24.08.15

El Papa da la clave que toca aplicar en el sínodo

El papa Francisco aseguró ayer que las palabras de Jesús siempre «nos ponen en crisis; en crisis, por ejemplo, ante el espíritu del mundo, ante la mundanidad».

Y dio tres claves para comprender dicha situación y saber cómo actuar ante cualquier situación o dificiultad.

  • Primero, su origen divino : Él ha bajado del cielo y subirá allí donde estaba antes.
  • Segundo, sus palabras se pueden comprender solo a través de la acción del Espíritu Santo, Aquel que «da la vida». Y es precisamente el Espíritu Santo el que nos hace comprender bien a Jesús.
  • Tercero: la verdadera causa de la incomprensión de sus palabras es la falta de fe: «hay entre ustedes algunos que no creen», dice Jesús. En efecto, desde ese momento, dice el Evangelio, «muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo». Ante estas defecciones, Jesús no hace descuentos y no atenúa sus palabras, aún más obliga a realizar una opción precisa: o estar con Él o separarse de Él, y dice a los Doce: «¿También ustedes quieren irse?».

Analicemos esos tres puntos que pueden iluminar las discusiones en el próximo sínodo de octubre, especialmente en aquellos temas que son altamente polémicos. A saber, la comunión de los divorciados vueltos a casar, las relaciones prematrimoniales, las homosexuales, etc.

Primero. Origen divino de Cristo. Si Cristo es Dios, su palabra es divina y sus mandatos son de obligado cumplimiento. Y precisamente Él fue quien anuló el permiso para divorciarse que estaba presente en la ley mosaica.

Segundo. Solo el Espíritu Santo nos hace comprender las palabras de Cristo. Por tanto, intentar interpretarle conforme a la opinión del mundo o de los que, desde dentro de la Iglesia, buscan llevar a cabo una pastoral mundana que choca de frente con el mandato del Señor, es camino seguro al fracaso.

Tercero. La causa incomprensión de las palabras de Cristo es la falta de fe. Este es un aspecto fundamental. Lo que está en juego en el sínodo es ni más ni menos que la fe católica. Y Cristo no va a aparecer por Roma a decir a los padres sinodales: “no os preocupéis, que a partir de ahora los adúlteros dejan de serlo y vosotros podéis aceptar que los que se divorcian y se casan de nuevo vivan como si tal cosa fuera aceptable para mí, el Padre y el Espíritu Santo“.

No, Cristo no cambia su mensaje para que sea más aceptable a sus discípulos o el mundo. Ni lo cambia cuando les dice que tienen que comer su carne y beber su sangre, cosa que era un escándalo a los oídos de muchos, ni lo cambió cuando, al prohibir el divorcio, sus discípulos le dijeron que entonces era mejor no casarse.

Y si Cristo no cambia su mensaje, la Iglesia tampoco. Porque si la Iglesia lo pretendiera cambiar, entonces sí es posible que Cristo se haga presente de alguna manera, no precisamente amable, para impedir semejante traición. Y es que con una traición, la de Judas, ya fue suficiente.

Luis Fernando Pérez Bustamante

23.08.15

Religión en la que los que están en grave pecado pueden comulgar

¿Saben ustedes qué religión es aquella en la que el que peca gravemente puede comulgar porque le basta con creer para estar en gracia de Dios?

Luteranismo.

No me lo invento:

“Si eres un predicador de la gracia, no prediques una gracia imaginaria sino la verdadera gracia. Si la gracia es verdadera, debes entonces cargar con un pecado verdadero, no con uno imaginario. Dios no salva a esos que son sólo pecadores imaginarios. Sé un pecador y que tus pecados sean fuertes, pero deja que tu confianza en Cristo sea más fuerte y regocíjate en Cristo quien es el vencedor sobre el pecado, la muerte y el mundo. Cometeremos pecados mientras estemos aquí, porque esta vida no es un lugar donde reside la justicia. Estamos, sin embargo, como dice Pedro (2 Pedro 3, 13), buscando en lo venidero un nuevo cielo y una nueva tierra donde reine la justicia. Es suficiente que a través de la Gloria de Dios hayamos reconocido al Cordero que quita el pecado del mundo. Ningún pecado puede separarnos de él, aun cuando asesináramos y cometiéramos adulterio miles de veces al día. ¿Crees que tan exaltado Cordero pagó meramente un pequeño precio con un escaso sacrificio por nuestros pecados? Ora fuertemente porque eres todo un pecador.”
(Martín Lutero, Carta a Melanchthon, 1521)

La cosa es bien simple. El ex-monje agustino alemán había llegado a la conclusión de que el hombre no podía, de ninguna manera, llevar una vida de santidad, ni siquiera asistido por la gracia. Por tanto, su salvación habría de ser un acto legal por el que el pecador, sin dejar de serlo y sin capacidad alguna de abandonar su pecado, es declarado justo. Basta con que crea en Dios, en Jesucristo.

¿Saben ustedes qué religión es esa en la que una vez que has creído en Jesucristo ya no te vas a condenar de ninguna de las maneras?

Calvinismo.

