Lefebvre y el Diamante del Cucharero
El otro día, una amable lectora me entregó un panfleto lefebvriano que le habían dado por la calle. En él se detallaba una serie interminable de quejas contra los cinco últimos papas por supuestas desviaciones de la fe católica.
Lo que más me llamó la atención fue la crítica a estas palabras de Benedicto XVI, recogidas como titular al comienzo del folleto: “…y, por otro lado, es necesario acoger las verdaderas conquistas de la Ilustración” (Osservatore Romano 23.12.2006). Frente a esta afirmación, el folleto citaba afirmaciones de papas anteriores que critican distintos aspectos del Iluminismo.

Por desgracia, es una costumbre habitual entre buena parte de los católicos no pensar en lo que se está diciendo en las oraciones de la misa. ¡Qué desperdicio! Especialmente ahora en Adviento.
Como este blog se ocupa muchas veces de problemas de la Iglesia y de la sociedad, es un placer poder tratar también noticias que nos recuerden que la gracia de Dios sigue actuando. Antesdeayer, me alegró el día leer, en Religión Digital y luego en otros medios, que Doña Mercedes Aroz, senadora por Barcelona, había dimitido de su cargo porque su conciencia no la permitía seguir aceptando leyes y políticas contrarias a la moral:
Leo en el blog de la Cigüeña y en Religión Digital que el Papa ha elegido como obispo de Lugo a D. Alfonso Carrasco Rouco.
Al escribir el domingo un artículo sobre San Francisco Javier, patrono de las misiones, me acordé de una historia que me contó, hace tiempo, un novicio comboniano. Antes de relatarla, quiero decir que los Misioneros Combonianos siempre me han caído simpáticos, porque de niño estuve suscrito durante años a Aguiluchos, una revista misionera que publicaban y que, al menos en aquella época, era excelente. Por lo que sé, es muy probable que la historia sólo transmita la opinión de este novicio y de los protagonistas de la misma y no refleje en absoluto la forma habitual de actuar de estos Misioneros.








