Concédeme reírme de mí mismo
Iba a escribir un artículo polémico, pero, tras varios días de discusiones, creo que todos necesitamos descansar un poco. He guardado el post polémico para mañana o pasado y, como el lunes fue Santo Tomás Moro, he decidido recoger una bonita oración de este santo tan simpático.
Yo diría que no cabe duda de que la oración funciona, porque Santo Tomás Moro tenía un ingenio finísimo y supo mantener el buen humor, hasta en las situaciones más difíciles. Cuando a le iban a cortar la cabeza por no plegarse al cisma creado por Enrique VIII, le dijo al verdugo que le iba a decapitar: “Un momento”. Cogió su barba y la apartó para que el hacha no la cortara, diciendo: “Ella no ha ofendido al Rey“.
No nos vendría mal, a todos los que participamos en discusiones en Internet, rezar de vez en cuando esta oración. Necesitamos un poco de sentido del humor que nos permita reírnos de nosotros mismos, recordando que no somos gente importante, sino siervos inútiles.