Tampoco me lo invento. Cito varios autores calvinistas:

La doctrina de la perseverancia de los santos no sostiene que todos quienes profesan la fe cristiana tienen certidumbre del cielo. Son los santos – aquellos que son separados por el Espíritu – quienes perseveran hasta el fin. Son los creyentes – aquellos a quienes les es dada verdadera fe viva en Cristo – quienes están seguros e idemnes en Él. Muchos que profesan creer caen, pero no caen de la gracia pues nunca estuvieron en la gracia. Los verdaderos creyentes caen en tentaciones, y cometen pecados graves, pero estos pecados no les hacen perder su salvación ni los separan de Cristo.
David N. Steele and Curtis C. Thomas, The Five Points of Calvinism

Quienquiera que una vez cree verdaderamente que Jesús fue resucitado de entre los muertos, y confiesa que Jesús es Señor, irá al cielo cuando muera. “Una vez salvo, siempre salvo” significa que tal persona no puede perder su salvación. Se sigue, entonces, que irá al cielo cuando muera. Es una promesa absoluta exigible [sic]. No estamos diciendo una vez salvo, siempre obediente. No estamos diciendo una vez salvo, siempre perfecto. No estamos diciendo una vez salvo, siempre piadoso. Es una vez salvo, siempre salvo.
R. T. Kendall, Once Saved, Always Saved

Permanecer en la gracia tiene que ver con la seguridad eterna. La seguridad eterna, entonces, es la inquebrantable relación con la integridad de Dios. Ni Dios, ni un hombre ni un ángel puede destruir la relación que comienza en la salvación. No hay pecado que podamos cometer. No hay actividad de nuestra parte que pueda neutralizarla o destruirla. Es algo que tenemos permanente y perfectamente tanto ahora como para siempre.
R. B. Thieme, Doctrines of Eternal Security, Current Positional Truth

No hace falta que les diga que si se cree que se puede ser un pecador compulsivo y aún así ser salvo, tanto más se podrá comulgar. Pues bien, eso es exactamente lo que proponen aquellos cardenales, obispos y teólogos que pretenden que la Iglesia Católica acepte que los que viven en adulterio puedan comulgar sin manifestar intención alguna de dejar dicho pecado.

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22.08.15

¿Acaso uno puede elegir nacer de nuevo?

Una de las preguntas habituales que suelen hacer los evangélicos a los católicos a los que intentan convencer de salir de la Iglesia para unirse a ellos es: ¿Has nacido de nuevo?

Apelan entonces al diálogo entre Jesús y Nicodemo (Jn 3,1-21), en el que el Señor dice que es necesario nacer del Espíritu para entrar en el Reino de los cielos. Ahora bien, cuando hacen esa pregunta, da la sensación de que le están pidiendo a la otra persona que nazca de nuevo como si tal cosa dependiera sustancialmente de su voluntad.

Ante lo cual, cabe preguntar, ¿acaso uno puede elegir nacer de nuevo?, ¿desde cuándo el nacimiento depende de la voluntad propia?

¿Elegimos en su día nacer de nuestras madres? No, ¿verdad? ¿entonces cómo elegiremos nacer del Espíritu? Y el que ha nacido, ¿puede presumir de ello como si fuera atribuible a él tal nacimiento? ¿o echar en cara a los que no han nacido de nuevo el que no lo hayan hecho?

El nuevo nacimiento nos es dado por el bautismo (por eso habla Cristo del agua y del espíritu en Jn 3,5), que es la puerta de entrada al Reino de Dios. Y es puro don. En el caso de los bebés, la voluntad del crío no juega papel alguno, lo que refuerza aún más, si ello fuera posible, la gratuidad del don. En el caso de los adultos, la voluntad libre que lleva a profesar la fe bautismal está absolutamente movida por la gracia de Dios.

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19.08.15

Que nos echen por fariseos, rigoristas y mala gente

Pues sí, señores míos, resulta que aquellos que osamos defender la fe de la Iglesia somos acusados constantemente de ser una panda de fariseos, rigoristas, personas sin corazón a las que gusta ver sufrir a los demás bajo el peso de leyes y normas asfixiantes.

Basta decir sí y amén a esto…:

La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.

Familiaris consortio, 84

… para caer bajo esa acusación. Por supuesto, eso implica que San Juan Pablo II, y con él todos los papas y concilios ecuménicos, especialmente el de Trento, donde se ratificaron las palabras de Cristo sobre el matrimonio y el adulterio, así como las de San Pablo sobre la imposibilidad de comulgar en pecado mortal, eran igualmente fariseos, rigoristas, etc.

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18.08.15

Lo absurdo de atacar a Mons. Munilla usando al Papa como ariete

Como cada vez que ocurre cuando un obispo predica claro y conforme a la moral de la Iglesia, caso de Mons. José Ignacio Munilla el pasado sábado, a la clase política española le entra un ataque de cesaropapismo y se pone a pontificar sobre lo que puede o no puede decirse en una homilía.

Ahora bien, lo más gracioso del caso no es que un responsable político socialista, casado con un señor, se muestre contrariado porque un obispo hable conforme a la Revelación, en la que su situación personal queda perfectamente definida y no precisamente para bien, sino que tanto él como una concejala del PNV se permitan decir que las palabras del prelado están “bastante alejadas” de las del papa Francico.

Resulta que el obispo de San Sebastián no hizo otra cosa que seguir el guión de las intervenciones del Santo Padre en materia de ideología de género. Ha sido precisamente el papa Francisco quien nos ha recordado lo siguiente en su última encíclica:

También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma»

Laudato Si, 155

El socialista llegó a decir que “quien históricamente ha defendido una posición de defensa del pensamiento único es la Iglesia, que lamentablemente sigue hablando de verdades únicas, inmutables y permanentes”. ¿Quizás piensa que la Iglesia dejará alguna vez de hablar de verdades únicas, inmutables y permanentes? En ese momento dejaría de ser Iglesia de Cristo y se convertiría en una sinagoga de Satanás, término acuñado por el Nuevo Testamento.

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