritu a la tierra y Él está presente en nuestra Iglesia. 

Algunos dicen que los monjes deben servir al mundo para no comer su pan sin ganarlo. Pero sería necesario saber en qué consiste este servicio del monje, cómo debe ayudar al mundo. Ahora bien, el monje ora con lágrimas por el mundo entero y en esto consiste su obra principal. ¿Y qué lo empuja a orar y llorar por el mundo entero? Jesús, el Hijo de Dios, da al monje, en el Espíritu Santo, el amor; y su alma siente una continua angustia por los hombres, porque muchos no buscan la salvación de su alma. 

No deseo otra cosa que orar por los otros como lo hago por mí mismo. Orar por los hombres quiere decir: dar la sangre de su propio corazón. 

El alma que ora por el mundo sabe cuanto sufre y cuales son las necesidades de los hombres. La oración purifica el espíritu de tal suerte que el espíritu ve todo de una forma más clara, como si conociera al mundo por los periódicos. 

El Señor dice: “Aquel que peca es esclavo de su pecado". Se debe orar mucho para librarse de una tal servidumbre. Nosotros pensamos que la verdadera libertad consiste en amar a Dios y al prójimo con todo el corazón. La perfecta libertad es la habitación continua en Dios. 

Quien es perfecto no habla de sí sino que dice solamente lo que le enseña el Espíritu. 

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7.02.15

Indígenas víctimas de delincuentes espirituales

Quaterly Americas es una revista cuatrimestral que publica la Americas Society and Council of Americas, dedicada al análisis de la situación política, económica y de desarrollo social de orientación claramente izquierdista. 

La publicación suele prestar atención a la situación de las comunidades indígenas en el continente americano. En su último número lleva una información sobre el asesinato del líder de una tribu en Brasil a manos de los mafiosos que se dedican a esquilmar el Amazonas. Ivan Theramin fue encontrado el dos de diciembre gravemente herido tras sufrir una paliza que finalmente le produjo la muerte. Este incidente, como tantos otros, viene provocado por el hecho de que la tribu del fallecido vive en una zona que ha sido ilegalmente ocupada por esas mafias. Se puede leer -en inglés- la historia del “confilicto” en este enlace.

El problema es que en el texto de la noticia nos encontramos con este párrafo:

La Hermana Laura Manso, coordinadora de la oficina regional del Conselho Indigenista Missionário (Consejo Misionero para Pueblos Indígenas-CIMI), que defiende los pueblos indígenas en Brasil y que expresamente se abstiene de convertirlos al cristianismo, dijo que cada una de las 57 comunidades indígenas de la región está sufriendo invasiones de madereros, mineros y rancheros-y que el gobierno federal no hace nada para detenerlos.

Sí, lo han leído ustedes bien. Una religiosa franciscana coordinadora de una oficina misionera renuncia expresamente a la conversión a la fe cristiana de las comunidades indígenas que tiene a su cargo.

Pues bien, solo cabe calificar a la Hna. Laura Vicuña Pereria Manso -ese es su nombre completo- de auténtica delincuente espiritual. Los mafiosos agreden físicamente a los indígenas. Ella, y los que siguen sus instrucciones, les roban la salvación del alma, que es algo infinitamente más grave.

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6.02.15

Aconfesionalismo autoimpuesto: ¿Por qué escondemos a Cristo?

Hay algo peor que el intento del laicismo radical de reducir la fe al ámbito de lo privado, a una expresión meralmente cultual -de culto-, de piedad personal, a la que se prohibe que impregne la sociedad. Se trata de esa especie de aconfesionalismo que se autoimponen muchos cristianos, tanto a nivel particular como grupal o institucional.

Lo vemos en instituciones dedicadas a la labor social en la Iglesia. Cuesta mucho encontrar en sus campañas una referencia a Cristo,al Evangelio, a la fe. En poco o nada se diferencia de las campañas de ONGS cívicas.

Ocurre también con algunas revistas “católicas". Sí, defienden valores que emanan del evangelio. Sí, están hechas por gente que profesa la fe de la Iglesia. Pero no se ve directamente la fe y el evangelio por ninguna parte. Ni una cita, ni una referencia directa. Parecen publicaciones hechas para que te las dé una azafata en un viaje en el AVE o en un vuelo de avión trascontinental.

Lo mismo ha de decirse en referencia a la predicación y la catequesis. Quien piensa que así evangeliza, suele partir del error de que a través de la buena moral y los buenos principios se puede llegar a la fe. Más bien es al revés. Solo la fe y la gracia capacitan al hombre caído para andar en la verdad y en la virtud.

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4.02.15

Polonia, semper fidelis

A decir verdad, ayer me quedé casi en estado de shock cuando leí el titular de una entrevista del portal Niedziela al arzobispo de Varsovia-Praga, Mons. Henryk Hoser: La Iglesia ha traicionado a Juan Pablo II“. Me dije “no, esto tiene que ser una exageración. Puede que algunos obispos y cardenales estén traicionando al papa santo polaco e incluso al mismísimo Jesucristo, pero la Iglesia como tal no hace tal cosa". Y entonces leí todas las palabras del prelado:

“Lo diré brutalmente: la Iglesia ha traicionado a Juan Pablo II. No la Iglesia como la Esposa de Cristo, no la Iglesia de nuestro credo, porque Juan Pablo II era la expresión, la voz auténtica de la Iglesia, sino que es la práctica pastoral la que ha traicionado a Juan Pablo II".

El matiz es importante. Lo que Mons. Hoser viene a decir es que aunque la doctrina sigue siendo la misma, la realidad es que con frecuencia no se aplica. Dado que el contexto de sus palabras es analizar lo ocurrido en el pasado sínodo, y lo que está ocurriendo en el periodo inter-sinodal, se entiende que el arzobispo está hablando sobre todo de la pastoral familiar y la pastoral sacramental en relación a la familia, y en general de la moral católica acerca de la vida sexual. Y entonces solo queda darle la razón.

Hay que darle la razón porque, en multitud de diócesis, estas palabras del magisterio de San Juan Pablo II han sido durante décadas papel mojado:

La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.

La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico— puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación, «asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos»

Familiaris consortio 84

La gran mayoría de los obispos alemanes, sin ir más lejos, están ya permitiendo la comunión de adúlteros. Intentaron quebrar el brazo de la Iglesia y cuando en 1994 la Congregación de la Doctrina de la Fe se negó a aceptar sus tesis, ellos decidieron que aceptarían el dictamen de la Iglesia pero permitirían que quedara en nada por la vía de los hechos. Salvando las distancias, es como si los obispos se adhirieran formalmente a los dogmas trinitarios y cristológicos pero permitieran que casi todos sus sacerdotes predicaran la herejía arriana. La complicidad real, no manifiesta, con la herejía es en muchas ocasiones aún peor que la propia herejía. Sobre todo cuando el cómplice tiene el deber de defender la fe.

Esos mismos que han traicionado la fe de la Iglesia permitiendo una pastoral contraria a la misma, son los que ahora pretenden que la traición se consume del todo cambiando el contenido de dicha fe en lo referente a la comunión de los adúlteros. Son también los que han aceptado la anticoncepción como práctica inevitable, y en cierto modo positiva, en la mayoría de los matrimonios cristianos.

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