Cardos borriqueros, bendecid al Señor
En los comentarios de otro blog, cuyo nombre no mencionaremos, me llamaron ayer algo que no oía desde que era pequeño: cardo borriquero. Me hizo sonreír, porque tengo un vivo recuerdo de los cardos borriqueros: plantas llenas de espinas, incomibles a (a diferencia de los cardos que se usan en la cocina) y con las que más de una vez me pinché cuando era niño y tenía que tocarlo todo.
Pensando un poco, creo que acertaron con la comparación.

Este mes, ha aparecido en la revista Chesterton una entrevista al Cardenal de Madrid, Monseñor Rouco. Les recomiendo que la lean entera, porque es muy interesante. Trata diversos aspectos de la vida eclesial y política española, sobre los cuales ofrece su visión el Cardenal.
La colocación del nacimiento en los hogares es una de esas preciosas tradiciones de las que podemos disfrutar gracias a haber nacido en un país cristiano. Con los belenes navideños, los niños pueden familiarizarse con la historia de la infancia de Jesús, contemplándola y fijándola en sus mentes para toda la vida (además de divertirse mucho colocando las figuras, que también es algo bueno). En mi opinión, la costumbre de colocar nacimientos en las casas es, dentro de su sencillez, una de las cosas que han impedido hasta ahora que la Navidad se convierta en algo únicamente comercial o en unas simples “fiestas de invierno”.
Mi mujer y yo tenemos, desde hace años, la costumbre de componer villancicos que luego cantamos en Navidad. Nos ha llevado a ello la insatisfacción con tantos villancicos que se escuchan en la televisión y por las calles y que no tienen el más mínimo contenido cristiano.
Por alguna razón que no acabo de entender, uno de los lectores incluía el Testamento de la Reina Isabel la Católica en su comentario como un ejemplo de fundamentalismo religioso. He decidido incluir en este artículo los párrafos de dicho testamento que versan sobre los nuevos territorios americanos, para que los lectores puedan juzgar por sí mismos (y, de paso, disfruten del hermoso lenguaje castellano de principios del siglo XVI).
    
            




            
            
            
            
            
            


