20.04.12

Confusión sobre la ciencia en el Museo de Ciencias Naturales

Libros Dawkins Museo de Ciencias NaturalesEl fin de semana pasado estuve con mis hijos en el Museo de Ciencias Naturales. Es una visita divertida para los niños, porque el museo tiene multitud de animales disecados, desde minúsculos escarabajos hasta elefantes y rinocerontes. Los esqueletos también añaden emoción a la visita, especialmente el de la gran ballena azul colgada del techo, cuyo tamaño, como el de las pirámides, siempre asombra a los que lo ven por primera vez.

La reacción de los niños depende, lógicamente, de su edad. La mayor, a sus seis años, escucha con gusto algunos conceptos científicos básicos, sobre la forma del cuerpo de cada animal adaptada a los alimentos que ingiere o al entorno o clima en los que habita. Al mediano le gusta que los animales sean lo más grandes y más fieros posibles y la emoción de actuar como explorador, descubriendo siempre los animales que hay más lejos y gritando “¡mirad allí, un león!” (bueno, más bien “titad atí, un teón”). La pequeña, por su parte, clasifica a los animales por su posible participación en un cuento: “ete e bueno” (un conejo) o “ete e malo” (un buitre), “mi guta” (un pájaro de colores) o “no mi guta” (un mono con cara de pocos amigos).

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10.04.12

9.04.12

Diez cosas interesantes sobre la vigilia pascual

Cirio pascual, Vigilia Pascual en Torreciudad

1º) Desde la Edad Media, poco a poco se fue adelantando la hora de la vigilia pascual, por diversas razones, hasta que terminó por celebrarse por la mañana del sábado. Esta práctica fue modificada por Pío XII en 1955 y la vigilia volvió a celebrarse después del atardecer del sábado, como se hacía en los primeros siglos de la Iglesia.

2º) Desde la más remota antigüedad, el fuego para la vigilia de Pascua debía encenderse con pedernal, golpeándolo para producir chispas. Esta práctica simbolizaba la resurrección de Cristo de la roca de su tumba. Antiguamente y hasta el tiempo de nuestros bisabuelos, todo el mundo sabía encender fuego con pedernal, así que hacerlo no resultaba muy complicado. Hoy en día ya no es obligatorio usar el pedernal, quizá porque se correría el peligro de prolongar la liturgia un par de horas más, hasta que el diácono consiguiera encender el fuego.

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31.03.12

28.03.12

Preocupante ausencia de mendigos

MendigoNo sé si sucederá lo mismo en otros lugares, pero en Madrid, hacia finales de año, el número de mendigos se multiplica por diez. No se trata de un extraño flujo migratorio basado en la estación del año, sino que se debe a un hecho muy simple: quienes piden saben perfectamente que, en la época navideña, la gente da más dinero. En Navidades, los españoles, sean o no practicantes tienden a abrir más el bolsillo. No voy a entrar en si se trata de algo genuino y profundo, si es un fenómeno meramente sentimental o incluso si corresponde a un pobre intento de acallar la propia conciencia. Da igual, el caso es que objetivamente la gente da más dinero.

Esto me ha llevado a darme cuenta de algo muy triste: en Cuaresma no se observa esa multiplicación por diez del número de mendigos. Ni por cinco, ni siquiera por dos. A grandes rasgos, yo diría que se ven los mismos que en cualquier otra época del año. Pues bien, esa ausencia de mendigos me parece preocupante, porque indica que no notan que en Cuaresma se dé más limosna que en otras épocas. Y eso dice poco de bueno sobre nosotros, los católicos españoles, porque ya sabemos que la limosna es uno de los tres grandes pilares de la Cuaresma.

Además, si todo indica que la limosna no aumenta significativamente en Cuaresma, creo que podemos deducir legítimamente, aunque no podamos medirlo, que los otros dos pilares de oración y ayuno tampoco aumentan.

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